No dan estas líneas para cubrir con todos los nombres y apellidos la relación entre deportistas defraudadores y Hacienda. Para encabezar esta sección podríamos nombrar a los dos más insignes futbolistas, los señores Leo Messi y Cristiano Ronaldo, delincuentes fiscales –así les bautizó la condena– que optaron por la solución más sencilla para apartarse de un manotazo al molesto mosquito tributario: pagar la multa, calderilla. Solo un futbolista, Xabi Alonso, decidió poner su honor por encima y defenderse ante la justicia, que terminó dándole la razón. La Fiscalía pide ahora casi cinco años de cárcel a Carlo Ancelotti, que ha optado por la vía Alonso. Toca esperar y respetar, de momento, su presunción de inocencia, pero si defraudó, que lo pague. Hacienda somos -o deberíamos ser- todos, tengamos más o menos.