«Dondequiera que mires en Arabia Saudí puedes ver crecimiento y progreso», dijo un ilusionado Rafael Nadal para anunciar su fichaje como embajador tenístico del país. Y uno, al leer semejante sentencia, empieza a lanzar preguntas sin respuesta a nuestro español más admirado. ¿Es por dinero? ¿Aún queda hueco por llenar en tus bolsillos después de tu prodigiosa carrera? ¿Ninguna voz de tu séquito sobresalió por encima del resto para advertirte de tamaño error? ¿Dónde te obligaron a mirar para percibir solo crecimiento y progreso? Y, por cierto, aparte de progreso y crecimiento por todos lados... ¿viste a alguna mujer o a alguna pareja homosexual? Pues eso Rafa, solo progreso. Y un poco de dinero para blanquear al país.