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Montenegro, el líder conservador portugués con fama de testarudo que está a un paso de gobernar... si pacta con la ultraderecha

Luis Montenegro, candidato de centroderecha en las elecciones de Portugal.
Luis Montenegro, candidato de centroderecha en las elecciones de Portugal.
Carlos Gámez
Luis Montenegro, candidato de centroderecha en las elecciones de Portugal.

Al final, la derecha no ha ganado las elecciones en Portugal. El resultado de los comicios de este domingo ha dejado una situación de empate técnico entre el Partido Socialista y la coalición de centroderecha, Alianza Democrática (AD). Es un panorama complejo, tanto que algunos analistas no descartan la repetición de elecciones.

Con el 99,01% escrutado, los socialistas de Pedro Nuno Santos habrían ganado las elecciones con el 28,66% de los votos, mientras que AD de Luís Montenegro contaría con el 28,63%. La diferencia es de apenas 2.000 votos. De esta forma, los socialistas se quedarían con 77 escaños y la coalición de centroderecha con 76. El tercer partido más votado ha sido el ultraderechista Chega, de André Ventura, con el 18,06% (48 escaños).  

Ahora queda finalizar el escrutinio, ese 1%, porque las circunscripciones en el extranjero asignan cuatro escaños y su resultado no se conocerá hasta dentro de unas semanas. A la espera, Montenegro está (¿estaba?) llamado a ser el nuevo primer ministro portugués.

Un seguidor del Oporto

Montenegro nació en Oporto y creció en Espinho, al norte del país, y allí ha vivido con su mujer y sus dos hijos. Fue elegido concejal de Espinho cuando solo tenía 24 años. Más tarde fue objeto de una investigación sobre las ventajas fiscales de las que disfrutó por construir una villa de lujo en esa localidad costera que, al parecer, cuenta con ocho cuartos de baño, un jardín vertical y un ascensor.

Pero aquello se olvidó y los portugueses le perciben como honesto y competente, según los estudios de demoscopia. De acuerdo con los sondeos, los votantes le describen como "más honesto" y "más competente" que su oponente, el socialista Pedro Nuno Santos, a pesar de que la mayoría de los comentaristas lo juzgan falto de carisma.

Es del Oporto, el equipo más laureado de Portugal (30 ligas, 19 copas, dos Champions y dos Europa League), y ya le tocaba hacer lo mismo: ganar. Montenegro parecía haberlo hecho tras más de ocho años de victorias de los socialistas de, entonces, António Costa

Y eso que el destino no parecía tenerle guardado este premio. Montenegro tiene 51 años, es abogado y un experimentado parlamentario sin experiencia de gobierno. El PSD le puso al frente apenas unos meses después de que los socialistas obtuvieran una sorprendente mayoría absoluta en las últimas elecciones de enero de 2022. O sea, que el suyo no iba a ser de protagonista.

Pero la sorprendente dimisión de Costa como primer ministro el pasado noviembre a raíz de un caso de corrupción —que el tiempo está demostrando que ni era tan grande ni afectaba al propio Costa— cambió las cosas. Situó a Montenegro en la primera línea.

La segunda oportunidad de Montenegro

Diputado desde 2002, cuando sólo tenía 29 años, Montenegro se convirtió en líder del grupo parlamentario del PSD cuando éste llegó al poder en 2011 de la mano del ex primer ministro Pedro Passos Coelho.

La vida de la gente no ha mejorado, pero el país va mejor"

Eran tiempos duros y Montenegro apoyaba los planes de austeridad que venían de Bruselas. "La vida de la gente no ha mejorado, pero el país va mejor", dijo entonces al defender los impopulares recortes que se extendieron a todo por exigencia de la Comisión Europea.

Ante el auge de los socialistas, acabó dimitiendo como diputado en 2018. Dos años después volvió a presentarse a las elecciones del PSD António Costa y llegó a la segunda vuelta, pero perdió. En 2022 sí logró hacerse con el control del partido. Y ahora, para sorpresa de propios y extraños, la vida le ofrece la posibilidad (compleja) de intentar gobernar. No será fácil.

El poder se ejerce con cierta discreción y a veces en gran soledad"

Las personas que le conocen bien dicen que a Montenegro le gusta tomar decisiones por su cuenta y que a veces puede ser testarudo. "El poder se ejerce con cierta discreción y a veces en gran soledad", dijo una vez.

El dilema de Montenegro

Por eso insiste en que no se apoyara en la ultraderecha de Chega para gobernar. "No es no", ha repetido a lo largo de la campaña. Y lo ha hecho pese a que el ex primer ministro del PSD Passos Coelho sí se ha mostrado abierto a trabajar con el partido populista.

Pero el escrutinio final pone a Montenegro ante un dilema. A falta del 1% de los votos, los del extranjero, han ganado los socialistas aunque por muy poco. El de Oporto solo podrá ser primer ministro si acepta el apoyo de Chega, o sea, si rectifica y se apoya en la extrema derecha para gobernar.

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