Maxim Kouzminov desertó en agosto del Ejército de Putin. No sólo eso: se entregó al Ejército ucraniano con el helicóptero que pilotaba. Luego terminó en España y aquí ha acabado su historia. Su cadáver ha aparecido cosido a tiros en la localidad alicantina de Villajoyosa. La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer el crimen.
La noticia circuló este lunes por varias web prorrusas (incluida la agencia Tass), antes de ser confirmada por una fuente militar ucraniana. Han hecho lo mismo Suspilne, cadena de televisión pública ucraniana, y el medio Kyiv Post, que citó al portavoz de la inteligencia militar ucraniana, Andriy Yusov.
Este martes, hasta el Kremlin se ha pronunciado sobre la muerte de Kuzminov. "Era un traidor" ha asegurado el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin. "Se convirtió en un cadáver moral en el momento en que planeó su sucio y terrible crimen", ha dicho Narishkin, informa la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.
En desacuerdo con la guerra de Putin
Maxim Kuzminov, de 28 años, era ruso y piloto de helicópteros. Desertó hace unos meses porque estaba en desacuerdo con la invasión de Ucrania lanzada por Vladimir Putin, que cumple ahora dos años.
Se convirtió en un cadáver moral en el momento en que planeó su sucio y terrible crimen", dice Moscú
Fue el 9 de agosto de 2023. Kuzminov pilotaba su helicóptero, un Mi-8, y aprovechó una misión cerca de la frontera para desertar. Tras volar a muy baja altura, aterrizó cerca de Karkhiv y allí fue recibido casi con vítores por las tropas ucranianas.
Kuzminov no volaba solo
Pero Kuzminov no volaba solo: le acompañaban otros dos tripulantes. Según lo que luego explicó la inteligencia militar de Ucrania, esas dos personas "desconocían sus intenciones, no se rindieron y murieron tras el aterrizaje". Ese "murieron" significa que fueron ejecutados por las tropas ucranianas.
Kiev usó como propaganda la huida de Kuzminov y le convirtió en un héroe a ese lado del frente. De hecho, los ucranianos estaban detrás de lo sucedido. Le dieron seguiridad, documentos y una compensación de medio millón de dólares. A cambio, el piloto ofrecería el helicóptero Mi-8, además de información sobre la fuerza aérea rusa.
Una deserción preparada por Kiev
En septiembre, los responsables de la inteligencia explicaron que la operación se había preparado en el mayor secreto durante varios meses, pero sin precisar cuándo tuvo lugar. De hecho, ya antes la familia del desertor había sido exfiltrada de Rusia y puesta a salvo. Kiev difundió imágenes de la operación:
En ese acto público habló Kuzminov. Relató su hazaña a cara descubierta y explicó que había decidido desertar por su oposición a la guerra de Putin. "Intentaba entender lo que estaba haciendo mi país. Y todo lo que vi fue maldad, horror y crimen. No quería formar parte de ello", dijo el desertor.
Todo lo que vi fue maldad, horror y crimen. No quería formar parte de ello"
Pasado un tiempo, decidió irse a vivir a España en vez de quedarse en Ucrania, según la prensa de aquel país. Se desconoce si las autoridades ucranianas autorizaron ese viaje.
Del frente de la guerra a Alicante
La pista del piloto ruso se pierde y reaparece el pasado 13 de febrero. Ese día, los medios de comunicación alicantinos hablan de la muerte a tiros de un "ciudadano ucraniano de 33 años" (luego se supo que eran 28). Los periódicos se refieren a un probable "ajuste de cuentas".
Dos asesinos esperaban a Kuzminov en el garaje de la urbanización donde vivía en la localidad alicantina de Villajoyosa, contaba el diario local Información. Es la urbanización La Cala, donde viven muchos extranjeros, sobre todo rusos, ucranianos y búlgaros.
Los dos sicarios cosieron a Kuzminov a balazos: se encontraron seis orificios de bala en su cuerpo. Los asesinos huyeron en un coche blanco, que la Guardia Civil encontró calcinado a unos 20 kilómetros de Villajoyosa.
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