A fondo

La realidad mete prisa a la UE: la industria europea lanza su reconstrucción en una carrera ante EEUU y China

Fábrica de coches.
Fábrica de coches.
NEWSPRESS
Fábrica de coches.

"No debe subestimarse la importancia de la industria de la UE". Esa especie de titular lo da directamente la Comisión Europea, y puede ser banal si no fuera porque los tiempos actuales obligan, como en otras áreas, a que la Unión se pongan las pilas para abrir una nueva era para la industria. La pandemia primero y la guerra en Ucrania después han abierto un capítulo que obliga repensar muchas cosas, entre ellas la estrategia industrial que, además, coincide con una carrera contra el tiempo y también contra otros actores internacionales como Estados Unidos o China. El primero es aliado y competidor a la vez; el segundo tiene la etiqueta, directamente, de oponente. Pero, ¿qué velocidad lleva la UE en esta competición?

De momento, la realidad dice que ha llegado tarde, pero está aprendiendo el bloque a poner el foco en sectores clave y de futuro como los semiconductores, con Países Bajos como pilar fundamental. Según el Ejecutivo comunitario la industria, en sus distintos aspectos, representa más del 20% de la economía de la UE, genera unos 35 millones de puestos de trabajo, y además engloba el 80% de las exportaciones de bienes del bloque."Con los datos en la mano está claro que estamos en un momento de repensar la estrategia", comentan fuentes comunitarias consultadas por 20minutos. De hecho, ese impulso a la industria europea era una de las prioridades de la presidencia española del Consejo, que terminó el pasado mes de diciembre.

Un punto que las instituciones europeas no pueden obviar es el hecho de que los planes para la industria no solo tienen que basarse en el empleo de fondos. Por su parte, Daniel Gil, analista en The Political Room especializado en UE, añade que "todo esto es un proceso" pero es evidente que la Unión "va tarde en algunos sectores", como la industria de los paneles solares, en la que con los años el bloque ha perdido el liderazgo que tenía hace años. Este foco se fue yendo "poco a poco hacia China", recuerda Gil. "Es una de las dependencias que hay ahora en Europa, y es una vulnerabilidad en el contexto de la transición energética", comenta.

"La UE se ha dado cuenta de que ese proceso es importante hace muy poco, con la Covid y las guerras", resume el analista, porque "se ha dado cuenta de sus vulnerabilidades estratégicas expuestas por la pandemia". A largo plazo pide centrarse "en dos derivadas": con respecto a China "tenemos una relación de interdependencia, y eso hay que tenerlo en cuenta", porque Pekín depende también de la maquinaria europea. "La UE depende del paracetamol que se fabrica en China, pero es que en China se fabrica parecetamol con maquinaria europea", sostiene Gil.

La Unión Europea, en general, quiere liderar sectores como los productos farmacéuticos, la ingeniería mecánica o la moda, pero también abre nuevos horizontes como los chips -claves para el desarrollo tecnológico- o la inteligencia artificial, no solo desde la regulación sino también desde su uso en diferentes disciplinas. En esa carrera es clave la atracción de empresas, lo que trajo ya un choque con EEUU tras la aprobación por parte de Washington de la llamada IRA (Inflaction Reduction Act, en inglés), que pretende dar condiciones ventajosas a las compañías para que se instalen en el país.

Bruselas no tardó en reaccionar, y ya hay ejemplos de esa 'lucha'. A principios de enero la Comisión Europea estrenó un nuevo mecanismo: el matching aid. A través del mismo, la Comisión ha autorizado a Alemania a dar 902 millones al fabricante sueco de baterías Northvolt para que no se vaya a EEUU, pues también había recibido una 'oferta' para verse beneficiada por la IRA, la norma americana para atraer inversiones.

Alemania hizo esta notificación dentro del Marco Temporal de Crisis y Transición, preparado para estas situaciones, tal como anunciaron en rueda de prensa en Bruselas la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, y el vicecanciller alemán, Robert Habeck. En este sentido, la planta de Northvolt tendrá una capacidad anual de 60 GWh. Esto se traduce en entre 800.000 y 1 millón de vehículos eléctricos al año, dependiendo del tamaño de la batería. La fábrica empezará a producir en 2026 y alcanzará su plena capacidad de producción en 2029.

La UE confía en que su industria dirija las transiciones hacia la neutralidad climática y el liderazgo digital

Así empieza a andar la estrategia industrial europea que ya se puso sobre la mesa en 2020, casi sin saber lo que iba a llegar. "La UE desea mejorar la competitividad de su industria a escala mundial y aumentar su autonomía y resiliencia. La UE confía en que su industria dirija las transiciones hacia la neutralidad climática y el liderazgo digital, con el objetivo de que llegue a ser acelerador y motor del cambio, la innovación y el crecimiento", resumen en Bruselas, donde además han encargado a Mario Draghi, ex primer ministro italiano y expresidente del BCE, un informe que ayude a reforzar esa industria de la Unión.

A largo plazo el objetivo es consolidar la llamada "autonomía estratégica", que para la Comisión consiste en "reducir la dependencia que la UE tiene de otros, por ejemplo en cuanto a materiales y tecnologías fundamentales, alimentos, infraestructura y seguridad". Es también, concluyen, "una oportunidad para desarrollar mercados, productos y servicios e impulsar la competitividad" en la Unión Europea. Para conseguir lo anterior, las instituciones quieren preparar al Mercado Único para que tenga capacidad de reacción ante futuras crisis. "Que ninguna otra como las que hemos tenido nos coja sin estar listos", terminan las fuentes.

Mientras, Estados Unidos trabaja en su propia línea. El resumen parece sencillo, y la Administración Biden ha creado numerosas apuestas que van en línea con las prioridades que tiene también la UE. Washington apuesta por programas de mucha envergadura como la Ley de Empleos e Inversión en Infraestructura (con una inversión de 550.000 millones de dólares); la Ley de Semiconductores (280.000 millones); o la mencionada IRA (394.000 millones). A toda esta normativa hay que añadir también las que aprueba cada estado motu proprio o, en otro orden de cosas, la apuesta muy clara por la Defensa, en lo que la Unión sí va bastante por detrás (lleva "décadas de desventaja", según las fuentes).

¿Y qué pasa con China? Con el gigante asiático la UE quiere confrontar del todo, y sirve como prueba la apertura de una investigación antisubvenciones sobre las importaciones de vehículos eléctricos de batería (BEV) procedentes de China. La investigación determinará en primer lugar si las cadenas de valor de los BEV en China se benefician de subvenciones ilegales y si estas subvenciones causan o amenazan con causar un perjuicio económico a los productores de BEV de la UE. 

En caso de que ambas cosas resulten ciertas, la investigación examinará las probables consecuencias y el impacto de las medidas en los importadores, usuarios y consumidores de vehículos eléctricos de batería en la UE. Sobre la base de los resultados de la investigación, la Comisión determinará si redunda en interés de la UE remediar los efectos de las prácticas comerciales desleales constatadas mediante la imposición de derechos antisubvenciones a las importaciones de vehículos eléctricos de batería procedentes de China. Este fue uno de los grandes anuncios de Ursula von der Leyen el pasado septiembre, durante el discurso sobre el Estado de la Unión, y dice mucho de cómo quiere ser la UE en el futuro.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento