Feijóo afianza su liderazgo y Sánchez acusa un fuerte desgaste de su electorado

Los líderes del PP y del PSOE, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, en los mítines en los que participaron este jueves
Los líderes del PP y del PSOE, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, en dos mítines de la última semana de campaña gallega.
EP / EFE
Los líderes del PP y del PSOE, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, en los mítines en los que participaron este jueves

El fantasma del 23-J había dominado toda la campaña electoral del PP en Galicia. En Génova no querían ser triunfalistas, pese a que todos los sondeos, salvo el CIS, situaban a Alfonso Rueda como claro ganador. Y, finalmente, los pronósticos se cumplieron: el PP retuvo este domingo la mayoría absoluta y el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ve con esto reforzado su liderazgo al haberse involucrado personalmente en la campaña del que fue su feudo durante más de una década. En el lado contrario, Pedro Sánchez, quien sufrió anoche un severo castigo de sus votantes, pues el PSOE perdió casi 50.000 votos que se fueron a los nacionalistas del BNG. Los resultados de Sumar, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz, fueron también muy malos, al no lograr ni un escaño.

Los populares mostraron desde el inicio de la jornada electoral mucha cautela. Poco antes de que cerraran las urnas, fuentes del PP auguraban un buen resultado para BNG y comentaban que los tacos de papeletas del PSOE apenas habían bajado. Estaban optimistas, pero seguían prudentes. Feijóo no llegó a la sede de Génova hasta pasadas las 21.00 horas y siguió lo que quedaba de recuento con la dirección del partido al completo.

No fue hasta tener el 85% del voto escrutado cuando los populares ya se atrevieron a hablar de triunfo. Y todo ello con la mayor participación en unos comicios gallegos. "Después del 23-J, han vuelto a salir a votar: el PSOE se estampa, BNG le pasa por encima, Sumar no entra y la derecha valiente –en referencia a Vox– es extraparlamentaria", comentaron en el PP como primera valoración.

Feijóo se jugaba mucho en estos comicios autonómicos. No solo porque Galicia fue la comunidad que él mismo presidió durante doce años con cuatro mayorías absolutas consecutivas, sino porque el resultado de las generales el pasado julio arrojó una victoria agridulce que no le permitió gobernar.

Con el triunfo en Galicia, gracias al cual Rueda podrá gobernar cómodamente, el PP, bajo el liderazgo de Feijóo, acumula un inmenso poder territorial: preside once autonomías y las dos ciudades autónomas y gobierna en coalición en Canarias. Además, tiene mayoría absoluta en el Senado y el poder en una treintena de capitales de provincia. Desde que Feijóo asumió el liderazgo del PP en abril de 2022, su partido ha ganado todas las elecciones autonómicas que se han celebrado –incluidas las andaluzas de junio de ese año–.

La otra cara de la moneda de la jornada de ayer estuvo representada por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. O, lo que es lo mismo, los líderes de los partidos que gobiernan en coalición en España. Los socialistas gallegos perdieron cinco escaños y obtuvieron su peor resultado histórico. Y casi todos los votos que perdieron fueron a parar al BNG, que se consolidó como segunda fuerza política en Galicia con un discurso en esta campaña que ha pivotado sobre medidas sociales, dejando a un lado la estrategia nacionalista.

Por este motivo, el BNG también absorbió parte del escaso voto que antes retenía el espacio que ahora querían ocupar Sumar y Podemos. Tras la ruptura de estas dos fuerzas hace dos meses, ambas no llegaron a un acuerdo para concurrir juntas a las elecciones gallegas y este hecho lo rentabilizaron anoche los nacionalistas. De hecho, la marca que lidera Díaz quedó por detrás incluso de Vox -que tampoco obtuvo ni un escaño- y no tendrá representación parlamentaria en la tierra natal de la vicepresidenta segunda y donde comenzó su carrera política.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento