La Universitat de Barcelona (UB) considerará a partir de ahora “mala praxis profesional” las relaciones sexoafectivas entre el personal docente e investigador (PDI) y el alumnado. Así lo ha decidido el Consell de Govern del centro universitario, que busca evitar “situaciones de abuso y/o conflictos de interés en el proceso de avaluación y supervisión”.
Según han explicado desde la UB, el artículo 6.4 bis del Código ético considera que este tipo de relaciones son “en todos los casos, claramente asimétricas, con un evidente componente de superioridad del primer colectivo respecto al segundo”. Es decir, profesores y alumnado.
La modificación se ha llevado a cabo gracias a una propuesta de la Direcció de la Unitat d’Igualtat de la UB y fundamentada por el Protocolo que sirve de guía para el ámbito universitario.
El cambio también pretende velar por la integridad de la interacción entre el profesorado y el alumnado y prevenir o reparar con diligencia posibles situaciones de violencia machista, acoso sexual u otras problemáticas.
Dimisión del vicerrector
La decisión de incluir este cambio en el Código ético llega meses después de la dimisión de Jordi Matas, vicerrector de la UB. En diciembre abandonó su cargo tras ser acusado de agredir sexualmente a una alumna en 2016.
Según explicó la universidad entonces, Matas presentó “la renuncia a sus responsabilidades de gestión para poder emprender sin limitaciones institucionales las acciones legales que cree oportunas para defender su honorabilidad”.
La presunta víctima denunció en eldiario.es que el vicerrector, cuando era catedrático de Ciencia Política y le iba a dirigir el trabajo de final de grado, le envió mensajes sexuales. “Hoy he vuelto a soñar contigo, nos lo pasábamos muy bien”, decían algunos de ellos.
Tras saltar a los medios de comunicación el caso, un centenar de profesores pidieron por carta el cese cautelar de Matas y una investigación para esclarecer los hechos.
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