Hens y Delgao, compañeros de piso y éxitos musicales

Delgao (izquierda) y Hens (derecha) en una terraza de su barrio
Delgao (izquierda) y Hens (derecha) en una terraza de su barrio
Israel Merino
Delgao (izquierda) y Hens (derecha) en una terraza de su barrio

Las estrellas de la música también comparten piso, pero porque quieren.

Hens y Delgao (Antonio Hens y Jesús Juárez, ambos de Segovia) son de los artistas jóvenes más asentados y con mayor proyección de la industria española. Sus carreras los han llevado por sonidos muy diferentes, sin embargo, sus derroteros son similares.

Estos jóvenes segovianos nacidos en 1998 empezaron en la música casi a la vez, subidos ambos en el barco de Go Roneo, uno de los grupos de tontipop (no es un descalificativo: este subgénero se llama así) que más ha impactado en la memoria colectiva centenial. Ahora, ese grupo se encuentra inactivo, sin embargo, ellos siguen juntos. Muy juntos.

“Seguimos compartiendo piso a día de hoy”, aseguran en la terraza de un bar muy cerca de su casa, ubicada en un barrio al norte de Madrid. En esta mañana apacible, desayunan mientras charlan distendidamente con 20Minutos.

Para muchos, compartir piso puede suponer casi una obligación. En estos tiempos de precariedad – más para la gente joven –, meterse en un alquiler en solitario se convierte en un imposible y adquirir una vivienda, una fantasía; sin embargo, estos dos segovianos lo hacen porque son amigos y compañeros de un trabajo, aseguran, que la gente puede ver como inusual.

“Es muy estimulante para los dos vivir juntos”, empieza a contar Hens, quien tiene los ojos azules y el pelo rubio. “Nos acompañamos mucho en lo que pasa y nuestro modo de vida. Al final, ninguno de los dos tiene que levantarse a las siete de la mañana para trabajar. A no ser que tengamos un bolo o algo así, claro”, añade entre risas.

Para muchos compañeros de piso, convivir puede ser más o menos divertido o especial, sin embargo, ¿cómo es para dos cantantes que, incluso, reciben galardones comunes? Hace un par de semanas, por ejemplo, su sencillo conjunto Dos días al mes recibió ni más ni menos que un disco de platino. No todos los compañeros tienen colgado uno de esos en su salón.

Delgao y Hens en una terraza de su barrio
Delgao y Hens en una terraza de su barrio
Israel Merino

“Se siente irreal”, explica Delgao, en referencia al platino. “Es como si de pequeño hubiésemos frotado una lámpara y le hubiéramos pedido a un genio vivir con nuestro mejor amigo, y encima, pagarlo todo con la música”.

Estos dos artistas, aun habiendo empezado sus carreras conjuntas en Go Roneo – y colaborando mutuamente para proyectos comunes –, han decidido llevar sus sonidos por enfoques bastante diferentes.

Hens, quizá el más apartado de la línea urbana de hoy en día, es conocido por haber heredado y renovado, siempre hablando desde la escena mainstream, el sonido rockero que veníamos escuchando desde la década de los 2000.

En el año 2021, tras haber publicado varios sencillos, sacó Hensito, su primer álbum de estudio. En él, explora sonidos acústicos a la vez que potentes; una combinación de ritmos y letras que pueden recordar a algunos de los grupos pop-rock más míticos de la escena española.

Ya en el pasado 2023, publicó No me odio tanto, un disco más cañero y renovado que ha venido escoltado por colaboraciones sensacionales, como un remix con Melendi de su mítica Hablando en plata. A modo de culmen, este 23 de febrero (“es un homenaje a Tejero”, bromea en la terraza) cerrará gira en el Wizink Center de Madrid.

Delgao, por su parte, viene de sacar singles y dos EPs largos, Como robar un banco y Balada Kynky, hasta haber estrenado recientemente Nana, su primer álbum de estudio.

El sonido de este chaval segoviano es complicado de definir, con muchos ritmos poperos, reminiscencias urbanas de sus viejos tiempos y producciones electrónicas por doquier. En la página web de su discográfica, su álbum es definido como “una batidora sonora”, una descripción más que acertada cuyo culmen se ve en la canción Cavalli.

Estos dos chicos, de vidas paralelas y sonidos diferentes, tienen una historia personal profunda y arraigada; la historia de dos chavales normales de Segovia, soñadores y raperos – como todos en la adolescencia – que supieron jugar con la suerte para que todo fuera a más.

Una noche de fiesta en Segovia, explican, coincidieron gracias a unos amigos en común. Altavoz en el oído y borrachera rampante por medio, empezaron a improvisar, rapear y, sobre todo, hacerse amigos.

“Los temas que empezamos a hacer esos primeros días eran basura”, dice Hens. “¿Sabes lo típico que se dice cuando conoces a alguien de que hay que volver a quedar para hacer cualquier cosa, que nunca se acaba haciendo? Pues nosotros sí lo hicimos”, añade entre risas.

De aquellos años, ya casi seis, quedan pocas cosas. Ahora, los contratos discográficos, las ofertas de promotores y los miles de fans se acumulan por las esquinas; sin embargo, siguen recordando los principios. 

Hens trabajaba en un hotel segoviano cuando le surgió la oportunidad de poder vivir de su música. Recuerda entre risas que cuando salía por el centro de la ciudad tras echar sus horas, con el uniforme sudado y cara cansada, ya le empezaban a pedir algunas fotos: sus temas se estaban empezando a pegar.

En 2020, unos meses antes de que empezara la pandemia, una discográfica le llamó para fichar por él y darle un dinero: “yo hice cálculos y pensé que era como cualquier otro curro temporal que había tenido; como trabajar en el Carrefour. Vivir de la música un tiempo y ya está, sin expectativas de nada y sin parecerme heroico. ¿Antes era camarero? Pues ahora, cantante”.

Para Delgao, las cosas fueron muy similares: gracias a un adelanto de distribución, empezó a hacerse sus números, como cualquier trabajador común al firmar en un nuevo curro, y sacó sus cálculos. Ahora, podía vivir de la música cierto tiempo y pagar sus videoclips y añadidos.

“Podía vivir de la música en aquel momento, eso sí”, añade, “si salían las cosas bien. Yo calculaba que me gastaba tanto dinero en un videoclip o en mis canciones contando con que luego volvería”.

De aquellos tiempos, Delgao no siente nada de nostalgia. Aun teniendo muy buenos recuerdos, asegura que no lo echa de menos porque siempre quiso esto. Hens, sin embargo, lo ve algo diferente.

“Tengo la capacidad de romantizar todo lo que me pasa”, asegura. “Puedo sentir nostalgia hasta de la semana pasada”. Y una de las cosas de las que puede sentir nostalgia, claro, es Go Roneo.

Go Roneo fue una de las bandas de tontipop más importantes de la música española, un grupo formado por Sesentay6, Puto Only y nuestros dos protagonistas de hoy.

Allá por el 2019, este grupo de amigos empezó a sacar temas juntos – algunos, incluso, grabados desde la distancia, pues se encontraban desperdigados de Erasmus – que no tardaron, por su forma, en hacerse virales en Internet.

Su estilo gracioso, desenfadado y sin ninguna pretensión de seriedad, siempre a caballo entre el meme y la parodia, sumado a una especialita musicalidad que hacía que las canciones se te quedaran en la cabeza, hizo que rápidamente empezaran a gustar a los más chavales.

“Mucha gente en la industria nos reconoce que Go Roneo abrió puertas a muchos estilos y sonidos diferentes”, asegura Delgao. “Cuanto más tiempo pasa, más nos reconocen cosas”.

Go Roneo fue esa banda posadolescente, de primera juventud, que ayudó a ir levantando las carreras de nuestros segovianos. De aquellos años, aseguran, echan de menos muchas cosas, desde los primeros y cutrísimos conciertos en los que cantaban con dos micrófonos siendo cuatro vocalistas, hasta sus problemas con el fisco.

“Nos puso una multa Hacienda por no pagar el IVA de una factura”, cuenta entre risas Hens. “No porque no quisiéramos hacerlo, sino porque no teníamos ni puta idea de cómo. Me hace gracia lo gilipollas que éramos. Veo los conciertos y pienso en cómo molaba lo mal que lo hacíamos”.

Ahora, el tiempo ha pasado y el sonido de estos dos compañeros de piso es maduro y mucho más sofisticado, sin embargo, la espinita de Go Roneo a veces pincha: “hoy mismo me han preguntado si va a volver”, asegura Delgao. “Creo que me lo preguntan todos los fans habituales.

Ambos coinciden durante esta charla en que Go Roneo volverá. No saben cuándo, pero sí tienen claro cómo: “volveremos un poco más profesionales que antes, pero no mucho”, cuenta ahora Hens. “Será la forma de hacer música sin ataduras, pillando birras con los amigos y grabando sin planes de promo”.

Aunque ambos artistas miren atrás para hablar de Go Roneo, tienen muchas razones para mirar hacia delante. Los tickets para el Wizink Center de Hens se están vendiendo muy bien, nos chivan desde su promotora, y Nana, el álbum de Delgao, ha entrado en la lista de Promusicae de los 100 álbumes más vendidos de España.

Dentro de poco, podrán colgar nuevos trofeos en su salón. Quizá, incluso, cuelguen este reportaje. 

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