Chicles de hace 10.000 años revelan la dieta de un grupo de cazadores de la Edad de Piedra

Los moldes de plastelina para uno de los chicles de Huseby Klev. El yeso captura las huellas de los dientes de cada lado. POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA VERNER ALEXANDERSEN
Los moldes de plastelina para uno de los chicles de Huseby Klev.
Sebastian Carrasco/EP
Los moldes de plastelina para uno de los chicles de Huseby Klev. El yeso captura las huellas de los dientes de cada lado. POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA VERNER ALEXANDERSEN

Un nuevo estudio sobre el ADN presente en chicles de resina de hace 10.000 años recuperados en la costa de Escandinavia muestra que en la dieta de quienes lo mascaron se encontraban ciervos, truchas y avellanas. También muestra que una de las personas tenía graves problemas con sus dientes.

Hace unos 9.700 años, un grupo de personas acampaba en la costa occidental de lo que hoy es Gotemburgo. Habían estado pescando, cazando y recolectando recursos para alimentarse y algunos adolescentes, tanto niños como niñas, masticaban resina para producir pegamento.

Debido a un grave caso de periodontitis (infección grave de las encías que puede provocar la pérdida de dientes y huesos), uno de los adolescentes tuvo problemas para comer la carne masticable de venado, así como para preparar la resina masticándola. Gracias a esta producción, investigadores han podido saber un poco más cómo era la vida de entonces.

"Hay una gran riqueza de secuencias de ADN en la masilla masticada y en ella hemos encontrado tanto las bacterias que sabemos que están relacionadas con la periodontitis, como el ADN de plantas y animales que habían masticado antes", explica en un comunicado el doctor Emrah Kirdök, del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Mersin y coordinador del trabajo sobre el chicle del Mesolítico.

El yacimiento Huseby Klev en la isla de Orust fue excavado hace 30 años y se encontró resina masticada junto con restos de herramientas de piedra que datan de hace 9.700 años. El material pétreo indicaba una cronología mesolítica y el material masticado ha generado un estudio sobre los datos genéticos humanos de tres individuos.

Los investigadores del estudio aseguran que identificar las diferentes especies presentes en el tipo de mezcla de ADN que estaba presente en el chicle del Mesolítico fue "un desafío". El doctor Andrés Aravena, del Departamento de Biología Molecular y Genética de la Universidad de Estambul, pasó mucho tiempo en la computadora analizando los datos junto con la Dra. Emrah Kirdök.

"Tuvimos que aplicar varias herramientas analíticas pesadas para identificar las diferentes especies y organismos. Todas las herramientas que necesitábamos no estaban listas para ser aplicadas al ADN antiguo, pero gran parte de nuestro tiempo lo dedicamos a ajustarlos para poder hacerlo", concluye Andrés Aravena.

El profesor Anders Götherström, del Centro de Paleogenética, una colaboración entre la Universidad de Estocolmo y el Museo Sueco de Historia Natural, es el director del proyecto en el que se incluye este estudio.

Los investigadores concluyen que este estudio "proporciona una instantánea de la vida de un pequeño grupo de cazadores-recolectores en la costa oeste escandinava". "Es sorprendente, porque existen otros métodos para determinar qué nutrición se relaciona con la Edad de Piedra, pero aquí sabemos que estos adolescentes comían ciervos, truchas y avellanas hace 9.700 años en la costa occidental de Escandinavia y que, al menos uno de ellos, tenía graves problemas dentales", finaliza Götherström.

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