El rey Carlos III de Inglaterra ya lleva media semana en The London Clinic tras la operación de próstata a la que se ha sometido recientemente. En estos días, quien ha estado más tiempo a su lado no ha sido otra que su esposa, la reina consorte Camila, quien ha visitado el centro médico varias veces en las últimas horas.
El soberano británico de 75 años se está recuperando de manera satisfactoria del posoperatorio, si bien eso no significa que vaya a regresar raudo a todas sus funciones, dado que las primeras informaciones que llegan de Reino Unido aseguran que podría estar de baja al menos un mes.
Eso significa que hasta finales de febrero o principios de marzo el hijo de Isabel II se ausentará de los actos presenciales que le requiere su cargo, si bien en su convalecencia podrá seguir ocupándose de aquellos menesteres que no impliquen movimiento, revisando o firmando documentos que necesiten de la aprobación de la corona británica.
Mientras tanto, seguirá recibiendo las visitas de la reina consorte, quien ha dado a sus visitas todo un aire de normalidad, sonriendo a los periodistas e incluso asegurando que todo "está bien" y que va según lo previsto, agradeciendo de paso todos los mensajes de cariño y de apoyo que están llegándole al monarca.
Una forma de encarar este contratiempo que contrasta, sin embargo, con el hermetismo con el que la familia real británica está llevando el otro problema médico reciente: la operación de cirugía abdominal de Kate Middleton, de quien se ha llegado a decir que hubo que "inducirle el coma" e "intubarla".
Sea como fuere, lo seguro es que Carlos III está ya a la espera de que los médicos le den el alta, algo que debería ocurrir en las próximas horas, de manera que continúe su proceso de recuperación en su casa de Clarence House, donde seguirá recibiendo los cuidados de su esposa y podrá seguir dedicándole su tiempo a las labores propias de la monarquía.
Comentarios