Las autopistas francesas han recobrado paulatinamente la normalidad este viernes por el levantamiento de bloqueos que han mantenido los agricultores en protesta por sus condiciones económicas. Esta disminución de las medidas llega después de que los sindicatos se mostraran satisfechos por las medidas anunciadas por el Gobierno.
De forma simbólica, ha reabierto por vez primera la estratégica A7, que desde el pasado día 23 estaba cortada a lo largo de 130 kilómetros por la acción del más activo de los grupos de campesinos.
La empresa Vinci, que gestiona la mayor parte de las autopistas del país, indicó que faltan nueve puntos de bloqueo por levantar porque algunos manifestantes pretenden continuar mostrando su descontento hasta que se celebre el Salón de la Agricultura de París el próximo día 24.
Esa feria, la mayor agropecuaria de Europa, ha sido marcada en el calendario de los agricultores para evaluar la puesta en marcha de las medidas anunciadas por el Ejecutivo francés, con la amenaza de retomar la protesta si no obtienen satisfacción. Hasta entonces, las organizaciones agrarias tienen previsto organizar acciones para mantener viva la llama de sus reivindicaciones.
Vinci indicó también que necesitará algo de tiempo para acondicionar la circulación en los puntos de bloqueo, donde los manifestantes amasaron grandes cantidades de residuos que tendrán que retirar.
El presidente de la FNSEA, principal sindicato agrícola del país, Arnaud Rousseau, reiteró que la suspensión de la protesta está condicionada a que se concreten las medidas antes del Salón de la Agricultura y a que antes de junio próximo se presente una nueva ley sobre el campo.
Incluso el sindicato minoritario Coordinación Rural, que fue el más beligerante durante los días de la protesta, se mostró conciliador y apeló a levantar los puntos de bloqueo, aunque también estarán alerta sobre el cumplimiento de las medidas. El primer ministro, Gabriel Attal, consiguió este jueves finalmente aplacar la protesta agrícola con una tercera intervención en la que desgranó medidas en favor de la agricultura, aunque para muchos lo hizo en detrimento de la ecología.
La portavoz del Ejecutivo, Prisca Thevenot, negó esta idea y señaló que hay que "salir de la ecología punitiva" sin reducir la ambición sobre la contribución de la agricultura en favor de la lucha contra el cambio climático. La suspensión del plan para reducir un 50 % el uso de pesticidas para 2030 ha sido la más simbólica de las decisiones que han generado alarma entre el movimiento ecologista.
"No hay pausa en el colapso de la biodiversidad y la ciencia indica claramente que necesitamos reducir drásticamente el uso y la toxicidad de los pesticidas si esperamos ponerle fin", indicaron este viernes a EFE fuentes de la organización Pollinis, que junto a otras cuatro ONG forma el colectivo Justice pour le Vivant (Justicia para los Vivos). Este colectivo consideró algunas de esas decisiones gubernamentales que han gustado a los agricultores como "totalmente retrógradas" y señaló que suponen un retroceso de 15 años.
"Se trata de un grave error político, ya que si bien la cuestión de los ingresos agrarios es un problema real para muchos agricultores, no es sacrificando el medio ambiente y los recursos naturales como resolveremos este problema, sino todo lo contrario", argumentó Générations Futures, que anunció que emprenderá acciones legales para prohibir todo pesticida demostrado como inseguro.
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