"Llevamos unos 25 años siendo la primera entidad, pública o privada, de España en número de solicitud de patentes", explica Javier Etxalde, el responsable de propiedad industrial e intelectual del CSIC, el día en que se confirma que la institución sigue a la cabeza en patentes españolas en la ventanilla única europea, la EPO, un organismo que ha revelado que España entró en 2023 en el selecto club de países inventores, al superar las 2.000 solicitudes de patentes.
Con orgullo y humildad, Etxalde reivindica que el alto número absoluto de solicitud de patentes, ochenta en 2023, no es otra cosa que "fruto de la investigación y el desarrollo de nuestros 14.000 investigadores, en un esfuerzo colaborativo. "Somos un ente público, pero, además, es que muchas patentes se han generado en cotitularidad con otros centros, universidades españolas y europeas. De hecho, el 60% de las peticiones tiene cotitular, son invenciones en colaboración con terceras partes".
Las patentes sirven al CSIC por su retorno económico, pero desde el Consejo Superior de Investigaciones Científica también valoran, e incluso más, las repercusiones sociales de los avances patentados.
"Los 'royalties' son importantes, pero más es el impacto de que vaya acompañado de una mejora de calidad de salud de las personas"
"Hay patentes que son reactivos para secuenciación de ADN, todo un éxito económico de royalties, pero es una satisfacción especial aquellas patentes que sirven para dar terapias que son alternativas reales a males sin tratamiento, como aquellas que usan células humanas y sirven para tratar la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn", defiende Etxalde. "Los royalties son importantes, pero más es el impacto de que vaya acompañado de una mejora de calidad de salud de las personas".
'Royalties' para seguir investigando
En el CSIC explican a 20minutos que los inventos patentados generan mejoras en la economía de las empresas y en la vida de las personas, pero también constituyen un retorno económico que la institución utiliza "para invertir en personal, infraestructuras y más investigación".
"Pero hay que saber que todas las semanas abandonamos patentes", cuenta Etxalde. "Se pide al organismo que tal solicitud se retire porque vemos que las expectativas no se van a cumplir o la idea de negocio se trunca y esa confrontación de que no va a ser todo lo prometedora que se podía presuponer nos hace abandonarla".
Preguntado por cuáles son las áreas más productivas de patentes del CSIC, Etxalde destaca su creciente diversificación. "Antes había más relacionadas con la salud humana (pequeñas moléculas químicas, terapias celulares basadas en biotecnología con aplicación en salud), desarrollo de biomateriales para prótesis, esqueletos... o dispositivos médicos, sensores, con utilidad en salud humana. Aunque sigue siendo transversal la invención biomédica, ahora es mayor el campo de la industria de aplicación basado en sectores técnicos muy variopintos".
Y agrega, "ahora cobra mucha fuerza el desarrollo de ingeniería, equipos de diagnóstico, de sensores, de análisis de parámetros. Y las áreas de materiales y química han evolucionado y están cada vez más presentes". En el CSIC recuerdan, sin embargo, que trabajan en todos los sectores del conocimiento.
La IA, el futuro también en patentes
Ser el número uno en el ranking español de inventos es para el Consejo prueba de que funciona su apuesta por generar y mantener la cartera de patentes, sobre la base de que haya posibilidades de atraer inversores dispuestos a valorizar la tecnología. "No tenemos patentitis", advierte Etxalde, "las que no funcionan se abandonan o se desestiman, pero es una inversión con la que se crea una oportunidad".
El CSIC tiene una cartera de 400-500 familias de patentes que representan un importante activo. Ese número es el histórico, pero carteras vivas son unas 300. Aunque no todo son patentes, también hay asegurados secretos empresariales, material biológico, explican.
La patente más rentable: phi29
La patente del método de la ADN polimerasa phi29, descubierta por Margarita Salas, sigue siendo la más rentable de la historia del CSIC, devolviendo millones de euros en inversión a la investigación financiada con fondos públicos. Esa proteína, la ADN polimerasa del fago Phi29, se emplea en todo el mundo para la amplificación de ADN en laboratorios de genética, medicina forense y policía científica.
En el CSIC también presumen de ser "la primera entidad española en patentes con presencia de mujeres entre los firmantes de su autoría. Superamos el 70% de mujeres en las presentaciones desde hace 15 años. Somos de las primeras entidades del mundo donde las mujeres tienen contribución y presencia más altas".
Mirando al futuro el CSIC el CSIC cree que las próximas patentes tendrán mucho que ver con la Inteligencia Artificial. Etxalde echa la vista atrás y explica cómo han evolución los campos emergentes. De la biotecnología a la nanotecnología, después fue la cuántica y ahora la IA.
"Cuando hay tendencias emergentes, es transversal el foco de atención, y siempre las patentes han ido detrás en las décadas siguientes y las futuras tendrán que ver con la IA", expone. "Son más complejas de entender como invenciones técnicas, siendo software y algoritmos, pero ya estamos visualizándolo, como herramientas para el diseño de compuestos químicos respetuosos con el medio ambiente, para la química farmacéutica o de nuevos elementos. El debate ahora está en ver cómo se plasma en una memoria de patentes".
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