Barcelona es uno de los lugares elegidos por muchas personas para asentarse. Su amplia oferta cultural, sus oportunidades laborales y su red de transporte que conecta el centro urbano con los extrarradios son algunos de los puntos fuertes que atraen a miles de personas cada año. Sin embargo, uno de sus grandes problemas es la vivienda. El precio del metro cuadrado tanto para los pisos en alquiler como en venta se han disparado en los últimos años. 

A pesar de esto, todavía hay quienes se decanta por comprar una vivienda en la Ciudad Condal.  Estos nuevos propietarios se encuentran con que, más allá de abonar el valor de la casa o de los intereses generados por un préstamo hipotecario, hay que hacer frente a una serie de impuestos por la formalización de esta operación de compraventa.

Qué gastos genera la compra de una propiedad

Los compradores tienen que tener en cuenta, por un lado, que no se pagan los mismos impuestos por una vivienda de nueva construcción que una de segunda mano. Se considera de 'primera entrega' las que se adquieren directamente al promotor cuando la construcción esté terminada, según explica la Agencia Tributaria.

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Además, hay una serie de gastos comunes para ambos tipos de propiedad —tanto nuevas como de segunda mano—: la tasación, la notaría, el registro (entre un 0,2 y un 0,5% del precio de la vivienda) y la gestoría (entre un 0,1 y un 0,25% del coste final). Este último es opcional, solamente para aquellos que contraten este servicio.

Los impuestos por comprar una vivienda en Barcelona

Los que compren un piso o una casa de 'primera entrega' tendrán que hacer frente a dos tipos de impuestos. Por un lado, el nuevo propietario tiene que hacer frente al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que supone un 10% del precio de la vivienda. A este le sigue el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), que se corresponde con el 1,5% del valor de la vivienda acordado con el vendedor.

En el caso de las viviendas de segunda mano, los compradores solamente pagarán el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que por lo general es de un 10% del precio de venta de la propiedad. Sin embargo, se reduce a la mitad (un 5%) si se cumplen estos requisitos: se destinará como vivienda habitual para personas de hasta 32 años y cuya última declración de la renta no supere los 36.000 euros de base imponible.