Las plazas de una ciudad se han convertido en puntos de interés para los turistas. Estos lugares son una parada obligatoria para aquellos que quieren explotar la historia y la cultura de la zona. Además, desde hace siglos, se consideran el corazón de una urbe. Alguna son pequeñas, otras grandes. Las hay más famosas y menos conocidas. Aun así, todas tienen su propia personalidad.
Málaga cuenta con un gran número de plazas repartidas por todos sus barrios. Una de las más emblemáticas es la plaza de la Constitución, situada en pleno centro urbano. Su ubicación privilegiada conecta este punto con las zonas más populares de la ciudad, como las calles Larios, Compañía, Nueva y Granada. Además, a lo largo de su historia ha recibido innumerables nombres: de la Libertad o de las Cuatro Calles, entre otros.
Otra de las más conocidas de Málaga es la plaza de la Merced. Su gran obelisco neoclásico, la estatua del pintor Pablo Picasso —que nació en el edificio que rodea la plaza—, los árboles de jacaranda y las cotorras y palomas son algunos de los grandes atractivos de este lugar, que cada día acoge a decenas de personas que pasean por la plaza.
La plaza más bonita de Málaga
Es muy complicado decantarse por una sola plaza de Málaga. Cada una tiene su propio encanto. Aun así, hay una que destaca por estar a los pies de uno de los edificios más importantes de la ciudad, la Catedral de Málaga. Se trata de la plaza del Obispo, que debe su nombre al palacio del Obispo, que comenzó a construirse en 1762 y que llama la atención por su fachada color amarillo.
Otro de los edificios emblemáticos que se encuentran en este lugar es 'la manquita', nombre con el que se refieren a la gran catedral de la ciudad. Su fachada y sus escaleras de mármol atraen cada día a decenas de turistas. Está considerada una de las joyas renacentistas más valiosas de Andalucía. Además, en la misma plaza hay una fuente de piedra que data del siglo XVIII.
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