Semana trágica en Haití: bandas callejeras antigobierno secuestran, queman y matan mientras la población huye de la capital

  • Guerrillas callejeras buscan derrocar al Gobierno creando el caos en torno a la capital, Puerto Príncipe.
  • Han asaltado las cárceles, liberando a más de 4.700 presos y el presidente, Ariel Henry, se refugia en Puerto Rico.
  • La enviada de la ONU para Haití pide al Consejo de Seguridad "acciones urgentes" para abordar la inseguridad.
Desplazados por la violencia en Puerto Príncipe..
Desplazados por la violencia en Puerto Príncipe..
UNICEF/HEROLD JOSEPH
Desplazados por la violencia en Puerto Príncipe..

La capital de Haití, Puerto Príncipe, es la viva imagen de la anarquía y el caos. Sus calles llevan una semana bajo el control de bandas callejeras armadas, que han multiplicado los tiroteos, violaciones, secuestros e incendios de edificios, ante la creciente inoperancia de las fuerzas de seguridad y en ausencia del presidente, Ariel Henry. 

El viernes en la noche los pandilleros intentaron incendiar el edificio del Ministerio del Interior e incluso atacaron el Palacio Nacional.

Las bandas de Puerto Príncipe amenazan con mantener la violencia en la capital y extenderla más si no dimite el presidente, que consideran ilegítimo porque no fue electo sino designado a dedo. Los más afectados por la situación de violencia son los habitantes del centro de la capital, que se ven forzados a dejar sus casas, acarreando lo poco que tienen, para escapar de una ciudad sitiada por pandilleros con ametralladoras.

Hasta la jefa de la Oficina de Naciones Unidas en Haiti, María Isabel Salvador, ha reclamado al Consejo de Seguridad de la ONU esta semana "acciones urgentes" para abordar tal crisis de inseguridad. 

Protestas contra el presidente de Haiti, en Puerto Príncipe.
Protestas contra el presidente de Haiti, en Puerto Príncipe.
EFE

Haití es un estado fallido y de los más pobres del mundo, con altísimas tasas de mortalidad por violencia callejera. ¿Quién está detrás del actual pulso al presidente Ariel Henry? ¿Dónde está el mandatario? ¿Qué está haciendo la comunidad internacional?

Una semana trágica

Las bandas de delincuentes tienen el control de algunos barrios populares en Haití, sobre todo desde mediados de 2020. El asesinato en julio de 2021 del presidente Jovenel Moïse hundió al país en la enésima crisis. Le sustituyó, sin elecciones, Ariel Henry, con quien la situación no ha dejado de deteriorarse. El anuncio a finales de febrero del presidente de que no convocaría elecciones hasta 2025 (no las hay desde 2016) ha encendido la chispa actual de los pandilleros empeñados en derrocar al Gobierno, que salieron a protagonizar tiroteos en comisarías y dependencias oficiales dejando un reguero de sangre y muertos.

El sábado 2 de marzo, entre el humo del caos, los gángsters asaltaban las dos principales prisiones de la capital y propiciaron una fuga de más de 4.700 presos. Además, varias decenas fueron asesinados. 

La Policía haitiana parece haber perdido el control de buena parte de la ciudad y las autoridades se muestran impotentes ante unas bandas que en los últimos días han secuestrado, quemado, violado, robado y matado. La terminal del aeropuerto se llenó a principios de la semana de ciudadanos ansiosos y extranjeros cuyas organizaciones o gobiernos les aconsejaron salir del país. Ahora ya no hay vuelos, ni nacionales ni internacionales.

En las últimas horas se ha reportado asesinatos, decapitaciones e incendios de edificios públicos y privados, así como hospitales, centros de ocio, bancos y locales comerciales, provocando la huida de cientos de personas hacia otras zonas menos expuestas.

Personas cargan sus pertenencias en el centro de Puerto Príncipe, el sábado (Haiti).
Personas cargan sus pertenencias en el centro de Puerto Príncipe, el sábado (Haiti).
EFE

La población desplazada 

La población del centro y de barrios populares están huyendo por las calles con todas las pertenencias que pueden acarrear, con niños en brazos y maletas a la espalda. La reciente escalada de violencia en Puerto Príncipe ha obligado a unas 36.000 personas a abandonar sus hogares, según el recuento de las ONG.  

Casi el 32% de estas son niños en edad escolar, reveló la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en su último informe. Unas 362.000 personas se encuentran desplazadas en el país, frente a las 314.000 que habrá a finales de 2023, según la OCHA.

"La población está en asentamientos sin agua corriente, ni letrinas, y en situaciones de insalubridad. Estamos preocupados de que pueda surgir y extenderse enfermedades que no habíamos previsto" (Sophie Mealier, MSF)

En conversación con 20minutos al teléfono desde Puerto Príncipe, la coordinadora de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Haití, Sophie Mealier, se mostró muy preocupada de las condiciones en las que viven los desplazados de esta crisis. "La población tiene miedo y ha huido de sus casas pero los asentamientos en los que buscan refugio no están preparados para recibir tanta gente. No hay agua corriente, ni letrinas, y en situaciones de insalubridad. Estamos preocupados de que pueda surgir y extenderse enfermedades que no habíamos previsto".

El presidente y primer ministro de Haiti, Ariel Henry.
El presidente y primer ministro de Haiti, Ariel Henry.
EFE

Un presidente ausente

La espiral de violencia ha pillado al presidente haitiano, Henry, de gira internacional. Había acudido a Kenia precisamente para sellar con su homólogo los detalles de una misión internacional de apoyo a la seguridad en Haití, aprobada por la ONU. Después estuvo en Guyana en la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) y ahora se encuentra varado en Puerto Rico, ante la imposibilidad de regresar a su país, con los aeropuertos cerrados, después de que República Dominicana, con quien comparte isla Haití, no le permitiera aterrizar.

La Comunidad del Caribe (Caricom) y EE UU aseguran que están intentando mediar y, aunque no se han manifestado abiertamente partidarios de la dimisión de Henry, sí hablan de propiciar un nuevo Gobierno de entendimiento en el país más pobre de América Latina. 

"Nosotros no estamos pidiéndole que renuncie, pero le instamos que expanda la transición hacia una estructura de gobierno empoderada e inclusiva que actuará con urgencia para ayudar al país a prepararse para una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad", ha manifestado el portavoz de la diplomacia estadounidense.

Henry, médico de 74 años, cada vez más aislado, se ha negado hasta ahora a dimitir y dice estar buscando la manera más segura de regresar. En su ausencia, el Gobierno ha prorrogado por un mes el estado de emergencia y el toque de queda en todo el departamento del Oeste, en un decreto publicado en el diario oficial del país.  

Jimmy Chérizier, a former elite police officer known as Barbecue who now runs a gang federation, speaks to journalists in the Delmas 6 neighborhood of Port-au-Prince in Port-au-Prince, Haiti, Tuesday, March 5, 2024. (AP Photo/Odelyn Joseph)
Jimmy Cherisier, jefe de la peligrosa banda G9 en Puerto Príncipe.)
Associated Press/LaPresse

'Barbacoa', un líder para la revuelta

La cara más visible de la revuelta de las pandillas armadas es el líder de la banda G9, que anteriormente perteneció al cuerpo de élite de la Policía. Se llama Jimmy Chérisier, apodado 'Barbacue' (Barbacoa, porque su madre vendía en un puesto callejero comida a la brasa y el se dedica a quemar edificios). En los últimos días ha comparecido ante los medios en Puerto Príncipe para enviarle un mensaje al presidente: o renuncie o enfrentará una guerra civil. 

Sin que se sepa quién financia y está detrás de 'Barbacue', el capo salió, fusil en mano, el jueves para anunciar el comienzo de una "revolución" hasta la renuncia de Henry. Con recado incluido a la comunidad internacional: "Si la comunidad internacional sigue apoyándolo, nos llevarán a una guerra civil", advirtió Chérisier. 

Las pandillas llevan varios años sembrando el caos en la capital. Pero la violencia ha alcanzado recientemente "niveles extremos", según  Médicos Sin Fronteras (MSF). En un informe reciente, MSF compara los niveles de mortandad de Puerto Príncipe en el último año a los registrados en 2017 en los campos de Raqqa, en Siria, entre una población expuesta a los bombardeos de la coalición internacional contra el grupo Estado Islámico o al sufrido por la comunidad rohinyá en Myanmar. Un miembro del personal haitiano de MSF, lo explica así:  "Estoy acostumbrado a ver gente asesinada. Estoy acostumbrado a ver cuerpos en el suelo. Estoy acostumbrado a ver cuerpos quemados. Estoy acostumbrado a oír golpes. A veces es alguien que conoces". 

El país paralizado

Haití es un país azotado por la violencia, la miseria y el sufrimiento en el que hay una vulneración constante de los derechos humanos. Unas 1.200 personas han perdido la vida desde principios de año víctimas de la violencia de las bandas criminales, según el último recuento de la ONU. El 76% de los 12 millones de habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza. Con una economía basada fundamentalmente en la agricultura, es muy dependiente de las ayudas internacionales y de los envíos de fondos de los migrantes.

Unicef ha advertido de que Haití ha caído en los últimos días a "un nivel sin precedentes de anarquía", lo que añade nuevos desafíos a un país donde ya dos de cada tres niños necesitan ayuda humanitaria.

"La población haitiana está atrapada entre dos fuegos. Los espacios para los niños y las niñas se han transformado en campos de batalla" (Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef)

Respecto al terror en curso, la Federación de Colegios de Abogados de Haití ha manifestado estar "extremadamente preocupada por la situación caótica que se desarrolla actualmente", con un acto violento a cualquier hora del día que causan un número indeterminado de víctimas entre la Policía y la población civil. "El colapso del Estado ha alcanzado un nuevo nivel", ha llegado a decir este colectivo, que llama a las fuerzas vivas del país a dar muestras de valentía e imaginación a la hora de trazar nuevas vías hacia el restablecimiento de la paz y la democracia, con un Gobierno, "que debe reconocer que su lugar ya no está aquí".

Muertos en las calles de Puerto Principe, Haití
Muertos en las calles de Puerto Principe, Haití
EFE

La inseguridad ha obligado a cerrar escuelas, pero también hospitales. La ONU ha advertido de que el sistema sanitario se encuentra al borde del colapso y que muchos centros médicos han cerrado o disminuido drásticamente su actividad por la falta de medicinas y por la dificultad de sus trabajadores para llegar a los hospitales.

Desde Médicos Sin Fronteras, la responsable de proyectos Sophie Mealier explica que su personal tiene serias dificultades para acceder a la capital y a sus puestos de trabajo. "Hay calles cortadas con barricadas, inseguridad, falta de combustible, no hay servicio de mototaxi, situaciones que dificultan moverse en el día a día por la capital".

Además, el principal puerto del país ha suspendido sus actividades, por lo que el envío de ayuda humanitaria es aún más complicado. El recrudecimiento de la violencia se suma al alza de precios de los productos de primera necesidad en el mercado local, aumentando el riesgo de una creciente inseguridad alimentaria.

Incendios en la última espiral de violencia en Puerto Príncipe, Haití
Incendios en la última espiral de violencia en Puerto Príncipe, Haití
EFE

La comunidad internacional, alerta pero quieta

La jefa de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH), María Isabel Salvador, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU  "acciones urgentes" para abordar la grave crisis que vive el país. Ha enfatizado la necesidad de desplegar "inmediatamente" la Misión de Apoyo a la Seguridad multinacional, liderada por Kenia. La jefa de la misión ha pedido a las autoridades y a la oposición a llevar a cabo "un diálogo interhaitiano pacífico y constructivo". Hace pocos días, el presidente de Kenia, William Ruto, expresó que el país estaba listo para comenzar el despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS). Sin embargo, en las últimas horas los responsables de dicha misión han pedido frenarla, no creen que sea el momento idóneo.

El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, reconoció este miércoles que la situación de violencia en Haití le "preocupa enormemente", e insistió en que España ya ha anunciado apoyo financiero para el país caribeño así como su participación, con personal y formación, en la misión multinacional de ayuda a la Policía haitiana. Albares subrayó que a pesar de los niveles de violencia e inseguridad, "España es uno de los pocos países que mantiene su embajada abierta", desde donde siguen prestando "apoyo político y diplomático", a la espera de la partición española en la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) en el país caribeño. 

"Ya hemos anunciado que vamos a participar (...) y lo vamos a hacer tanto financieramente, hemos anunciado ya un primer paquete financiero de 3 millones de euros, como a través también de personal y de formación de esa operación policial", afirmó el ministro español, a la espera de que se materialice el, por el momento paralizado, despliegue del contingente internacional que estará liderado por 1.000 policías kenianos. 

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