Las obras para la ampliación de la Línea 11 de Metro suman una nueva sorpresa, esta vez alejada de la tala de árboles. Los movimientos de tierra en el parque de Comillas, en el barrio de Carabanchel, han dado pie al hallazgo de restos pertenecientes a las antiguas viviendas construidas en la posguerra para acoger a familias sin hogar, muchas de ellas, víctimas de la represión. Los vecinos que se acerquen a las inmediaciones de las obras podrán ver el trazado de la planta de las casas o los pozos de la época.
Para la Comunidad de Madrid, responsable de los trabajos de la línea diagonal que prevén conectar Carabanchel con Valdebebas, se trata de "solados de escaso valor patrimonial" de los cuales conocían su existencia, según ha informado fuentes de la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras a este periódico. Además, han añadido que "la obra sigue su curso", pues los trabajos cuentan con una autorización y dispone de un estudio de arqueología avalado por la Dirección General de Patrimonio Cultural.
Sin evidencias de restos óseos en la zona
Los vecinos aseguran que también "han aparecido restos óseos humanos aparentemente antiguos" relacionados con "la Guerra Civil, fusilados del franquismo o al cementerio cercano", según recoge en un comunicado la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm), a través de la asociación de familias (AFA) del colegio público Perú, junto a la Asociación Vecinal Parque de Comillas. Ante estas afirmaciones, las mismas fuentes de la Consejería han asegurado que "a día de hoy no existen restos óseos en esta zona", pues no tienen notificación alguna al respecto.
Tras el hallazgo, la Fravm pide a la UTE responsable del proyecto, formada por Acciona, Dragados y Grupo Rover, que "solicite el personamiento de la Policía Nacional o Guardia Civil en el lugar para comunicar al juzgado los hechos, y que una comisión judicial integrada por un médico forense determine si resulta de interés". "Es importante el contexto en el que aparecen", señalan desde el AFA del CEIP Perú tras consultar con equipos especialistas en la materia.
Una zona donde se estableció el frente republicano
Para las citadas asociaciones, que forman parte del movimiento ciudadano 'No a la Tala', es importante enmarcar históricamente estos hallazgos para elaborar una recuperación de la memoria histórica, ya que estuvieron en pie desde 1940 y hasta finales de los 70. Los vecinos alegan que "forma parte de la memoria con la que se ha ido formando el barrio y muchos vecinos nacieron y vivieron en esas casas", las cuales contaban con 40 metros, dos habitaciones y un baño cada cuatro hogares. Además, estaban custodiadas por falangistas y eran habituales los registros para controlar a cada inquilino, según señalan.
Durante la Guerra Civil, el frente republicano se estabilizó en Carabanchel Bajo, entre noviembre de 1936 y abril de 1939, lo que permitió contener el avance del ejército nacional rebelde, al mismo tiempo que dejó multitud de víctimas. Según testimonios orales del barrio recogidos por las asociaciones, se podía subir "saltando de cadáver en cadáver" por la entonces carretera de Toledo, que en la actualidad es la calle de Antonio Leyva, paralela a la zona de obras.
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