Entrevista

José Sacristán: "No tolero a los hechiceros de la tribu; no me cae bien ninguno, sea de la tribu que sea"

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: José Sacristán
El actor José Sacristán en el escenario del Teatro de La Abadía.
Jorge Paris
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: José Sacristán

La voz de José Sacristán no había resonado hasta ahora en la bóveda de la antigua iglesia de la Sagrada Familia, pero un recinto tan especial no podía quedar ajeno a esa experiencia. "Le tenía muchas ganas al Teatro de La Abadía", reconoce el actor, agradeciendo la oportunidad brindada por Juan Mayorga en su último texto dramático, La colección, que ahora sube a escena bajo esa bóveda. Ana Marzoa y él interpretan a un matrimonio que posee una valiosa colección recopilada a lo largo de años, a punto de ser legada en herencia, tan preciada que casi resume sus propias vidas. Probablemente, los espectadores que acudan a alguna de las funciones programadas conservarán, como oro en paño, la presencia y la voz de este actor mayúsculo nacido en Chinchón hace 86 años. Formará parte de la colección de vivencias que cada cual gestiona en su memoria y constituye nuestro propio ser.

¿Qué es lo que más le atrajo de este texto de Juan Mayorga, La colección?Después de cinco años en compañía de Miguel Delibes -interpretando Señora de rojo sobre fondo gris-, pasar al mundo de Juan Mayorga me parecía un ejercicio formidable. Miguel Delibes tiene una proximidad y una cercanía muy reconocibles; y en Juan está la intuición, el saber por dónde van las cosas. Me gustó el texto y la propuesta, y tenía muchas ganas de estar aquí. Aprovecho la oportunidad para agradecer a José Luis Gómez haber conseguido hacer de este lugar un teatro realmente mágico.

¿Su personaje estaba escrito para usted?No, pero Juan quería haber estrenado la función la temporada pasada y tuvo la gentileza de esperarme, porque estaba con Delibes.

¿Qué visión del mundo tiene el matrimonio protagonista, unos coleccionistas muy particulares?Hay unidad en algunos aspectos y en otros no. Coinciden en entender una forma de coleccionar que no se queda únicamente en objetos u obras de arte. Juan (Mayorga) propone que, a lo largo de la vida, todos vamos tomando sentimientos, ruidos, luces, sombras, dolor, amores y desengaños, pero al mismo tiempo nosotros mismos somos objetos que pueden ser coleccionados.

José Sacristán y Ana Marzoa encarnan a un matrimonio en 'La colección', de Juan Mayorga.
José Sacristán y Ana Marzoa encarnan a un matrimonio en 'La colección', de Juan Mayorga.
Javier Naval

¿Es usted aficionado al coleccionismo?Conservo mis álbumes de cromos desde que tenía siete u ocho años, de los astros y estrellas de la pantalla, y también los programas que te daban en el cine, pero sin afán de coleccionismo. Soy un cinéfilo, como toda una generación que hemos sobrevivido gracias a las películas.

"En el teatro se celebra un rito de comunión con cierta religiosidad laica, entre quien propone una mentira y quien se la cree"

Esta antigua abadía tiene algo de sagrado, ¿pero entrar al teatro no es, en cierto modo, como entrar a un templo?Bueno… no exageremos. Sí hay una forma de religiosidad laica, o atea incluso, que se practica en los escenarios. Ahí sí estoy por la labor de defender un principio de cultura de entendimiento entre el espectador y el espectáculo. En el teatro se celebra la ceremonia, el rito de la comunión entre uno que propone una mentira y otro que se la cree. Todo eso tiene una forma de religiosidad. En mi caso, que no soy creyente, no remite a ninguna doctrina al uso. Es más, ya he dicho en varias ocasiones que no tolero a los hechiceros de la tribu; no me cae bien ninguno, sea de la tribu que sea.

Hace poco, Juan Mayorga reivindicaba el espacio teatral como un lugar para la libertad.Ojalá fuésemos capaces de cambiar la historia desde los teatros, las bibliotecas, las salas de cine o de lectura, pero más bien, como decía Albert Camus, la historia hay quien la hace y quien la padece, y la siguen haciendo el del tanque y el dinero. El hechicero de la tribu. Un poco más de humildad. En el momento actual de la Humanidad, si las personas de la cultura tuviéramos alguna responsabilidad, deberíamos estar todos en la cárcel, porque vaya apaño que hemos hecho.

"En la misma habitación dormíamos mi padre, mi madre, mi abuela, mi hermana y yo. La vida era muy jodida"
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: José Sacristán
José Sacristán da vida a un coleccionista en la última obra de Juan Mayorga, 'La colección'.
Jorge Paris

Usted vivió su niñez en un humilde piso de la calle General Oráa. ¿Qué ha desaparecido definitivamente de esa vida de barrio, tanto lo malo como lo bueno?Lo malo era más evidente, porque estábamos en posguerra. Nosotros compartíamos un piso de apenas 50 metros cuadrados con otro matrimonio y un maestro de escuela, con un retrete para todos. En la misma habitación dormíamos mi padre, mi madre, mi abuela, mi hermana y yo. La vida era muy jodida. La ventaja es que en la calle pasaba un coche cada tres meses y podíamos jugar a las chapas, hacer los velódromos y las metas allí. No reniego, ni quiero perder la memoria de aquel tiempo. Cuando alguien dice que volvemos a aquello no tiene ni puta idea. Los sabañones; el frío del invierno; el calor del verano; convivir con la precariedad; los tranvías viajando colgado de las ventanas; no había calefacción en las casas…

José Sacristán en 'La colección', escrita por Juan Mayorga.

José María Sacristán Turiégano, actor

  • Chinchón, 1937
Empezó en el teatro en 1960 con 'Los ojos que vieron la muerte' y destacó con 'Julio César' en 1964. Ya nunca dejaría los escenarios, que compagina desde 1965 con el cine y la televisión. Con más de un centenar de películas a sus espaldas, también ha destacado como director. Dirigió y protagonizó 'Soldados de plomo', 'Cara de acelga', donde también fue el responsable del guion junto a Carlos Pérez Merinero, y 'Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?', en la que compartió protagonismo con Concha Velasco. Es un actor estrechamente vinculado al teatro y entre sus últimos trabajos destacan los musicales 'El hombre de La Mancha' y 'My Fair Lady' en los que compartió protagonismo con Paloma San Basilio. En 2013 regresó a la televisión fichando por la serie 'Velvet' en Antena 3. En 2014 interpretó el papel de Damián en 'Magical girl', el segundo largometraje de Carlos Vermut. En 2017, año en que cumplió 80 años, grabó 'Tiempos de guerra', serie de Antena 3, rodó la ópera prima de Pau Durá, 'Formentera Lady', y retomó desde el mes de septiembre la gira de 'Muñeca de porcelana', de David Mamet. En 2018 estrenó la versión teatral de 'Señora de rojo sobre fondo gris', de Miguel Delibes, adaptada por José Sámano.

Tyrone Power, 50; José Sacristán, 120. Hablo de películas. Usted quería de pequeño ser Tyrone Power, pero creo que le ha sobrepasado con creces.No, porque no he hecho ni El zorro ni El cisne negro, ni El filo de la navaja (ríe). Tengo una anécdota divertida, porque en la primera gira que hice con la compañía del Infanta Isabel, en 1961, fuimos a Puertollano y allí todavía había pregonero, que era cojo e iba por la calle diciendo: "Esta noche en el Teatro Principal, la compañía de Arturo Serrano presenta El reloj se paró a las cuatro. ¿Por qué se paró a las cuatro? Véanlo esta noche…". Pasan los años y estoy haciendo Danza macabra en Soria, con mi amiga Mercedes Sampietro. Me voy a hacer el peregrinaje machadiano por la ciudad y oigo el megáfono de un motocarro, como en Plácido: "Esta noche, José Sacristán y Mercedes Samprieto (sic) en Danza Macabra. No se pierdan…." y le digo a Mercedes: "Yo quería ser Tyrone Power y todo lo que he conseguido es que antes me anunciaban andando y ahora este va en motocarro" (risas). No, yo sería un miserable si me quejase. Cuento con la fidelidad de un buen número de personas que me permite hacer mi trabajo y estoy encantado. Lo estúpido hubiera sido pretender ser Tyrone Power. Aprendí de mi amigo y maestro Fernando Fernán Gómez cómo ejercer nuestro oficio en un país como este sin llevarte mayores cabreos, sin ser más estúpido de lo debido.

'El signo del Zorro', una de las películas más recordadas por José Sacristán.
'El signo del Zorro', una de las películas más recordadas por José Sacristán.
Cedida

Hablando de Fernán Gómez, la voz es muy importante para un actor, y las suyas son imponentes. ¿Cómo la ha cuidado?Yo empecé cantando copla y zarzuela, como tenor cómico o ligero. Imitaba divinamente a Antonio Molina. De hecho hay testimonios gráficos de cuando hice con mi amiga Concha (Velasco), Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, donde cantaba copla. Después, con el tiempo y el tabaco, aunque hace muchos años que dejé esa estupidez, me ha ido quedando esta voz de hombre con la que me manejo bastante bien. He dado clases de vocalización con mi amiga Inés Rivadeneira con la que tuve el honor de cantar Doña Francisquita.

¿El cine era el entretenimiento de las gentes más humildes?Había de todo, pero el problema es que se imponía una censura terrible del régimen y todo se hacía iba en una dirección concreta. A excepción de Surcos y alguna otra que se escapaba, era una exaltación del triunfo de la Cruzada o películas de entretenimiento.

"El teatro era cosa de ricos. Al principio iba a ver espectáculos folclóricos y los muslos de las vedettes"

¿También tenía como referentes a grandes actores teatrales de la época?Los modelos eran mucho más cinematográficos que teatrales. El teatro era cosa de ricos. Yo al principio iba a ver espectáculos folclóricos y los muslos de las vedettes. Al teatro empecé a ir más tarde, pero tenía referentes como Fernando (Fernán Gómez), Marsillach, Luis Peña, Guillermo Marín y los secundarios, sobre todo. He tenido el honor de trabajar con muchísimos actores, tanto en cine como en teatro. Mi madre en Un hombre llamado Flor de Otoño la hacía Carmen Carbonell. He trabajado con (Rafael López) Somoza, con (José) Orjas, Ismael Merlo y, por supuesto, con mis amigos Fernando y Alfredo (Landa).

Carmen Carbonell junto a José Sacristán en 'Un hombre llamado Flor de Otoño' (1978).
Carmen Carbonell junto a José Sacristán en 'Un hombre llamado Flor de Otoño' (1978).
© José Frade PC

¿Por qué la sociedad española de entonces se reconocía en actores como José Luis López Vázquez, Alfredo Landa o usted?Porque no éramos ni muy altos ni muy bajos, ni muy tontos ni muy listos, ni muy guapos ni muy feos. Yo empecé un poco más tarde y hacía papeles secundarios con José Luis y con Alfredo. Pensaba que si alguno de ellos se rompía una pierna podría perseguir a las suecas, pero nada. A comienzos de los setenta, cuando José Luis Dibildos abre La Tercera Vía del cine español, comencé otra andadura, ya como protagonista y con otro perfil, en películas como Vida conyugal sana o Los nuevos españoles. Éramos una correa transmisora, hombres y mujeres asequibles, reconocibles que, al margen de nuestro talento como actores, tal vez teníamos una personalidad que invitaba a creer lo que proponíamos. Éramos convincentes.

"Nunca he ido a una academia. Mi formación era fijarme en los que me gustaban e intentar hacerlo como ellos"
Zaira Montes, Ignacio Jiménez, José Sacristán y Ana Marzoa, junto Juan Mayorga, autor de la obra 'La colección'.
Zaira Montes, Ignacio Jiménez, José Sacristán y Ana Marzoa, junto a Juan Mayorga, autor de la obra 'La colección'.
Javier Naval

¿Su 'Actors Studio' fue pegarse con cada papel y observar a los demás?Nunca he ido a una academia, aunque empecé a leer a Jouvet, Stanislavsky, Grotowsky, Meyerhold… Me he documentado y tengo cierta cultura, pero mi formación era fijarme en los que me gustaban e intentar hacerlo como ellos. Mi amigo Alfredo (Landa) me mandaba a la mierda, y con razón, cuando trataba de convencerle de esto, porque a él no le hacía falta. Era un superdotado, un genio. 

George Cukor intentó convencer a López Vázquez de que aprendiera inglés y marchara a Hollywood, pero no hubo manera. ¿Usted no tuvo esa tentación?No, he rodado pequeñas cosas en francés e italiano, pero no he tenido otras ofertas. Y luego me cuesta mucho trabajo manejarme en un idioma que no sea el mío. No tengo seguridad. Admiro profundamente a Antoñito Banderas, a Javier, a Penélope, estos compañeros que hablan un inglés maravilloso, pero nunca me ha tentado.

"Más importante que las piezas lo es su reunión, el modo en que cada una es afectada por las demás", dice su personaje sobre su colección.Es una metáfora que afecta a la condición humana. Quiere decir que a lo largo de la vida no hay un hecho o un objeto que tenga un significado por sí mismo, sino en función de otros. La metáfora hace referencia a la herencia, lo coleccionable, lo que se transmite de un ser humano a otro, o de una generación a otra, a lo largo de miles de años. En definitiva, estamos aquí y somos la consecuencia de las obras y los comportamientos, buenos o malos, de un montón de gente.

Su personaje reconoce en un momento que "hay que hacer la colección como si se fuese a acabar el mundo, elegir lo necesario. Cuanto menos, mejor". ¿Al cabo del tiempo, uno va quedándose en la vida con lo esencial?En mi pueblo, El viejo Tío Tomás, que era analfabeto, cuando ya casi no veía ni oía, decía cosas como "lo primero es antes". Procuro tener claro un orden de prioridades y no perder el tiempo en gilipolleces, siempre y cuando tenga la posibilidad de decidir, y procuro ser lo más lúcido posible. Mi abuela decía que no hay que perder el tiempo en medios días habiendo días enteros.

"Koldo este no es nuevo. Lo terrible es que al ‘chorizo’ se le sigue jaleando y votando, aunque pienso que los políticos no son peores que nosotros"

Observando los últimos escándalos protagonizados por aprovechados en plena pandemia, ¿el ser humano es capaz de comportarse de manera ruin hasta en los peores momentos?Sí, pero esto no es nuevo, ni el Koldo este. Lo terrible es que al 'chorizo' se le sigue jaleando y votando. No tenemos capacidad de corrección. Punto. Pienso que los políticos no son peores que nosotros; simplemente es la gente que está ahí. La señora Ayuso ha dicho que a ver cuándo celebramos el Día del Hombre… con la que está cayendo. Bueno, pues esta mujer tiene mayoría absoluta y el otro igual. Esto viene de antiguo, porque Cervantes en El Quijote señalaba "Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados…".

Al hilo de esto, su personaje dice "esta época no es para los sabios, sino para los astutos". ¿Es así realmente?Este personaje sangra por la herida. Es un hombre con una sensibilidad particular para la creación y, sin embargo, no tiene capacidad para crear. Yo no me atrevo a decir que esta época no sea para los sabios. Yo conozco sabios y gente fenomenal. También dice que las obras no las hacen los artistas sino el tiempo, pero ¿qué tiempo? Los que menearon La consagración de la Primavera, ¿en qué tiempo estaban? Ha habido que esperar otro tiempo para que Stravinsky fuera considerado un genio.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: José Sacristán
Retrato de José Sacristán en el escenario del Teatro de La Abadía.
Jorge Paris

¿Si las fuerzas le acompañan, seguirá muchos años sobre un escenario?No te sé decir. Voy a cumplir 87 y aquí estoy. Lo que no voy a hacer, de ninguna de las maneras, es algo patético, para que te digan "¡vete a tu casa de una vez y deja ya de joder!".

Última pregunta sobre aquella función con Concha Velasco que ha citado, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, de Adolfo Marsillach, ¿qué recuerdos le evoca?Me acuerdo mucho de Adolfo (Marsillach). Fue otro de los hombres que le venía grande a este país y murió muy joven. Yo empecé con él en televisión, haciendo Silencio se rueda y otros papelitos en programas en directo, en el Paseo de la Habana. Concha y yo hemos sido como hermanos. Ha sido lamentable, pero afortunadamente no fue un calvario, porque se ha ido apagando poco a poco. Ahora viendo La colmena, La vaquilla, recordando los cumpleaños de Fernando, la Nochevieja en su casa… acordándome de los que ya no están… Uf, la hostia.

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