Aunque la evolución mundial de la pena de muerte en los últimos años "confirma que el mundo avanza de forma continuada hacia su abolición", según Amnistía Internacional, a día de hoy todavía 55 países practican la pena capital. Entre las naciones que matan "legalmente" se encuentra Estados Unidos. Lo sabía bien Kenneth Eugene Smith, el preso que el estado de Alabama ejecutó este jueves con gas nitrógeno.
Era la segunda vez que Alabama intentaba matar a este reo. Primero lo probó a hacerlo en 2022 con una inyección letal, que resultó fallida. Los verdugos no pudieron encontrar una vena adecuada antes de que expirara la orden de ejecución.
La pena de muerte está vigente en más de la mitad de los estados de EE UU. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, son 27 estados los que aún contemplan y aplican la pena capital. Son: Alabama, Arizona, Arkansas, California, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Dakota del Sur, Florida, Georgia, Idaho, Indiana, Kansas, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Missouri, Montana, Nebraska, Nevada, Carolina del Norte, Ohio, Oklahoma, Oregon, Pensilvania, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming.
Inyección letal
La mayoría de los reclusos ejecutados en Norteamérica recibieron una inyección letal. Consiste en la administración de tres dosis: un anestésico o sedante (suele ser tiopental sódico), un fármaco para paralizar la musculatura del reo (bromuro de pancuronio) y, finalmente, un fármaco para paralizar el latido del corazón (cloruro potásico).
Este método fue utilizado por primera vez por el Estado de Texas en 1982. Este mismo estado ha aplicado en alguna ocasión una inyección de una sola sustancia, el pentobarbital, que se utiliza (como el nitrógeno) para el sacrificio de animales.
En los últimos años, varios estados han tenido problemas a la hora de aplicar la inyección letal. Desde dificultades para encontrarle al preso una vena utilizable a agujas que se desenganchan, pasando por el hecho de que se trata de productos químicos letales o por problemas de abastecimiento.
Los fabricantes de muchos de estos fármacos han prohibido que sus productos se utilicen para matar a un ser humano o han dejado de fabricarlos por completo. Ha sido consecuencia de las denuncias de expertos médicos y organizaciones de derechos humanos de que la inyección letal no es ni menos dolorosa ni menos inhumana.
Gas nitrógeno
La de Alabama, la que ha acabado con la vida de Kenneth Eugene Smith, es la primera ejecución con gas nitrógeno en la negra historia de EE UU. Es la hipoxia nitrogenada. Su uso para ejecutar a un preso está autorizado en Oklahoma, Misisipi y, desde 2018, en Alabama. Al reo se le pone una mascarilla que sustituye el oxígeno por el gas nitrógeno y que lo mata en apenas 15 minutos.
El 78% del aire que respiramos los seres humanos es nitrógeno. De ese modo, en esa proporción, es inofensivo. La hipoxia dice que si se pasa a respirar un 100% de nitrógeno la persona pierde el conocimiento y muere por falta de oxígeno. Esa es la teoría.
Silla eléctrica
Primero, se aplica una descarga eléctrica de 1750 voltios durante 20 segundos. Le sigue una pausa de 15 segundos y otra descarga de 1750 voltios durante 15 segundos. De este modo, al preso se le queman los órganos internos, causándole un intenso dolor y un enorme sufrimiento.
Fue Thomas Edison quien impulsó el uso de la primera silla eléctrica con corriente alterna en EE UU. La primera vez que se mató con este método fue en 1890. Durante el primer tercio del siglo XX fue el procedimiento usado por las autoridades estadounidenses.
Su uso se redujo rápidamente una vez que Texas adoptó la inyección letal como método de ejecución en 1982. En 2008, los únicos estados que la tienen como posible procedimiento de ejecución son los de Alabama, Florida, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia. Ningún otro país del mundo mata con la silla eléctrica.
Ahorcamiento
Existen cuatro maneras de llevar a cabo un ahorcamiento judicial: la caída corta, el ahorcamiento por suspensión, la caída estándar y la caída larga. Método en desuso, en los últimos años, sólo lo ha aplicado New Hampshire, pero es legal también en Delaware y Washington.
Fusilamiento
Morir por los disparos de un pelotón de fusilamiento es un procedimiento que aún puede llegar a utilizarse en Mississippi, Oklahoma, Utah, Carolina del Sur y Idaho. Aunque estos cinco estados lo tienen autorizado, este método de ejecución no se ha utilizado en EE UU desde 2010, en Utah (fue a petición del propio condenado). El fusilamiento está considerado, junto a la silla eléctrica, una de las maneras más crueles e inconstitucionales de cumplir la pena capital.
55 países mantienen la pena capital
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Según las últimas cifras recopiladas por Amnistía Internacional, 55 países mantenían la pena de muerte en vigor. Nueve de ellos la imponían solo para los crímenes más graves, como asesinatos múltiples o crímenes de guerra. 23 la mantenían, pero no la habían utilizado en, al menos, 10 años. El mundo avanza hacia su abolición, pero aunque hay cada vez menos países, se producen más ejecuciones.
China no divulga información sobre su aplicación de la pena de muerte (Amnistía sospecha que fueron más de mil sólo en 2022). De modo que aquel año, excluyendo a ese país, Amnistía registró 883 ejecuciones en todo el mundo. La cifra supera en 53% a las 579 personas ejecutadas en 2021 y es el registro más alto desde 2017. Sin embargo, es mucho menor que los números de los años 1988, 1989 o 2015, cuando más de 1.500 personas fueron ejecutadas en un solo año.
La lista de la muerte
Desde que el Tribunal Supremo reintrodujera la pena capital en 1976, en EE UU han sido ejecutados 1.583 presos. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés), Texas es el estado que ha acabado con la vida de un mayor número de personas: 586, casi una tercera parte del total.
Esta es la lista de los diez estados de EE UU que más aplican la pena capital:
- Texas: 586
- Oklahoma: 123
- Virgina: 113
- Florida: 105
- Missouri: 97
- Georgia: 76
- Alabama: 72
- Ohio: 56
- Carolina del Norte: 43
- Carolina del Sur: 43
En 2023, sólo cinco estados llevaron a cabo ejecuciones. Siete impusieron nuevas condenas a muerte en 2023, el menor número en 20 años, según el DPIC. El estado responsable de la gran mayoría fue Florida, el que preside Ron DeSantis, con seis ejecuciones y cinco nuevas condenas a muerte.
La opinión de los jurados sobre la eficacia, la precisión y la moralidad de la pena de muerte ha cambiado"
Desde 1976, son 23 los estados (y el distrito de Columbia) que han dejado de aplicar la pena de muerte. Colorado, en 2020, y Virginia, en 2021, son los últimos en salir de la lista de la muerte. Todo ello, según el DPCI, es "un claro indicio de que ha cambiado la opinión de los jurados sobre la eficacia, la precisión y la moralidad de la pena de muerte". Sus encuestan señalan que por primera vez, más estadounidenses creen que la pena de muerte se administra de forma injusta que justa.
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