La 'semana horribilis' de Biden: confusiones, enredos verbales, choque con Texas... y hasta una protesta de los propalestinos en un mitin

  • "Ese hombre no puede juntar dos frases seguidas", le atacó Trump esta semana tras ganar en New Hampshire.
  • Los líderes de opinión estadounidenses consideran que Biden ha enfadado a los votantes más jóvenes.
  • OPINIÓN | El temible retorno de Trump.
El presidente Joe Biden habla en la cervecería Earth Rider, el jueves 25 de enero de 2024, en Superior, Wisconsin.
El presidente Joe Biden habla en la cervecería Earth Rider, el jueves 25 de enero de 2024, en Superior, Wisconsin.
Adam Bettcher / LA PRESSE
El presidente Joe Biden habla en la cervecería Earth Rider, el jueves 25 de enero de 2024, en Superior, Wisconsin.

Es casi seguro que el próximo 5 de noviembre Donald Trump compita en las urnas con Joe Biden. Y tan confiado está el magnate que empezó a fanfarronear apenas se confirmó su triunfo en New Hampshire frente a Nikki Haley. “Ganamos a Biden. Casi se podría decir: ¿Quién no? ¿Quién diablos no puede? Ese hombre no puede juntar dos frases seguidas. No puede encontrar las escaleras para bajar de un escenario".

El entorno del presidente Biden también cree (o teme) que el duelo final será con el multimillonario al que no le han hecho mella ninguno de los 91 cargos criminales que enfrenta, incluyendo obstrucción a la justicia y conspiración para defraudar a los Estados Unidos por el asalto al Capitolio. Para Julie Chávez Rodríguez, jefa de campaña de Biden, Trump tiene “casi garantizada” la nominación del Partido Republicano y “va directo a repetir un enfrentamiento con la única persona que lo ha vencido en las urnas”, según expresó en un comunicado.

Biden no ha respondido a las provocaciones de Trump, pero sí ha reforzado su equipo de campaña con dos incorporaciones estratégicas. Jennifer O'Malley Dillon, que fue la directora de la campaña en 2020; y Mike Donilon, un asesor senior que ha trabajado para Biden durante décadas, se trasladarán a Wilmington, en Delaware, la ciudad donde Biden creció y donde está el cuartel general de la campaña electoral. "Estoy agradecido a Mike y a Jen por su servicio en la Casa Blanca durante los últimos tres años, y agradezco que, al reincorporarse a la campaña, den un paso más para garantizar que terminemos el trabajo para el pueblo estadounidense", dijo el mandatario en un comunicado.

Pero aunque Biden haya oxigenado su equipo, sus continuos traspiés no le ayudan mucho. La semana pasada no fue buena para el mandatario estadounidense. El martes tuvo un lapsus que llegó a los medios de comunicación. Ocurrió cuando hablaba sobre derechos reproductivos, un tema que el Partido Demócrata quiere poner en el centro en la campaña y agradecía a sus funcionarios señalándolos en la sala de la Casa Blanca donde daba el discurso. Llegó a afirmar que el titular de Sanidad, Xavier Becerra, estaba allí sentado, cuando en realidad no era así.

A eso se sumó la serie de tropiezos verbales que tuvo cuando hablaba de sus hitos económicos, otro de los temas prominentes de la campaña. Ocurrió en una cervecería de Wisconsin, el jueves, cuando rendía cuentas de la inversión hecha de 1.000 millones de dólares para limpiar los Grandes Lagos, que dan agua potable a 20 millones de personas y que también abastecen a la cervecería, e intentó hacer una broma agradeciendo a la cerveza por el agua de los lagos. Pero no lo logró.

Varios influencers conservadores ironizaron en las redes sociales con el discurso indescifrable de Biden y su capacidad para buscar la reelección. 

Una cuenta del equipo Trump en X fue mucho más lejos y habló de daño cognitivo.

Los otros flancos del presidente

Además de estas críticas, Biden también tiene ha tenido que lidiar con los odios que genera su gestión al frente del gobierno de Estados Unidos. Tiene varios flancos que le restan votos, pero quizás el más acuciante sea el conflicto arabe-palestino. Hay una idea asentada en los líderes de opinión estadounidenses de que Biden ha enfadado a los votantes más jóvenes a pesar de que en los últimos días el presidente haya insistido en público en una solución que contemple la creación del Estado palestino.

El miércoles pasado, en un mitin de campaña en Manassas (Virginia), un hombre se levantó entre el público con una bandera palestina y aunque fue desalojado, otras 11 personas intentaron evitar que Biden prosiguiera con su intervención . Los manifestantes levantaron su voz desde distintos puntos del auditorio y mostraron trozos de tela en los que se podían leer proclamas como “Alto al genocidio”.

Todos fueron expulsados por los servicios de seguridad presentes en el acto, mientras que el presidente se mantuvo impasible en el escenario sin hacer referencia a estos sucesos.

El tema presupuestario es un otro asunto que debe resolver Biden. Hace poco firmó una ley para mantener el funcionamiento normal de los servicios públicos mientras se aprueban las leyes presupuestarias para financiar el gobierno durante el resto del año.

La prórroga, que se extiende hasta el 1 de marzo, fue aprobada con la oposición de los republicanos de extrema derecha de la Cámara de Representantes, pero con mayorías bipartidistas en ambas cámaras. Estados Unidos tiene una docena de normas presupuestarias, lo que dificulta aprobarlas a tiempo para el inicio del año fiscal, el 1 de octubre. Por eso lo habitual es aprobar una prórroga presupuestaria, mientras se tramitan las leyes que habilitan los gastos del ejercicio.

Aparte de las leyes presupuestarias anuales, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está pendiente de la aprobación de un fondo de más de 110.000 millones de dólares, que incluye más de 64.000 millones de dólares para ayudar a Ucrania, otros 14.000 millones para apoyar a Israel en su ofensiva en Gaza, y 6.000 millones de dólares se emplearían en la frontera con México.

La frontera con México es otro flanco que debe atender Biden. Ahora mismo mantiene una disputa con el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, que se niega a ceder el control de la migración ilegal. El Tribunal Supremo estadounidense autorizó hace poco la retirada de la alambrada de púas instalada por Texas en la frontera con México, dando así la razón a las autoridades federales. 

Esta decisión ha supuesto una victoria política para Biden, pero también lo ha puesto en la diana de Trump que ha pedido desplegar tropas en la frontera y está usando el tema para ganar el voto de los sectores más renuentes a aceptar la migración en Estados Unidos. 

Trump seguirá usando todo lo que pueda para desgastar al presidente que busca su reelección: la economía, el tema migratorio o su edad, aunque él sólo tiene cuatro años menos que Biden. Y Biden seguirá con su agenda presidencial y su campaña, donde se cuida mucho de mencionarlo. Este fin de semana estará en Carolina del Sur, donde busca el voto afroamericano antes de las primarias demócratas del 3 de febrero. 

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