Créditos rápidos, el dinero fácil que investiga el Gobierno ante las quejas de los ciudadanos: "Me dieron 3.000 euros sin pedirme un papel"

Créditos rápidos, una forma arriesgada de conseguir financiación en un aprieto.
Créditos rápidos, una forma arriesgada de conseguir financiación en un aprieto.
Henar de Pedro
Créditos rápidos, una forma arriesgada de conseguir financiación en un aprieto.

José Antonio ronda los 50 años. Debido a su dependencia cobra una pequeña pensión que administra como "si fuera el ministro de Economía de España" pero que no le da para ahorrar. Un día, la rotura un electrodoméstico y unos pequeños arreglos que debía realizar en su hogar hicieron temblar su cuenta bancaria. Y sucumbió a los cantos de sirena que le llegaban por tierra, mar y aire: "dinero fácil", "en cómodos plazos", "sin condiciones".

"Me metí en internet y pedí información a un empresa que te prestaba el dinero. Me llamaban constantemente y al final accedí porque necesitaba el dinero con urgencia. En media hora lo tenía en mi cuenta. Me dieron 3.000 euros sin pedirme un papel", explica a 20minutos este pensionista, que no quiere dar su verdadero nombre. A duras penas, y con ayuda de algún amigo, acabó pagando su deuda después de abonar unos intereses superiores al 20%. "Me pareció abusivo, pero no tenía otra opción en ese momento", confiesa. 

Como José Antonio, muchos ciudadanos han tenido que afrontar en algún momento un gasto inesperado que les ha descuadrado su economía doméstica. Algunos recurren en estas situaciones a amigos o familiares, pero a otro no les queda otra alternativa que acudir a créditos rápidos

Estos préstamos, en términos generales, tienen altos intereses y se conceden casi de manera automática, incluso vía online o telefónica, sin un análisis de riesgos o de solvencia, lo que conduce a muchas personas a un sobreendeudamiento. Los importes suelen situarse entre 1.000 y 10.000 euros

Los créditos rápidos pueden considerarse como los hermanos mayores de los microcréditos, un tipo de préstamo idéntico pero con cantidades menores -suele oscilar entre los 50 y los 600 euros- con un plazo de devolución muy corto, normalmente un mes.

Organizaciones de usuarios financieros, como Asufin o Adicae, advierten de que "el peligro de estos productos aflora con el impago, algo muy frecuente en la medida es que se otorgan muchas veces sin el debido estudio de solvencia del cliente". Ese tipo de créditos, subrayan, "empujan al consumidor a una espiral de sobreendeudamiento de la que es muy difícil salir".

Bajo la lupa del Defensor del Pueblo

Recientemente, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, después de recibir las quejas de varios ciudadanos alertando de posibles abusos, ha comenzado a investigar de oficio junto al Banco de España y el Ministerio de Economía el nivel de protección que ofrecen a los consumidores las entidades de concesión de microcréditos y créditos rápidos. 

Su actuación prestará especial atención a los elevados intereses y a los plazos breves para la devolución de las cantidades prestadas. Estos aspectos son precisamente los que están denunciando los ciudadanos.

Para el Defensor del Pueblo, dos factores justifican su intervención. Por un lado, las empresas que conceden este tipo de préstamos no tienen a menudo consideración de entidades de crédito. Por otra parte, este producto suele dirigirse a un tipo de consumidor vulnerable que atraviesa circunstancias difíciles. Otro aspecto que llama la atención de esta institución es la ausencia de negociación con el prestamista, a diferencia de lo que ocurre con las entidades convencionales, en las que suelen fijarse mecanismos de refinanciación ante la morosidad.

"No parece que exista una normativa específica que discipline su actuación, más allá de las normas de protección de consumidores y usuarios, o las previstas en el Código Civil y en el Código de Comercio", considera el Defensor del Pueblo.

Sin supervisión del Banco de España

También el Banco de España se ha referido en su blog a que este tipo de créditos. Este organismo, encargado de la supervisión del sistema bancario español, recuerda que la mayoría de compañías que conceden este tipo de financiación escapan fuera de su control debido a que "no es una actividad reservada únicamente a las entidades financieras". 

En su opinión, los préstamos se ejecutan "sin que casi se requiera documentación a la persona que lo solicita" y que, en muchos casos, "ni tan siquiera cuenta con los recursos o garantías necesarios para acceder a la financiación ofrecida por las entidades financiera y se ve abocada a recurrir a estos productos".

"Antes de contratar un crédito rápido, es importarte asegurarnos de cuál va a ser la cantidad de la que realmente vamos a disponer, la cuota que vamos a pagar y, sobre todo, ser conscientes del precio al que nos están prestando el dinero", recomienda. 

¿Qué hago si no puedo devolver el dinero a tiempo?

En el caso de que no puedas devolver el dinero a tiempo, la mejor opción es que te pongas en contacto con la empresa que te ha concedido el préstamo para intentar encontrar una solución. Entre las opciones existentes, se puede plantear alargar el tiempo para devolver el dinero (aunque se seguirán generando intereses) o fraccionar el pago de la deuda restante.

Pero si la empresa se cerrase en banda, se puede intentar acudir a alguna asociación de consumidores para que intente mediar en el asunto. En el caso concreto de los microcréditos, sí existe la Asociación Española de Micropréstamos (AEMIP), una organización formada por un gran número de empresas de minicréditos online que se deben a un código de buenas prácticas, según el cual deben mostrar predisposición a la hora de encontrar una solución. 

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