Morir por culpa del trabajo sigue siendo una realidad trágicamente cotidiana. Solo en 2023 fallecieron 721 personas a consecuencia de su empleo, una cifra que, si bien es un 13% inferior a la de 2022, arroja un balance preocupante: de media, cada día se producen 2,7 decesos vinculados al trabajo. Además, estamos ante un problema con una descomunal brecha de género. De los 721 decesos que se registraron el año pasado, el 91% correspondía a hombres. Esta es la imagen general que arroja la estadística oficial de accidentes laborales publicada este martes por el Ministerio de Trabajo.
Las cifras que proporciona el departamento que dirige Yolanda Díaz apuntan a que el año pasado se produjeron 105 muertes menos por accidente laboral que en 2022. Un ejercicio que fue especialmente trágico, con 824 decesos por motivos laborales, una categoría en la que se incluyen desde infartos a caídas de andamio. Eso sí, siempre que se pruebe una relación causa-efecto con el trabajo que se desempeña. Los datos todavía no son definitivos, pero sitúan la mortalidad laboral en 2023 algo por encima del nivel de 2019, 2020 y 2021.
La mayoría de las muertes en el trabajo se producen durante la jornada. En concreto, 581 de ellas (el 81% del total) se produjeron "en jornada", mientras que las 140 restantes se registraron in itinere. Es decir, de camino o de vuelta al trabajo.
Si analizamos las causas por las que muere la gente en el trabajo, se observa cómo la mitad de los fallecimientos se deben a motivos naturales como infartos o derrames cerebrales. Eso sí, es importante recordar que se trata de casos en los cuales se ha identificado una relación directa con el empleo. Entre el resto de causas no naturales destacan los accidentes de tráfico (91 decesos), las caídas mortales (91) y los atrapamientos, aplastamientos y amputaciones (87). En lo que respecta a las muertes in itinere, la inmensa mayoría se deben a accidentes de tráfico (140 personas en 2023).
A nivel sectorial, los servicios —con 282 decesos— son la actividad en la que se registran más fallecimientos. Sin embargo, la incidencia de la mortalidad en el trabajo es mucho mayor en el campo (10,3 muertes por cada 100.000 trabajadores afiliados a la Seguridad Social), la construcción (9,5) y la industria (4,1). La siniestralidad laboral mortal se ha reducido en todos los sectores, pero lo hace especialmente en el agrario, donde ha bajado un 24%. Respecto al tipo de relación laboral, se han registrado 100 muertes menos entre asalariados respecto a 2022 y cinco menos en el caso de autónomos.
Menos muertes, pero casi los mismos accidentes
Aunque parezca sorprendente, la caída en la mortalidad laboral no ha venido acompañada de un descenso claro en el número de siniestros. En todo 2023 se contabilizaron 1,2 millones de accidentes, apenas 1.500 menos que en 2022. Además, hay que tener en cuenta que hace dos años contagiarse de covid en el sector sanitario todavía computaba como accidente de trabajo. De hecho, si descontáramos la bajada de siniestralidad laboral en sanidad, los accidentes se habrían incrementado en 2023.
Tanto es así, que los accidentes no mortales con baja han aumentado en todas las modalidades, salvo en accidentes de tráfico y "otras causas" (donde se englobaban los casos de covid). El principal motivo de accidente laboral son los sobreesfuerzos físicos o musculoesqueléticos, que suponen un (31%) de los casos. También tienen una incidencia importante los golpes con objetos inmóviles u otros trabajadores en movimiento (27% de los siniestros) o los golpes contra objetos móviles (16%).
Los sectores donde más accidentes se producen son la industria manufacturera (95.273 siniestros) y la construcción (83.966). Estas son también las dos actividades con mayor siniestralidad laboral en términos relativos. En ambos casos, la incidencia duplica la media nacional de 0,3 siniestros por cada 1.000 habitantes.
CC OO teme un repunte en 2024
Aunque la mortalidad laboral se ha reducido considerablemente en 2023, no está claro que estemos ante un cambio de tendencia. Desde CC OO señalan que aunque desean que la tendencia se consolide e intensifique "hay elementos que no nos permiten ser optimistas", señala Marian Sanz Lubeiro, secretario de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental del sindicato.
"La incidencia está aumentando en sectores clave como la hostelería, la industria manufacturera, el comercio o el suministro de agua y la gestión de residuos. Mucho nos tememos que si no se produce una mejora significativa de las condiciones de trabajo, el año 2024 puede experimentar un nuevo repunte de la siniestralidad", añade.
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