Las incógnitas que rondan el crimen de Morata de Tajuña todavía son muchas y los detalles que han revelado los amigos de las tres víctimas cada vez resultan más perturbadores. Los cadáveres de los tres hermanos -dos mujeres y un hombre- tenían signos de violencia y una de las hipótesis que baraja la Guardia Civil es que los hermanos pudieron haber sido asesinados por un ajuste de cuentas. Según ha explicado a 20minutos Enrique Velilla, un amigo de la familia, las hermanas estaban siendo estafadas desde hace años por dos falsos militares estadounidenses destinados a Afganistán. "No querían oír la palabra estafa. Para ellas todo era verdad y los casos que pasaban en la tele no lo eran", ha relatado.
Los vecinos de Ángeles, Amelia y Pepe -de unos setenta años y naturales de Torre de Juan Abad, un pueblo de Ciudad Real- llevaban un mes sin saber nada de ellos. Muchos llegaron a pensar que los hermanos, que vivían en la localidad madrileña desde hace décadas, se habían ido a alguna de las viviendas que tenían en otros puntos del país pero, tras detectar un fuerte olor proveniente de la casa dieron aviso a las autoridades. La Policía Local y la Guardia Civil intentaron contactar con ellos sin éxito, por lo que procedieron a realizar las diligencias correspondientes.
Tras obtener la orden de un juez, los agentes del Equipo Territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Arganda del Rey entraron en torno a las 11.30 horas a la vivienda. Allí encontraron los cuerpos de los tres hermanos en proceso de descomposición, parcialmente quemados, apilados y con restos de sangre, confirmaron fuentes de la investigación a las agencias de noticias. Según ha trascendido, la puerta del chalé de dos plantas -que tenía las persianas bajadas- estaba cerrada por dentro y tampoco había accesos forzados.
Velilla ha confirmado que las hermanas habían conocido por Facebook hace poco menos de diez años a dos supuestos militares estadounidenses que estaban destinados en Afganistán. Ambas entablaron una relación amorosa virtual con ellos y un tiempo más tarde uno de ellos se comunicó con las hermanas para informarles que el otro había fallecido y que necesitaba una gran cantidad de dinero para cobrar la herencia, que sería compartida con ellas. Desde entonces, las hermanas comenzaron a enviarle dinero al supuesto 'novio', que siempre buscaba excusas para pedirles más.
Este vecino de la localidad y amigo de los fallecidos calcula que las hermanas "llegaron a entregar 400.000 euros a los estafadores". Además, afirma que Ángeles y Amelia le pidieron a él una cantidad de "18.000 euros en dos ocasiones" pero que se negó a darles el dinero. Otros conocidos de la familia también han declarado a distintos medios de comunicación que les habían pedido grandes cantidades de dinero para enviárselo a los falsos militares y que incluso llegaron a darles un piso que tenían en Ciudad Lineal. Su entorno les avisó que estaban siendo víctimas de una estafa amorosa, pero las mujeres se negaron a aceptarlo.
Los supuestos novios se hacían llamar Michael y Edward, pero utilizaban las fotografías de Wesley Clark y de Mario Guerra. Es decir, de dos hombres reales. El primero de ellos es un exmilitar estadounidense que fue comandante de jefe de la OTAN durante la guerra de Kosovo, mientras que el segundo es un político estadounidense de origen cubano que fue alcalde de la ciudad de Downey, ubicada en el condado de Los Ángeles.
Hasta ahora se desconoce quien podría ser el autor de los asesinatos y los motivos por los cuales se ha producido. Sin embargo, desde la Guardia Civil han indicado a este medio que todavía se está investigando si existe alguna relación entre los asesinatos y la agresión a martillazos perpetrada hace varios meses por un hombre a una de las fallecidas. Las fuentes afirman que aún es demasiado pronto para poder confirmarlo.
Según ha indicado Velilla, el autor de la agresión ocurrida hace meses es un ciudadano paquistaní que era inquilino de los hermanos y afirma que este vivió unos cuatro o cinco meses con los ahora fallecidos. Al parecer, las hermanas le debían unos 60.000 euros al hombre y tras llegar un día a su casa para pedirles que se lo devolvieran este comenzó a discutir con una de ellas y le dio un golpe con un martillo. El amigo de la familia también ha dicho que el hombre, que tenía un locutorio en Arganda del Rey, fue detenido y que salió de la cárcel en diciembre.
Comentarios