10 películas de FlixOlé para redescubrir al gran José Sacristán

Los grandes actores, además de ennoblecer el oficio, elevan personajes e historias. En el cine español, uno de los que resalta la circunstancia es José Sacristán (Chinchón, Madrid, 1937). Con seis décadas de trayectoria y 86 años recién cumplidos, FlixOlé repasa algunas de las (muchas) películas clave de su dilatada trayectoria. Los diez títulos, seleccionados de entre la colección especial de medio centenar de obras dedicada a su figura, se detallan a continuación.

'¡Cómo está el servicio!' (Mariano Ozores, 1968)

Sacristán participó en este clásico de Mariano Ozores, en el imaginario popular por el singular y divertido estilo interpretativo de Gracita Morales (su manera de decir "el señorito"), aquí una mujer de pueblo que llega a Madrid y trabaja como sirvienta en la casa de un médico. Resulta impagable la escena en la que Vicenta se insinúa al personaje de Sacristán. Más de un millón de espectadores vieron en los cines esta adaptación de la obra de Alfonso Paso.

'¡Vente a Alemania, Pepe!' (Pedro Lazaga, 1971)

Una película de gran éxito comercial en su época y una de las que contribuyeron a la popularidad del genial Alfredo Landa. Lazaga abordó el factor de la emigración española que se producía entonces con recorrido, humor y carga desmitificadora. El filme se asocia a Landa y a su papel de hombre de pueblo seducido por lo que se dice de Alemania, si bien también es un placer redescubrir el juego que da Sacristán en el perfil del que solo cuenta bondades de lo que ha vivido fuera.

'Sex o no sex' (Julio Diamante, 1974)

Sacristán canalizó el juego del director Julio Diamante alusivo a la llamada de las tentaciones y de las fantasías sexuales que agitaban al frustrado español medio de entonces, condicionado por la educación recibida y el franquismo. Ligera, disparatada y con toques eróticos (encarnados en Carmen Sevilla y Ágata Lys), fue un claro producto de su tiempo y precursora del cine de destape.

'Asignatura pendiente' (José Luis Garci, 1977)

Uno de los filmes representativos de la Transición y el primero que dirigió José Luis Garci. La narración canaliza la mencionada coyuntura sociopolítica a través de la relación extramatrimonial y clandestina entre un abogado laboralista y su antiguo amor de adolescencia (Fiorella Faltoyano). Un vínculo determinado por la realidad de que la dictadura interrumpió lo que surgió desde un principio. En consonancia con el tema y las emociones, se reviste de la evocadora singularidad de que Garci la articula desde la retrospectiva.

'El diputado' (Eloy de la Iglesia, 1978)

(FlixOlé)

Ejemplo de la condición de Eloy de la Iglesia como autor de culto, fue una obra transgresora al abordar un tema entonces tan tabú como el de la homosexualidad y plasmarlo desde la situación de un destacado militante de izquierdas en el marco de la legislatura constituyente (1977). También por el hecho de mostrar la relación de un hombre con un joven. Sacristán transmite con fuerza las implicaciones emocionales de lo que siempre se ha tenido que ocultar y de aspectos como el rechazo, el chantaje y la amenaza.

'Solos en la madrugada' (José Luis Garci, 1978)

Garci, el retrato social y lo que evocan la época y las circunstancias propias. Un cauce abordado desde el envolvente mundo de la radio a través de un locutor de un popular programa nocturno inmerso en una crisis interna. La historia atrae por las reflexiones del personaje, determinadas por sus palabras por el cambio tras el franquismo, por su condición de hombre separado y por la perspectiva que descubre al conocer a una joven con otro concepto de la vida.

'La vaquilla' (Luis García Berlanga, 1985)

El intérprete, como ocurrió con Alfredo Landa o Guillermo Montesinos, quedó asociado a la emblemática comedia de Luis García Berlanga sobre la Guerra Civil. "Una de las pocas cosas buenas de hacerse viejo es haber tenido el privilegio de haber trabajado con gente como Berlanga o Fernando Fernán-Gómez. Al lado de esta gente, por cojones, tenías que ser mejor, no cabía la impostura", subrayó Sacristán en un acto de la Academia en 2021. Como anécdota, el actor, temeroso de los toros, no lo pasó muy bien cuando tuvo que rodar junto a una vaca brava.

'Cara de acelga' (José Sacristán, 1986)

No es tan conocida, pero Sacristán también exploró su faceta como director. En su segunda película delante y detrás de la cámara (y en el guion), contó con las aportaciones de Fernando Fernán-Gómez y de Marisa Paredes. Encarna y describe a un hombre que deambula por la vida. La historia se centra en ese proceso y en los variopintos personajes con los que se encuentra. Sacristán dedicó su obra a Lorenzo Llobet-Gracia y su vida en sombra, en referencia a su identificación con el autor de 'Vidas en sombra' (1948).

'El viaje a ninguna parte' (Fernando Fernán-Gómez, 1986)

Sacristán brilló en esta melancólica película en la que Fernando Fernán-Gómez, su amigo y maestro, describió la posguerra a partir de unos cómicos que realizan actuaciones ambulantes. Uno de los filmes que Sacristán recuerda con más emotividad y que le evocan un mayor significado. "Fue algo más que una simple película", contaba a José Luis Garci en una emisión de ¡Qué grande es el cine! en 1996.

'El muerto y ser feliz' (Javier Rebollo, 2012)

La película gracias a la que Sacristán por fin fue nominado y ganó el Goya (posteriormente la Academia lo homenajearía con el Goya de Honor 2022). "Se ha hecho de rogar, don Francisco", dijo durante su discurso. Esta comedia negra, en la que encarna a un asesino a sueldo con una enfermedad terminal que recorre Argentina en un coche destartalado, representa además la apuesta por colaborar con nuevos cineastas que distingue su última etapa interpretativa.

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