Un estudio desvela los casos más antiguos de síndrome de Down: cuatro niños que vivieron en la Prehistoria en lo que ahora es Navarra

Restos de un niño de la Prehistoria con síndrome de Down enterrado en Alto de la Cruz, Navarra.
Restos de un niño de la Prehistoria con síndrome de Down enterrado en Alto de la Cruz, Navarra.
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Restos de un niño de la Prehistoria con síndrome de Down enterrado en Alto de la Cruz, Navarra.

Un equipo de investigadores internacionales del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania han encontrado seis casos de personas con síndrome de Down y uno con síndrome de Edwards, que se podrían calificar como los casos más antiguos descubiertos hasta la fecha.

Según el estudio publicado por el centro antropológico en la revista Nature Communications, cuatro de los seis hallazgos se corresponden con niños de menos de un año de edad que vivieron durante la Prehistoria en una zona de la Península que actualmente se corresponde con Navarra

Actualmente, el síndrome de Down se encuentra en uno de cada 1.000 nacimientos. En este sentido, el grupo de investigadores estableció como objetivo de su estudio abordar los datos genéticos, antropológicos y arqueológicos que recabaron entre 2016 y 2022 para dar nuevas perspectivas sobre el síndrome de Down y cómo podría ser percibido en las sociedades antiguas.

Para ello, los antropólogos realizaron el análisis de cerca de 10.000 genomas recopilados durante 6 años por el instituto alemán pertenecientes a restos óseos de diversas épocas, desde la Edad Media hasta la Prehistoria.

Uno de los casos, procedente de un cementerio de una iglesia de Finlandia, se fechó entre los siglos XVII y XVIII. Los cinco individuos restantes eran mucho más antiguos: datados entre 5.000 y 2.500 años antes del presente, se encontraron en yacimientos de la Edad del Bronce en Grecia y Bulgaria, y de la Edad del Hierro en España, según ha informado el grupo científico en su estudio. 

En nuestro territorio se encontraron cuatro casos en Navarra, en los yacimientos del Alto de la Cruz y Las Eretas, y tenían entre 26 y 40 semanas de edad. En uno de los individuos, los científicos anotaron como observaciones la existencia de una "protuberancia occipital", y en otro, "huesos excepcionalmente gráciles y largos"·

Eran "bebés especiales"

El instituto antropológico alemán ha señalado que los niños vivieron, como mucho, un año. Pero aunque sus vidas fueron cortas, todos ellos recibieron sepultura, "a menudo con ajuar funerario", lo que demuestra que "eran apreciados" como miembros de sus sociedades.

"Iban acompañados de objetos especiales, como collares de cuentas de colores, anillos de bronce o conchas marinas. Estos enterramientos parecen demostrarnos que estos individuos eran cuidados y apreciados como parte de sus antiguas sociedades", afirma Adam Rohrlach, autor principal del estudio.

"De momento, no podemos decir por qué encontramos tantos casos en estos yacimientos", afirma Roberto Risch, arqueólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona, en un comunicado del Max Planck Institute. "Pero sabemos que pertenecían a los pocos niños que recibían el privilegio de ser enterrados dentro de las casas tras la muerte. Esto ya es un indicio de que eran percibidos como bebés especiales".

Un caso de síndrome de Edwards

Aunque el objetivo principal del estudio era encontrar casos de trisomía 21 -es decir, de síndrome de Down-, los investigadores también descubrieron un individuo con trisomía 18. Esta persona, procedente de uno de los yacimientos navarros, tenía una fracción "inesperadamente alta" de secuencias antiguas de ADN del cromosoma 18, que mostraban que era portador de tres copias de este cromosoma. 

Esto es conocido como síndrome de Edwards, una condición que aparece en uno de cada 3.000 nacimientos.

Investigar cómo reaccionaban 

Como el número de muestras de ADN de individuos antiguos sigue aumentando, los autores planean seguir ampliando su investigación en el futuro. "Lo que nos gustaría saber es cómo reaccionaban las sociedades antiguas ante individuos que podían necesitar ayuda o que simplemente eran un poco diferentes", afirma Kay Prüfer en el comunicado, que coordinó el análisis de las secuencias. 

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