La lucha contra la inestabilidad política y de seguridad en el Sahel se ha convertido en una de las prioridades de la Unión Europea y, también, del Gobierno español. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, han estado este jueves en Nuakchot para cerrar una serie de acuerdos de más de 500 millones de euros con el Gobierno mauritano, al que se pretende convertir en un Estado aliado, uno de los pocos que le queda a Europa en una región convertida en los últimos años en el epicentro mundial del terrorismo.
Sánchez ha recalcado que el objetivo claro de la visita a Mauritania junto a Von der Leyen es fortalecer la cooperación con el país y combatir la escalada de la inmigración irregular. Mauritania es para España (y por tanto para Europa) un país clave para controlarla, ya que es desde donde procede buena parte de los cayucos que están llegando a Canarias. De las costas mauritanas han salido el 83% de los migrantes que han llegado a las islas en lo que va de año. El número de llegadas al archipiélago canario en este mes de enero ha alcanzado los 7.270 migrantes, lo que supera el acumulado durante los primeros seis meses de 2023.
No sólo a ese problema se ha referido Sánchez en su intervención, pero sí ha sido uno de los elementos principales y está en el fondo de la ayuda integral que se va a prestar al país. En ese sentido, ha comunicado que ya se está hablando entre los gobiernos de España y Mauritania sobre proyectos de migración circular como los que ya se han puesto en otros países y ha reiterado su defensa de garantizar flujos migratorios ordenados y seguros. Este tipo de programas migratorios prevén la contratación en el país de origen de trabajadores para que desempeñen determinados puestos en España, en general de carácter temporal o estacional, tras lo cual regresan a su país.
España destinará en los próximos años más de 310 millones de euros al desarrollo económico de Mauritania y la cooperación en ámbitos de seguridad y migración. Según ha remarcado Sánchez en la rueda de prensa junto a Von der Leyen y el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, ae hará énfasis especial en proyectos verdes y en inversiones en energías renovables. Tal y como había avanzado poco antes en un foro sobre hidrógeno verde, en los próximos cinco años España dará 200 millones de euros para proyectos enmarcados en este ámbito. El presidente del Gobierno ha precisado que ya se está trabajando con el Banco Mundial para identificar proyectos específicos cofinanciados en los ámbitos de energías renovables e infraestructuras.
Además, ha anunciado un aumento de los instrumentos de cooperación al desarrollo. Ha explicado que se ha firmado el nuevo Acuerdo Marco País que está alineado con la estrategia mauritana para el crecimiento acelerado y la prosperidad compartida. Este nuevo acuerdo, ha dicho, prevé 60 millones de euros para proyectos de desarrollo en los cuatro próximos años. Adicionalmente, destinará 50 millones de euros más en los próximos cinco años a nuevos proyectos de cooperación financiera.
Ha sumado a todo ello el hecho de que España vaya a doblar su ayuda humanitaria al país, incrementando del millón de euros dedicado en 2023 a dos millones este año. El presidente del Gobierno ha justificado ese aumento por el impacto en Mauritania que están provocando los conflictos en Mali y Níger y que están ocasionando un significativo incremento del número de refugiados y dando lugar a una situación que ha calificado de preocupante.
Así mismo, Von der Leyen ha anunciado también que Europa reforzará su asociación con Mauritania en el ámbito de la seguridad, por lo que dará más de 22 millones de euros adicionales, lo que supondrá un total de 40 millones en 2024 para "financiar el nuevo batallón Mauritania de lucha contra el terrorismo y asegurar la frontera oriental con Mali".
Mauritania, 'hub' europeo de hidrógeno verde
Una de las citas de la vista de Sánchez y Von der Leyen a Mauritania ha sido una reunión sobre hidrógeno verde con el Gobierno del país africano y empresarios europeos en la que los dirigentes de la UE han comprometido las inversiones millonarias para desarrollar en el país una industria vinculada a la producción de hidrógeno verde. A partir de ella, han prometido "prosperidad", empleos y "una fuente muy relevante de ingresos". También redundará en beneficio de la UE, cuya producción interna no será suficiente para suplir los combustibles fósiles en la industria o el transporte pesado.
Por su parte, Von der Leyen ha reclamado un marco jurídico estable para las empresas europeas. Para que Mauritania desarrolle una industria del hidrógeno verde primero debe empezar por el despliegue de energía eólica y fotovoltaica, de modo que el país pase de una potencia instalada que hoy no llega a 1.000 megavatios a 16.000 megavatios. Así podrá abastecer los proyectos ya anunciados, una parte de los cuales tanto Sánchez como Von der Leyen han planteado que sirvan para abastecer a la UE. De paso aseguran que hará florecer una nueva industria energética que promoverá la creación de empleos y “prosperidad” en el país.
Así lo han expuesto a un presidente mauritano ya de por sí convencido. "Mauritania cuenta con abundantes recursos para renovables, eólica y solar casi únicos por la calidad y empresas de hierro y otros minerales que también se pueden utilizar en la producción de energía", ha ofrecido Ould Ghazouani a la delegación europea.
"La UE producirá 10 millones de toneladas de hidrógeno verde de aquí a 2030 y sabemos que vamos a tener que importar otros 10 millones de toneladas", ha indicado Von der Leyen sobre una nueva energía renovable que se presenta como la sustituta de los combustibles fósiles en sectores d difícil electrificación como la industria o el transporte pesado. "Tenemos que realizar un gran esfuerzo dentro de la UE pero también necesitamos socios fuera de nuestras fronteras".
Por su parte, Von der Leyen ha incluido a Mauritania dentro del grupo de países a los que la UE destina su programa Global Gateway para fomentar inversiones sostenibles. La presidenta de la Comisión ha prometido también "reforzar cooperación en gestión de fronteras, retorno y asistencia a refugiados" por lo que se ha aprobado una "hoja de ruta conjunta con una dotación de más de 210 millones hasta finales de año para gestionar flujos migratorios, ayuda humanitaria a refugiados e inversiones en empleo".
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