Los ataques de EEUU y Reino Unido contra los hutíes en Yemen agudizan "la espiral de violencia" en Oriente Próximo

Combatientes hutíes blanden sus armas durante una protesta tras los ataques de las fuerzas estadounidenses y británicas en Saná.
Combatientes hutíes blanden sus armas durante una protesta tras los ataques de las fuerzas estadounidenses y británicas en Saná.
MOHAMMED HUWAIS / Getty
Combatientes hutíes blanden sus armas durante una protesta tras los ataques de las fuerzas estadounidenses y británicas en Saná.

Las advertencias de Estados Unidos a los hutíes de Yemen por sus ataques y secuestros a barcos en el mar Rojo se han materializado. EEUU y Reino Unido bombardearon en la madrugada de este viernes varias posiciones militares de los rebeldes yemeníes en al menos seis provincias de Yemen, provocando que la milicia que controla parte del territorio yemení declare la guerra a estos países. Y sacudiendo a una región que cada semana está más cerca de estallar en una guerra internacional.

El encargado de anunciar la ofensiva aérea fue el propio presidente estadounidense, Joe Biden, que confirmó en un comunicado que las fuerzas de EEUU, junto con el Reino Unido y el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos, "llevaron a cabo con éxito" ataques contra varios objetivos en Yemen. "La respuesta de la comunidad internacional a estos ataques imprudentes ha sido unida y decidida", aseguró el mandatario.

Yemen es un país sumido en una de las peores crisis humanitarias del planeta desde hace más de 10 años y parte del país está controlado por los hutíes. Este grupo chií apoyado por Irán ha aprovechado su posición estratégica para presionar al mundo atacando a a los barcos que navegan frente a sus costas con dirección a Israel, en respuesta a los ataques del Estado hebreo sobre Gaza

Los constantes ataques hutíes han provocado que buena parte de las navieras comerciales y barcos petroleros que pasaban por el estrecho de Bab al Mandeb con dirección al canal de Suez hayan decidido alterar su ruta para evitar problemas. Esto ha generado que una de las rutas marítimas más importantes del mundo se haya visto alterada y provocado una respuesta internacional que se ha traducido en un bombardeo sin precedentes.

"Lo que ha ocurrido en Yemen es un paso más, pero no rompe con la lógica que hemos visto hasta ahora", reconoce a 20minutos Álvaro de Argüelles, analista de El Orden Mundial. "Estados Unidos no quiere mandar tropas a Yemen ni acabar con los hutíes; parece más una operación limitada, pero el peligro de esa espiral de violencia siempre está ahí".

Una acción para "degradar la capacidad hutí"

Las zonas bombardeadas fueron la capital, Saná; la ciudad portuaria de Al Hudeidah; y las provincias de Saada, Dhamar, Taiz y Hajjah, todas ellas en el oeste de Yemen. Dos de los bombardeos en Saná tuvieron como objetivo la base aérea de Al Dailami, ubicada en el aeropuerto capitalino, mientras que otros dos ataques aéreos en Taiz impactaron contra posiciones militares y también contra su aeródromo.

En la ciudad de Al Hudeida, desde donde los hutíes han lanzado gran parte de los ataques contra navíos, los bombardeos tuvieron como objetivo diferentes posiciones cercanas a su aeropuerto, mientras que unos cuarteles militares en la localidad de Saada también sufrieron el impacto de los ataques.

"Esta acción se ha producido para degradar la capacidad militar de los hutíes y para eliminar el mayor número posible de plataformas", explica a este medio el teniente general Ga Pampols. "Han hecho una campaña completa utilizando misiles de crucero, drones y aviones y los han lanzado desde portaviones y submarinos", en lo que, según el militar, se denomina acción SEAD (supresión de defensas aéreas enemigas). 

"Lo primero que han hecho ha sido lanzar algo para que los radares lo iluminaran, luego los han inutilizado y han acabado con todas las plataformas de lanzamiento que han localizado y que estaban conectadas con esos radares", explica Pampols. "Luego han bombardeado todas las instalaciones en las que creían que había almacenes o sistemas de mando y control con las que atacaban el mar Rojo e Israel", añade.

Hutíes declararan la guerra a EEUU y Reino Unido

Poco después de que se produjera la primera ronda de bombardeos, el miembro del buró político de los hutíes, Ali al Quhom, aseguró que los ataques desencadenaban un "guerra abierta" con la coalición naval liderada por Estados Unidos. "La batalla será más grande, y más allá de la imaginación y las expectativas de los estadounidenses y los británicos. Es una guerra abierta(...) se arrepentirán".

"Se atacarán sitios y bases militares estadounidenses y británicas, y el siguiente (paso) es mayor", amenazó el responsable. Así mismo, fuentes de los hutíes aseguraron a EFE que los rebeldes han lanzado una andanada de misiles de crucero y balísticos contra buques de guerra de Estados Unidos y del Reino Unido como respuesta.

Con todo, no es la primera vez que una grupo apoyado económica o militarmente por Irán ataca bases o posiciones estadounidense en algún país de Oriente Medio. En los últimos meses, desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás, han sido varios los ataques tanto en Siria como en Irak. "Estados Unidos ha respondido a todos esos ataques de forma medida y proporcional, pero a la vez provocando una respuesta y por tanto desencadenan una espiral de violencia que si no se detiene puede acabar llevando a una gran guerra", dice De Argüelles.  

Por otro lado, el analista apunta que este podría ser un escenario deseado por el presidente israelí Benjamin Netanyahu, que lleva años pidiendo una intervención internacional contra Teherán. Según recoge el New York Times, los altos funcionarios estadounidense reconocen que los ataques estaban destinados más a dañar la capacidad hutí y obstaculizar la capacidad del grupo para atacar objetivos del mar Rojo que a matar líderes o contra campos de entrenamiento iraníes, ya que esto podría tomarse como una escalada aún mayor.

Papel de Irán y miedo a una guerra entre potencias

Para Gan Pampols, las posibilidades de una escalada son pocas, pero lo que "sí que se va a producir es un desvío de todo el tráfico comercial a través del Cabo de Buena Esperanza hasta que no se llegue a un acuerdo", en el que, apunta, podría mediar Irán. Según el castrense, por el momento no hay indicios de que el Gobierno iraní quiera comenzar una guerra contra Estados Unidos en respuesta a estos ataques. 

Este viernes Irán ha asegurado que "estos ataques arbitrarios no tendrán otro resultado que alimentar la inseguridad y la inestabilidad en la región", dijo en un comunicado el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí. Con todo, no se ha utilizado el tono belicista que en otras ocasiones acostumbra a tener la diplomacia iraní, y Kananí se limitó a mostrar su preocupación por las consecuencias de los ataques y pidió a la comunidad internacional que actúe para evitar la propagación de la guerra, la inestabilidad y la inseguridad en la región. 

"Me parece poco probable que Irán se quiera significar más en este conflicto. Lo que puede intentar ahora es ejercer un papel de mediador que revalorice un poco su figura regional, porque el principal desestabilizador en la zona actualmente son ellos", explica el teniente general.

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