El Juzgado de lo Penal de Palencia ha condenado a dos años de prisión a un cazador acusado de matar a una osa durante una cacería de jabalí celebrada en noviembre de 2020. Los magistrados han concluido que el cazador es autor material de un delito contra la fauna por disparar la hembra que estaba acompañada de un osezno.
Además de dos años de prisión, el cazador deberá cumplir cuatro años de inhabilitación para la caza, coincidiendo con la pena solicitada por la Fiscalía durante el juicio oral, celebrado los días 8 y 9 de febrero. También deberá pagar 17.505,95 euros a la Junta de Castilla y León en concepto de responsabilidad civil.
La indemnización final corresponde a la mitad de la que reclamaban la Fiscalía y la Fundación Oso Pardo (FOP) en un principio, ya que la sentencia considera que debería haberse suspendido la cacería en el momento en el que se tuvo conocimiento de la presencia de la osa con el osezno en la zona para cazar.
Un disparo preciso a 40 metros de distancia
Como en todos los procesos judiciales abiertos en los últimos años por la aparición de osos muertos o heridos, la FOP ha actuado como acusación popular. La sentencia da por probada que el cazador, que "ocupaba el mejor puesto de todos en la zona más alta y con mejor visión", disparó al ejemplar con su rifle de precisión desde una distancia de unos 40 metros.
También da por probado que "el acusado dispuso de tiempo suficiente para apreciar el tipo de animal al que disparó y conocía suficientemente la especie de oso pardo, dado el lugar en el que se encontraban y la frecuencia en la zona de sus avistamientos, como para detectar que se trataba de un ejemplar de la misma, dadas sus características singulares".
Más allá de la responsabilidad del cazador, la fundación animalista ha defendido que este suceso debe implicar cambios de calado en la actividad de cacería en zonas oseras y ha asegurado que volverá a trasladar a la administración autonómica sus propuestas de mejora en este ámbito.
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