Sánchez y Von der Leyen viajan este jueves a Mauritania para reforzar la cooperación en migración y seguridad con el Sahel

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Presidencia del Gobierno / Getty Images / ARCHIVO
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, realizarán este jueves un viaje relámpago a Mauritania, país que Europa pretenden convertir en el socio principal para la lucha contra la inmigración irregular y la seguridad en África Occidental. La región del Sahel se ha convertido en los últimos cinco años una de las zonas más inestables del mundo, donde el terrorismo yihadista y los golpes de Estado están provocando una alarmante crisis migratoria y humanitaria. 

El viaje de ambos líderes se fraguó durante la reunión que el jefe del Gobierno mantuvo con el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, el pasado mes de septiembre en los márgenes de la Asamblea de la ONU, y tras la conversación telefónica entre ambos a principios de año. Fuentes de Moncloa aseguran que el mensaje que se pretende trasladar con esta visita es mostrar apoyo al país y reforzar la cooperación en materias como seguridad y movimientos migratorios irregulares; así como fomentar una línea de inversión relacionada con el hidrógeno verde.  

Ghazouani recibirá a Sánchez y a la presidenta de la Comisión en el aeropuerto de Nuakchot y mantendrán después una reunión en el palacio presidencial; los tres participarán en una mesa redonda sobre hidrógeno verde, habrá una firma de acuerdos y está pendiente de concretarse una posible visita al Colegio de Defensa G5 Sahel. En el terreno de apoyo económico se enmarca el foro sobre el hidrógeno verde que pretende impulsar el proyecto de la Unión Europea en Mauritania anunciado el octubre pasado, evento en el que participarán una decena de empresarios españoles y de otros países comunitarios. Se trata de facilitar que el país se convierta en un centro de operaciones de energías renovables.

Esto permitirá activar nuevas líneas de financiación de empresas españolas con objeto de estimular la inversión en la economía de Mauritania, país con el que se van a anunciar también acuerdos en materia cultural y de migración circular. Este tipo de programas migratorios prevén la contratación en el país de origen de trabajadores para que desempeñen determinados puestos en España, en general de carácter temporal o estacional, tras lo cual regresan a su país.

Durante el viaje de este jueves se concretarán ayudas para abordar de forma integral la lucha contra los movimientos migratorios irregulares. Fuentes de la Comisión Europea confirman a 20minutos que anunciarán este jueves la entrega de 200 millones de euros dirigidos a diversas áreas de cooperación. Además, Sánchez hará también anuncios, aunque el Gobierno no ha adelantado el contenido.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha justificado esta semana su viaje para reforzar la cooperación con el objetivo de frenar el incremento de inmigrantes irregulares que llegan a las islas Canarias. "Mauritania es la única democracia de esa zona de África y tenemos que apoyarla", ha señalado en una entrevista en La Sexta. El jefe del Ejecutivo ha dicho que esta cooperación es "absolutamente" relevante con los países de origen y de tránsito de la inmigración irregular en un contexto como el que se vive en el Sahel, que ha resumido como "particularmente delicado".

El "modelo mauritano"

Mauritania es para España (y por tanto para Europa) un país clave para controlar la inmigración irregular, ya que es desde donde procede buena parte de los cayucos que están llegando a Canarias. De las costas mauritanas han salido el 83% de los migrantes que han llegado a las islas en lo que va de año. El número de llegadas al archipiélago canario en este mes de enero ha alcanzado los 7.270 migrantes, lo que supera el acumulado durante los primeros seis meses de 2023.

España pretende cooperar con un país de tránsito de los movimientos irregulares y afectado directamente por la situación en el Sahel no solo en el control de fronteras, sino también en apoyo de su economía. Desde Moncloa señalan a Mauritania como un "ejemplo de la lucha contra el terrorismo y contra la radicalización" que ha incluido la reforma de las fuerzas armadas y la inteligencia, así como el aumento de la presencia del Estado en todo el territorio. No en vano, este es uno de los puntos que han provocado la desestabilización en el resto del Sahel. 

La falta de autoridad real en partes del territorio de muchos países de la región (difícilmente gobernable por su propia situación geográfica) se suma a la problemática generada por la hambruna y la situación económica. En este contexto, jóvenes radicalizables por sus condiciones de vida encuentran amparo en grupos yihadistas en Mali, Níger, Chad o Burkina Faso, entre otros. Índices de desarrollo humano bajos, oposición a un Gobierno que no les ofrece oportunidades de futuro y, en algunas regiones, tensiones étnicas, son un cóctel perfecto para la proliferación de grupos extremistas.

El Gobierno español habla así de un "modelo mauritano" articulado sobre una versión moderad del islam predominante en el país en el que el Estado incorpora el control sobre lo que se enseña en mezquitas y madrasas (escuelas islámicas). España y Europa se apoyan en Mauritania no solo para luchar contra la problemática que inevitablemente por cercanía les acaba afectando, sino también para mantener la presencia en una región inestable. Países que han sufrido golpes de Estado en los últimos años han acusado a países occidentales de injerencia, llegando incluso a expulsar a sus tropas, como ha ocurrido con Francia.

Por el momento España mantiene a un contingente en Mali a través de una misión de la UE. No obstante, se ha convertido en una presencia testimonial, ya que la organización G5 del Sahel creada hace diez años y que contaba con un fuerte apoyo de países occidentales para la lucha contra el terrorismo pende ahora de un hilo. Varias juntas golpistas de la región han decidido abandonarla. Mauritania se ha convertido así en uno de los pocos Estados aliados que le quedan a Europa en una zona donde la inestabilidad política y el terrorismo proliferan sin control. 

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