Así son las drogas K: tan potentes y adictivas que los narcos renuncian a traficar con ellas

Las drogas pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden impulsar el consumo compulsivo propio de la drogadicción.
Las drogas pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden impulsar el consumo compulsivo propio de la drogadicción.
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Las drogas pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden impulsar el consumo compulsivo propio de la drogadicción.

Toda adicción es mala por definición, porque "incapacita" y crea una dependencia que anula, en mayor o menor medida, nuestra voluntad. Sustancias que causan adicción son el alcohol, el tabaco, el cannabis, los psicofármacos, la cocaína, los opioides o los esteroides. Pero hasta dentro de las drogas que causan dependencia hay grados.

Por la gravedad de sus consecuencias hemos visto lo que hizo la heroina a toda una generación de jóvenes españoles; o lo que el crack causó y causa en los barrios más pobres y abandonados de Estados Unidos; o más recientemente, la terrible "epidemia" de fentanilo, también en Norteamérica. A esta negra lista hay que sumar las llamadas drogas K, tan letales que organizaciones de narcotraficantes están renunciado a ganar dinero con su venta.

Se las conoce también como drogas zombi y entre sus variedades más comunes se encuentran la K2, la K4 y la K9. El nombre parece venir de la segunda montaña más alta del mundo, el K2. En inglés una cima como esa alude a high ("alto", pero también "drogado").

El origen de esta sustancia está en un experimento de laboratorio que en la década de los 90 intentaba producir sustancias terapéuticas a partir de la marihuana. Aunque es cierto que ésta tiene aplicaciones médicas, de aquel experimento lo que surgió fue un narcótico cien veces más intenso que la marihuana y con un alto potencial para causar dependencia.

De estas variedades de cannabinoides sintéticos se han identificado más de 300 tipos, que se han ganado un sitio en el mercado mundial de las drogas. En Brasil, las drogas K se han convertido en poco tiempo en un importante problema de salud pública, especialmente en la periferia del Gran Sao Paulo. Su rápida expansión en ese país se debe en parte a que el precio es muy barato. Un vial costaba en 2023 menos de tres reales (menos de un dólar).

Qué son los cannabinoides sintéticos

  • Cannabinoide significa "similar a la marihuana" y se supone que producen los mismos efectos que esa hierba. Estos productos químicos son rociados sobre hierbas que luego se fuman. La Damiana es la planta que se usa a menudo con este propósito. Cuando se fuman cannabinoides los efectos son aproximadamente cuatro veces mayores que los que producen la marihuana, asegura Narconon. Comienzan a hacer efecto lentamente al principio, por lo que la persona se puede sorprender por los efectos potentes que le producen mas tarde. 

El narco más grande de Sudamérica las prohíbe

Sus consecuencias —el estado en que deja al usuario y el grado de adicción que causa— han llevado a la organización criminal más grande de Sudamérica a dejar de vender esta droga. El Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil ha prohibido la venta de este tipo de estupefacientes en sus "punteras", que es como se conoce a las zonas donde se vende la droga, informa el canal brasileño BBC News.

La orden es de hace un año y está documentada por llamadas telefónicas en las que se escuchar al líder de la organización ordenar que el veto se cumpliera de inmediato. Y se está notando, por ejemplo, en Sao Paulo.

"Antes se hallaban K9 y K2 en el 30% de las operaciones. Hoy esa cifra ha bajado al 10%", afirman fuentes no identificadas que combaten el narcotráfico en Brasil. No es que los narcos tengan corazón y sean capaces de ver más allá de los beneficios económicos; es que es precisamente eso, los beneficios, lo que están cuidando.

Venderlas perjudica al negocio del narco

La venta de drogas K estaba empezando a perjudicar su negocio en el tráfico de otras drogas. Según esas fuentes, los líderes del narco brasileño se han dado cuenta de que el consumo de K2 y K9 atraía en exceso a las Fuerzas de Seguridad a sus sectores de operación.

"Cuando un hombre las consume en la favela puede caerse y golpearse la cabeza, enfermarse, y esto lleva a que autoridades vayan allí, como la policía y la ambulancia. Esto llama mucho la atención y genera confusión", asegura una fuente anónima a la BBC. Y añade: "Si el cliente va allí a comprar drogas y ve a la policía y personal médico, se da la vuelta y deja de comprar o busca en otra parte".

No es personal; sólo son negocios. "El Primer Comando de la Capital opera en el mercado de las drogas desde hace 30 años y tiene una visión empresarial", asegura Paes Manso, autor de La Guerra: el ascenso del PCC y el mundo del crimen en Brasil.

Según este investigador de la Universidad de Sao Paulo, "se trata de un análisis racional de un negocio de miles de millones de dólares". Ya lo hizo antes. En la década de los 2000 el PCC prohibió el uso de crack en las cárceles para mantener el orden en sus instalaciones.

Como un zombi

El K9 activa las mismas regiones del cerebro que el THC, el componente principal de la marihuana. "El efecto alucinógeno es muy rápido. Tiene una mezcla de estimulantes y depresores que trae la perturbación que tienen las personas. Y da estos efectos de que la persona no habla, muchas veces parece un zombi, con los ojos fijos", explicaba a Voz de América el profesor de ciencias biológicas, Jan Carlo Delorenzi.

De los testimonios de adictos a las drogas K se sabe que se sienten como un golpe que paraliza el cuerpo y desconecta a la persona de la realidad. Uno queda, efectivamente, como un zombi. Es la metáfora que se repite a la hora de explicar sus efectos.

Tras su consumo la persona puede dejar de reconocer a los suyos, sufrir un desmayo, depresión, una parálisis temporal, un ataque de agresividad, una paranoia combinada con taquicardia y hasta un paro respiratorio. Algunos síntomas pueden llegar a ocasionar la muerte.

Según el National Institute on Drug Abuse del Gobierno de Estados Unidos, los efectos a corto plazo del K2 son:

  • Sensación de gran relajación
  • Ver u oír cosas que no existen
  • Gran confusión
  • Ansiedad
  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Vómitos

A largo plazo, puede causar problemas de riñón y convulsiones.

En general, los efectos de los cannabinoides sintéticos incluyen agitación, frecuencia cardíaca acelerada, confusión, mareos y náuseas. Según Narconon, se han reportado casos de dolor torácico con daño cardíaco.

K2 o K9, planta o pastilla

La diferencia entre las drogas K reside, básicamente, en la forma de consumirlas. En principio es un líquido. Le dicen K2 cuando se pulveriza sobre hojas de plantas y tés en general. Cuando se coloca sobre papel o cartón para digerirlo o consumirlo por vía sublingual le dicen K9.

Los narcos suelen mezclar varias plantas secas en una licuadora para formar la base de la droga, explica a la BBC un agente de narcóticos de la Policía Civil de São Paulo. A veces, usan un poco de marihuana para darle el olor y el sabor.

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