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La misión de la UE en el mar Rojo: algunas dudas, la ausencia de España, el acuerdo sobre el cómo y la espera con el cuándo

Puente de mando del HMS Diamond, en el Mar Rojo, este miércoles
Puente de mando del HMS Diamond, en el Mar Rojo.
EFE
Puente de mando del HMS Diamond, en el Mar Rojo, este miércoles

La Unión Europea vive con retos, con deberes por hacer y también con algunas obsesiones. Un poco de las tres tiene la autonomía estratégica, en la que Bruselas lleva insistiendo sobre todo los últimos cinco años; esa capacidad de influir en el orden global es un asunto al que el bloque llega tarde, pero parece por fin haberse dado cuenta de lo que tiene que hacer para conseguirla. Y eso se enmarca, en parte, la misión que prepara la Unión en el mar Rojo para hacer frente a los ataques yemeníes. La teoría se la saben los 27, pero los tiempos en la UE van a otro ritmo: así se plantea un despliegue que prevé ser una de las primeras piedras para un proyecto comunitario más creíble en el nuevo mapa internacional.

"Todavía no hemos alcanzado la unanimidad sobre cuándo se pondrá en marcha", reconoció este lunes el Alto Representante, Josep Borrell, aunque las fuentes consultadas por 20minutos asumen que será "a lo largo del mes de febrero" toda vez que se han superado las dudas iniciales de países como Francia o Italia y se ha consolidado el respaldo de Alemania. No estará, en cambio, en la misión España, que sí se ha comprometido a "no entorpecer" la iniciativa. La pelota en estas cuestiones siempre está en el tejado de los Estados miembros pero parece que hay cada vez más adeptos en la cuestión de que la UE tiene que forjarse también en lo que se refiere a la Defensa.

Hay algunas cosas que parecen claras en la misión: tendrá una duración de alrededor de un año y constará de tres fragatas. "Estas iniciativas llevan su tiempo por los ritmos que hay en la UE, entre los Estados miembros, pero son la manera de avanzar en la autonomía estratégica. Es algo que se ha ido aprendiendo en los últimos cinco años", reconocen las fuentes comunitarias. Mientras, se mantienen los contactos bilaterales que incluso pasan por Estados Unidos. Así, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha hablado esta semana con su homólogo griego, Kyriakos Mitsotakis; ambos coincidieron sobre la "importancia" de proteger las rutas de navegación en el mar Rojo por los continuos ataques de los rebeldes yemeníes hutíes contra embarcaciones.

AGENOR, la misión referencia

En el marco de la UE faltan por ultimar detalles. La referencia es la misión AGENOR, desplegada desde el año 2020 en el estrecho de Ormuz y el golfo de Omán para proteger la navegación internacional, pero también servirá como base la operación Atalanta, liderada entre otros por España y que está en funcionamiento desde el 2008, precisamente para proteger movimientos similares en África. "No es un escenario nuevo para la UE, estas misiones se han hecho durante los últimos años, aunque ahora tenga más foco", añaden las fuentes.

"Los continuos ataques de los hutíes son un peligro real para la estabilidad de la región y representan una escalada que no beneficia a nadie. Bélgica está trabajando con sus socios de la UE y su aliado de Estados Unidos para restablecer la seguridad marítima en la región y evitar cualquier efecto de contagio", expuso ya hace días en redes sociales la presidencia belga del Consejo de la UE. Ese discurso es también el defendido tanto por Josep Borrell como por otros países miembros como Alemania o Francia.

No hay cambio de planes en cambio en el caso de España. La ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que el Gobierno se desmarcaba del despliegue, algo que confirmó este lunes su homólogo de Exteriores, José Manuel Albares. "Evidentemente España no se opone, no lo ha hecho nunca, que la Unión Europea pueda tomar las misiones que considere oportuno. España no va a participar en el mar Rojo y no va a participar porque está participando en este momento en 17 misiones", concluyó Robles, sobre una posición que ha tenido críticas a nivel nacional pero que en Bruselas no ha sido campo de objeciones por parte de los socios o de la Comisión Europea.

Una cuestión voluntaria

La participación o no de los Estados miembros en este tipo de misiones es algo voluntario, que se aglutina bajo el paraguas de la Cooperación Estructurada Permanente en materia de seguridad y defensa (PESCO son sus siglas en inglés). Los Estados miembros participantes son en este formato son Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Eslovaquia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia y Suecia. Eso sí, no todos se implican a la vez en todas las misiones, como pasa por ejemplo con España en el caso de la que se está preparando para el mar Rojo.

Actualmente hay 46 proyectos de Cooperación Estructurada Permanente. Entre ellos se incluyen proyectos en los ámbitos del desarrollo de capacidades y en la dimensión operativa, como la creación de un mando médico europeo, un centro de competencia de las misiones de formación de la UE, equipos de respuesta rápida cibernética, asistencia mutua en ciberseguridad, socorro militar en caso de catástrofes, vigilancia marítima, creación de una red europea de sensibilización militar de vigilancia espacial, una escuela conjunta de inteligencia de la UE, formación especializada en helicópteros y bases conjuntas, lo que permitiría el uso conjunto de bases nacionales y extranjeras.

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