Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El sipedrismo

-Hace una semana decía lo contrario. Es un sipedrismo claro.
-Hace una semana decía lo contrario. Es un sipedrismo claro.
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-Hace una semana decía lo contrario. Es un sipedrismo claro.
Humanos fijos discontinuos.Humanos fijos discontinuos.Pexels
Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Estamos rodeados de sipedrismo, afección mental aguda que debilita los sentidos, disminuye de un modo agudo la percepción y las ganas de observación objetiva de la realidad. El sipedrismo se contagia, sobre todo, entre individuos progresistas y debilita gravemente el sistema inmunológico, en especial, la capacidad de autocrítica y la visión objetiva. Afecta, por lo tanto, a nociones importantes para la vida como pueden ser las ideas de democracia, bien común, igualdad ante la ley, separación de poderes o la jerarquía normativa.

El sipedrismo actúa en el sistema inmune intelectual del siguiente modo: cada individuo tiene sus propias ideas, pero depende de las circunstancias y de los hechos, delega en los responsables políticos de su ideología la opinión y su reacción ante los sucesos diarios. El sipedrista subcontrata el criterio y el juicio y se va enterando cada día de lo que tiene que defender. Las principales cepas sipedristas se han observado en colectivos políticos y periodísticos afines y su capacidad de contagio es alta.

El sipedrista subcontrata el criterio y el juicio y se va enterando cada día de lo que tiene que defender.

A modo de ejemplo, se han analizado individuos sipedristas agudos que han criticado los indultos entre políticos habitualmente y que, de pronto, tras un cambio de criterio jerárquico, los han justificado. Ha ocurrido lo mismo con la modificación a la carta de disposiciones de derecho penal para favorecer a un grupo político, con amagos de hacer lo mismo en el derecho procesal o con la redacción de una ley de amnistía que todos los sipedristas consideraban fuera de la Constitución un tiempo antes. A veces, el sipredrismo tiene brotes específicos y furibundos contra la acción del poder judicial.

El sipedrista tiende a ser polarizante y a ver en los demás lo que él hace constantemente como el ladrón del refrán. Se han observado mejoras en el sipedrismo después de un estudio minucioso de la legislación o de alcanzar la licenciatura en la carrera de derecho, aunque en ocasiones no ha funcionado. También se han observado avances en individuos de más edad y con mayor trayectoria en el tipo de ideología en la que el sipedrismo se agudiza.

Esta enfermedad, definida también por algunos especialistas como delegación de criterio en un líder con pies de barro, encuentra justificaciones para su expansión al entrar en contacto con microorganismos de la llamada extrema derecha, que hacen que el sipedrismo se agudice. Algunos facultativos han observado una mayor reacción ante la derecha moderada en pruebas de radiodiagnóstico y resonancia donde han visto que, en realidad, el sipedrista busca anular al moderado con la justificación de la existencia del extremo. La ciencia todavía está en los primeros estadios de la definición de esta afección que puede convertirse en grave o muy grave en los próximos años. 

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