El Ayuntamiento de Madrid, a través del Área de Obras y Equipamientos, ha puesto en marcha los trámites para que la gestión de la M-30 sea 100% municipal a partir del 1 de enero de 2026. En la actualidad, se gestiona a través de la sociedad mixta Madrid Calle 30, en la que el Consistorio posee el 80% del accionariado y la Empresa de Mantenimiento y Explotación S.A. (Emesa) el 20% restante. 

Con este cambio en el modelo de gestión, el Ayuntamiento busca "adoptar la opción más eficiente y sostenible, manteniendo el actual nivel de excelencia en el servicio", ha asegurado la delegada del Área de Obras y Equipamientos, Paloma García. Además, "va a suponer un ahorro considerable, ya que se van a dejar de pagar el IVA, el Impuesto sobre Sociedades y los dividendos al privado", ha puntualizado.

Un nuevo bulevar peatonal unirá la plaza de Cibeles con la Puerta de Alcalá

En 2003, el Consistorio asumió la titularidad de la M-30 como una transferencia efectuada por el Ministerio de Fomento. Desde entonces, se ha gestionado a través de Madrid Calle 30, que inicialmente fue 100% municipal y posteriormente, en el año 2005, pasó a ser empresa mixta con la entrada en el capital social de Emesa, una compañía participada por los grupos Ferrovial, ACS y Vinci.

En la gestión de la M-30 existen dos contratos: uno entre el Ayuntamiento de Madrid y Madrid Calle 30 para lo relativo a los servicios de gestión integral de la M-30; y otro entre Madrid Calle 30 y Emesa para el mantenimiento y explotación de la infraestructura. Aunque ambos están vigentes hasta 2040, el Ayuntamiento puede ejecutar una opción de compra de las acciones de Emesa antes del 31 de diciembre de 2025. De no hacerlo ahora tendría costes adicionales que no harían rentable la operación.

El ahorro que supondrá la gestión 100% municipal de la M-30 aún está por concretar, aunque desde el Área de Obras y Equipamientos lo estiman en más de 50 millones anuales: cerca de 29 millones en IVA, más de 20 millones del Impuesto sobre Sociedades y unos 12 millones de dividendos a Emesa. "En estos momentos el área de Hacienda está elaborando un contrato marco a través del que estamos sacando un contrato basado para que una empresa privada nos diga exactamente cuáles son las condiciones de sostenibilidad de Calle 30 para saber más o menos el precio", ha explicado Paloma García.

Alberto González: "Latina será un referente para vivir tras el soterramiento de la A-5"

En el último ejercicio, la conservación de la M-30 supuso un coste de unos 165 millones de euros al Ayuntamiento de Madrid, con IVA y sin contar el coste adicionales de obras. Por su parte, el patrimonio total de la empresa Madrid Calle 30 asciende a 577 millones. Aquí se incluyen los más de 300 empleados que pasarán a formar parte de las empresas con las que el Consistorio firme los futuros contratos de gestión.

Este cambio de gestión no solo supone la tramitación de un expediente que tendrá que ser aprobado en el Pleno del Ayuntamiento, sino que también trae consigo la tramitación paralela de los contratos que deberán sustituir al vigente entre Madrid Calle 30 y Emesa. Esto significa una gran cantidad de gestiones que deberán estar finalizadas antes de que acabe el año 2025, por lo que la cuenta atrás para el Área de Obras y Equipamientos ya ha comenzado. 

La red de túneles urbanos más extensa de Europa

La M-30 es la infraestructura de movilidad urbana más importante de España. Cuenta con un anillo de 32 kilómetros, de los que 22 discurren a cielo abierto y 10 son subterráneos. Esto la convierte en la red de túneles urbanos más extensa de Europa y la segunda del mundo después de Japón. La vía de circunvalación es también la vía más transitada de España, con 374 millones de desplazamientos y 486 millones de usuarios contabilizados el pasado año 2023.

Madrid Calle 30 se encarga de la conservación de 2 millones de metros cuadrados de pavimento y medio millón de metros cuadrados de zonas verdes. Para ello, cuenta con más de 300 profesionales que trabajan en cada uno de los eslabones: ingenieros civiles, industriales e informáticos, agentes de primera intervención, personal de vigilancia, operadores de consola, agentes de intervención, operarios, vigilantes o personal de administración y servicios.

1.600 cámaras de vigilancia y 200 salidas de emergencia

Por su parte, Emesa se encarga del mantenimiento y conservación de los elementos físicos de la vía, asegurando que están operativos y en un perfecto estado de funcionamiento. Esos elementos incluyen las instalaciones electromecánicas y de seguridad de los túneles, los pavimentos, los paneles, los dispositivos de iluminación o los sistemas de evacuación, entre otros.

En relación con las actividades de explotación, se encuentran todas aquellas actuaciones destinadas a mejorar la fluidez y garantizar la seguridad de la circulación por la M-30. Esto requiere la vigilancia del tráfico, la gestión de la señalización, la minimización de las situaciones de emergencia, accidentes o afecciones puntuales y el restablecimiento del tráfico cuando.

Con el fin de mantener esa seguridad, cuenta con un gran despliegue de medios y tecnologías que incluye 1.600 cámaras de circuito cerrado y 550 señales de mensaje variable. Además, los túneles de la M-30 disponen de 200 salidas de emergencia repartidas por todo su trazado. Todas están dotadas de postes SOS, megafonía, cámaras de video y señalización e iluminación de guiado.