Amnistía Internacional también carga contra Nadal por participar en el "lavado de imagen deportiva" de Arabia Saudí

Rafa Nadal, en su último partido de 2024 hasta el momento.
Rafa Nadal, en su último partido de 2024 hasta el momento.
Getty Images
Rafa Nadal, en su último partido de 2024 hasta el momento.

Rafa Nadal anunció el pasado lunes una colaboración como embajador con la Federación Saudí de Tenis (STF) para hacer crecer el deporte en el país árabe. Una decisión que no fue especialmente bien acogida por el público en redes sociales, donde se vertieron numerosas críticas contra el tenista español en la misma línea que las recibidas por Jon Rahm en su día o por la Supercopa de España.

Sin embargo, la polémica ha trascendido a otro plano con la aparición de la ONG Amnistía Internacional, que ha instado públicamente al ganador de 22 'Grand Slam' a que utilice su nuevo papel como embajador de la Federación Saudí de Tenis como plataforma para hablar sobre la situación de los derechos humanos en el país asiático —principal punto de crítica contra los eventos deportivos que deciden trasladar su celebración a los países del Golfo Pérsico—.

A sus 37 años, Nadal ha asumido el papel de embajador como parte de un "compromiso a largo plazo de la Federación Saudí de Tenis para ayudar a desarrollar el deporte e inspirar a una nueva generación de deportistas" en el reino arábigo. El tenista manacorí, por su parte, declaró que quería contribuir al desarrollo continuo del deporte en todo el mundo, y que "hay un potencial real" en el país, en cuya capital, Riad, abrirá también una academia.

Esas buenas intenciones, sin embargo, son insuficientes para una organización de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional, que quiere que el jugador balear utilice ahora su nuevo cargo para cuestionar e incidir en la situación de los derechos humanos en Arabia Saudí. Sin embargo, viendo el recibimiento que tuvo Toni Kroos sólo por criticar un fichaje, si Nadal decidiese hacer caso también se buscaría problemas.

"El nuevo papel de Rafa Nadal no es más que el último capítulo de la implacable operación de lavado de imagen deportiva de Arabia Saudí", declaró el director de Asuntos Económicos de Amnistía Internacional Reino Unido, Peter Frankental. El directivo recordó que "desde el tenis hasta el fútbol, pasando por el golf y el boxeo, las autoridades saudíes han gastado miles de millones en sus esfuerzos por renombrar al país como superpotencia deportiva y desviar la atención de un terrible historial de derechos humanos".

"Al igual que otras estrellas del deporte que aceptan empleos bien remunerados en Arabia Saudí, instamos a Nadal a que hable claro sobre el historial de derechos humanos de Arabia Saudí, ofreciendo un importante mensaje de solidaridad con los defensores de los derechos humanos encarcelados en el país", sentenció.

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