El municipio almeriense de Abla, donde reside la madre de las niñas que este lunes han sido presuntamente asesinadas por su padre, que después se ha suicidado, no daban crédito del suceso. Durante un minuto de silencio convocado en homenaje a las menores, Larisa y Elisa, de 2 y 4 años, no han dudado en hablar sobre la vida de Alina, de 23 años y nacionalidad rumana. 

"Alina vino sola con sus dos hijas menores hace unos dos años, huyendo del padre de las niñas. Somos una comunidad pequeña pero estaba totalmente integrada, tranquila, con su trabajo de vez en cuando en un bar y sus niñas", ha declarado Javier Sánchez, alcalde de Abla, quien ha señalado que el Ayuntamiento y los servicios sociales están a disposición de la madre.

Además, personas del entorno de la mujer, entre ellos un amigo y su casera, han lamentado que la Justicia hubiera permitido al padre un régimen de visitas con las niñas a pesar de que era un presunto maltratador y de que estaba a la espera de juicio por estos hechos, además de tener una orden de alejamiento y llevar una pulsera electrónica.

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"Ella se quejaba porque se llevaba mal con el padre de las niñas. Estaban separados, pero la Justicia le había dado a él la posibilidad de verlas. Sabiendo que era violento y con problemas de maltrato, no tenían que haber dejado a las niñas sin acompañante", ha dicho Costica, un amigo de la madre.

"Todo el pueblo está consternado. En mi opinión, no tenían que haber dejado solas a las niñas, aunque tuviera su derecho a verlas", ha recalcado tras participar en una concentración de repulsa a las puertas del Ayuntamiento de Abla.

"Sabemos que tenía problemas con el padre y que la había amenazado más de una vez. Nosotros ahora vamos a ayudarla y apoyarla como podamos todos juntos", ha asegurado.

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Tres días de luto oficial

Loli, actual casera de Alina, también ha denunciado que, a pesar de que la mujer se llevaba "mal" con el padre de sus hijas y tenía una orden de alejamiento de ella, llegaba el fin de semana y se las podía llevar. "Eso era lo que no se tenía que permitir", ha expuesto esta vecina, que vive enfrente de Alina y nunca vio al hombre por la zona.

Por su parte, la alcaldesa de Alboloduy, donde se han producido los hechos, ha lamentado igualmente el terrible suceso y ha apuntado a que habrá que analizar "qué ha fallado para que no vuelva a pasar".

A raíz de este crimen por posible envenenamiento, investigado por la Guardia Civil como presunta violencia vicaria como principal hipótesis, los Ayuntamientos de Abla y de Alboloduy han decretado tres días de luto oficial.

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Varias decenas de vecinos se han concentrado, junto a miembros de la corporación, a partir de la 13 horas de este lunes a las puertas del Consistorio de Abla, donde se ha dado lectura a un manifiesto y se ha guardado un minuto de silencio roto por los aplausos de los congregados.

Posteriormente, algunos vecinos también han llevado y depositado flores en el centro educativo donde estaba escolarizada una de las dos menores fallecidas.