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Las personas con discapacidad también podemos y debemos excluir

Un asistente personal presta apoyo a la persona con discapacidad en cualquier aspecto de su vida.
Una persona con discapacidad también puede 'seleccionar' a sus amigos.
Elevate / Pexels
Un asistente personal presta apoyo a la persona con discapacidad en cualquier aspecto de su vida.

Como psicóloga con discapacidad que acompaña a personas y a familias con discapacidad a crecerse ante la adversidad, estoy acostumbrada a que muchas de ellas lleguen a mí dolidas por sentirse excluidas. Ante lo que yo les insisto en que nosotros también podemos y debemos excluir.

En realidad, si lo pensamos, la discapacidad en este sentido nos da una ventaja, nos sirve como filtro para rodearnos de buena gente. Las personas a las que no le importan ir a tu paso, adaptar sus planes y escoger sitios accesibles, que entienden cuando tienes un día malo y no puedes acudir a la cita prevista, que saben que tu ritmo es otro y no le importa ir a tu compás, esas son las personas que realmente importan. Muchos pensaréis, pero, '¿son pocas o no he encontrado ninguna?'. Aquí, hay varias cuestiones a tener en cuenta.

Por un lado, no importa la cantidad sino la calidad y no es un mero dicho, es una gran verdad. Si sientes que no has encontrado ninguna, puede que o no hayas buscado lo suficiente o te fijes solo en aquellos que no te hacen caso, algo muy común en la mente humana. ¿Cuántas veces vemos en las películas y en la vida real que los protagonistas van detrás de posibles parejas que no le hacen ni caso hasta obsesionarse? Y es que nos parece que lo que no podemos tener es más atractivo. ¡Grave error!

Cuando sabemos que nosotros también podemos e incluso debemos seleccionar o excluir las personas que entran en nuestro círculo pasamos de ser víctimas a dueños de nuestra vida. Además, tenemos que ser realistas no vamos a caer bien a todo el mundo y eso no tiene nada que ver con nuestra discapacidad, todas las personas sentimos más afinidad con unas que con otras.

Es cierto, y no podemos negar que, la situación de discapacidad y las ideas preconcebidas que se tienen sobre nosotros, en muchas ocasiones juegan en nuestra contra. Pero, ante los retos, resiliencia y proactividad, que nos cueste más no quiere decir que no lo consigamos.

La semana pasada una de mis clientas lloraba desesperada porque claramente la habían discriminado de una forma cruel. Tenía dos opciones seguir esperando un comportamiento ético de unas personas despreciables o celebrar que se había librado de esas personas

Claramente, apostamos por lo segundo. ¿Por qué? No solo era lo mejor para su autoestima, sino que era lo único viable cuando nos sentimos excluidos es por una falsa expectativa de alguien que no nos corresponde. Nosotros no podemos controlar la actitud de los demás, pero si elegir la nuestra y en esa elección va nuestra felicidad.

Nosotros no podemos controlar la actitud de los demás, pero si elegir la nuestra y en esa elección va nuestra felicidad

Así que, por tu salud mental y tu autoestima sigue estás reglas de oro, aunque te cueste.

1. No mendigues cariño, el cariño ni se pide ni se impone.

2. No busques la aceptación de todos, nadie la tiene.

3. Fíjate y valora las personas que siempre están a tu lado.

4. Haz actividades nuevas para relacionarte más.

5. Desarrolla tus habilidades sociales. En la web de Convives con Espasticidad, encontrarás varios recursos de utilidad gratuitos, entre ellos: guías y el Podcast “Los Convivientes”, que muestra que la discapacidad y la capacidad conviven de forma natural. Además de nuestra Escuela Convives: 1ª Escuela Online de Afrontamiento Activo de la Discapacidad”.

6. Nunca pierdas de vista que tú NO eres menos que nadie.

7. No vayas a la defensiva, ni practiques lo que en Psicología se conoce como “lectura de pensamiento” es decir, creer que sabes lo que piensan los demás. ¡Eso no es capaz de hacerlo nadie!

8. Da espacio a que te conozcan. La discapacidad a veces impone y solo cuando nos conocen pasa a segundo plano.

9. Comparte tu malestar con las personas que te quieren.

10. Si ves que esa sensación te incapacita para ser feliz y no dejas de darle vueltas, ve a un profesional de la salud mental psicólogo o psicóloga.

Por último y más importante, practica la exclusión selectiva. Recuerda nosotros también podemos y debemos excluir.

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