Cómo ven los daneses a Federico X, criado entre la espontaneidad de su madre y la soberbia de su padre, Henri de Monpezat

Picture taken in 1969 shows then Princess Margrethe of Denmark and Prince Henrik presenting their little newborn Prince Joachim while older brother Crown Prince Frederik looks on, at Fredenborg Castle, Denmark. Danes were on January 1, 2024 slowly coming to terms with Queen Margrethe's surprise announcement that she will abdicate on January 14, 2024 in favour of her son after 52 years on the throne. (Photo by Allan Moe / Ritzau Scanpix / AFP) / Denmark OUT
Federico, casi un bebé, con sus padres y su hermano Joaquín, recién nacido
ALLAN MOE
Picture taken in 1969 shows then Princess Margrethe of Denmark and Prince Henrik presenting their little newborn Prince Joachim while older brother Crown Prince Frederik looks on, at Fredenborg Castle, Denmark. Danes were on January 1, 2024 slowly coming to terms with Queen Margrethe's surprise announcement that she will abdicate on January 14, 2024 in favour of her son after 52 years on the throne. (Photo by Allan Moe / Ritzau Scanpix / AFP) / Denmark OUT

Federico X nació en Dinamarca, de madre (Margarita) medio danesa y medio sueca, y padre francés (Henri de Monpezat). Su esposa, la reina Mary, es australiana. Tiene primos griegos (hijos de su tía Ana María, hermana de su madre), suecos y noruegos. Es decir, por sus genes corre sangre sin fronteras, lo que le convierte, sin ninguna duda, en un ciudadano del mundo, con muchas influencias y también con algunos vicios.

La prensa lo llamó el príncipe 'turbo' por su afición a la velocidad y a los deportes de riesgo. Federico nunca ha ansiado el oficio de rey, que su madre ha puesto en su cabeza de forma inesperada (le avisó tres días antes de abdicar). Y le han gustado la vida trepidante y las mujeres... ayer y hoy, especialmente, las modelos. Se casó en 2004 con la abogada de Tasmania Mary Donaldson, muy querida por los daneses, con quien tiene cuatro hijos.

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Esa mezcla de nacionalidades y procedencias también ha hecho de él un personaje que ha tenido que nadar entre los caracteres opuestos de sus padres, quienes se conocieron en Londres, en los años 60, cuando ella estudiaba y él era un prometedor diplomático que la enamoró perdidamente.

Margarita Schleswig-Holstein, que ha mantenido el férreo control del trono hasta su abdicación, es, sin embargo, un personaje queridísimo por su pueblo. De hecho, ha dejado la corona con casi un 80% de popularidad entre sus súbditos. 

Es habitual verla fumar, utiliza un bastón desde su delicada operación de espalda sin ningún complejo, jamás abandona el moño, viste trajes estampados hechos por ella misma en muchos casos y es una apasionada de las artes escénicas y del dibujo.

Queen Margrethe of Denmark with her husband, Prince Henrik and sons Crown Prince Frederik and Prince Joachim (right) (Photo by PA Images via Getty Images)
La pareja real con sus dos hijos, todavía niños.
PA Images via Getty Images

Esto último la ha llevado a participar en películas y adaptaciones teatrales, como una más del equipo. También ha ilustrado libros de autores famosos en su país, como Hans Christian Andersen. Su pueblo la considera una probada intelectual, feminista y muy democrática.

También ha tomado decisiones impopulares, como privar en 2022 de títulos a cuatro de sus nietos, hijos de Joaquín, el menor de sus dos vástagos; protegió en el otoño pasado de las maledicencias y críticas al nuevo rey con uñas y dientes cuando trascendió su encuentro en Madrid con la mexicana Genoveva Casanova, con quien compartió paseos, cena y piso; no le contó a casi nadie su intención de abdicar el pasado 31, ni tan siquiera a su hijo pequeño, que se enteró en una fiesta. 

Y lo más valiente, mantuvo a raya los desatados intentos de su marido para convertirse en rey consorte. A pesar de las burlas, desaires, reproches y amenazas de Henri si esto no sucedía, Margarita no cedió a la pretensión de su marido, que murió siendo príncipe.

1972:  Prince Henrik of Denmark, the husband of Queen Margrethe, with their son Crown Prince Frederik during a holiday at Marselisborg Castle, Aarhus, Jutland.  (Photo by Hulton Archive/Getty Images)
Federico, en brazos de su padre durante unas vacaciones en Jutlandia.
Getty Images

Henri de Monpezat fue un apuesto diplomático que sedujo a una princesa y que sentía unos celos enormes de su hijo mayor, al que el protocolo situaba siempre en una posición adelantada a la de su padre.

Este apuesto francés peleó toda su vida por ser reconocido como rey consorte. Se ausentó de actos familiares y protocolarios, dio ruedas de prensa por su cuenta, viajó solo o en compañía de personas no gratas, y se negó en público a ser enterrado junto a su mujer. 

Esgrimió todo tipo de amenazas para que Margarita cambiara su condición, cosa que la reina nunca hizo, a pesar de pataletas y desplantes.

El matrimonio entre Margarita II y Henri no fue nada sencillo. Seguramente sobrevivió porque la monarca siempre estuvo enamorado de su alborotador marido, aunque lo mantuvo a raya firme en cuestiones de estado.

COPENHAGEN, DENMARK - MAY 12: Crown Prince Frederik, His Father, Prince Henrik And Mary Donaldson (shortly To Become Crown Princess Mary Of Denmark) Attending A Party To Celebrate Their Marriage At The Copenhagen City Hall (Photo by Tim Graham Photo Library via Getty Images)
El príncipe consorte, días antes de la boda de su hijo mayor con Mary.
Tim Graham Photo Library via Get

El francés aprendió con desgana el danés y le costó adaptarse a un país tan provinciano (decía él) como era la Dinamarca de los años 60. Procuraba veranear en su Francia del alma, al sol y cerca del mar. Lamentaba la escasez de restaurantes buenos en Copenhague y criticaba el mal gusto culinario de sus súbditos. Prefirió el vino (francés) a la cerveza (danesa). Detalles baladís que, sin embargo, iban levantando un muro entre Henri y los daneses, pese a que en su boda, celebrada en 1967, tuvo que renunciar a su apellido, a su nacionalidad y a la religión católica que profesaba.

Probablemente, esa carga la soportó toda su vida. Era bocazas y simpático, pero también vengativo y obsesivo. Su salud comenzó a resentirse de manera notable y veloz, hasta que fue diagnosticado de demencia. Ello le llevó a decir más barbaridades sobre su mujer, sin filtros ni mesura, como que Margarita lo consideraba un tonto e inútil. 

Su bronca más significativa tuvo lugar en 2015, cuando la reina celebró su 75 cumpleaños y el palacio real lo exculpó de los festejos alegando que tenía una fuerte gripe. Hasta que unas fotos con amigos en Venecia desvelaron la verdad y el disgusto de su familia.

El eterno príncipe murió en 2018, lo que sumió a su mujer en una enorme pena y al país en un sincero luto. Margarita se refugió entonces en su hermana mediana, Benedicta, también viuda y su paño de lágrimas, presente en todos los actos oficiales. Tiene, incluso, pestaña propia en la web de la Casa Real.

Danish Queen Margrethe (2nd L) kisses her son Crown Prince Frederik (2nd R) watched by husband Prince Henrik (L) and Mary Donaldson of Australia, arriving at the Parliament in Copenhagen 13 May 2004. Miss Donaldson will marry Crown Prince Frederik in the Danish capital on 14th May 2004. (Photo by ODD ANDERSEN / AFP) (Photo by ODD ANDERSEN/AFP via Getty Images)
Henri siempre le reclamó a Margarita que lo posicionara por delante de su hijo, cosa que nunca sucedió.
AFP via Getty Images

Esta imagen de las dos hermanas unidas contrasta con la de Federico y su hermano Joaquín, que se llevan mal desde tiempos inmemoriales, como ellos mismos han admitido. Tampoco sus mujeres, Mary y Marie han conectado. De hecho, esta no estará en la proclamación de su cuñado. 

Queda por saber qué hará el nuevo rey por mejorar este distanciamiento, no solo físico (Joaquín vive en EE UU con su segunda mujer, Marie, y sus hijos pequeños).  También, si lo incluirá en sus proyectos más inminentes como rey. Los genes de los Schleswig-Holstein-Monpezat son, desde luego, competitivos. Falta comprobar si rejuvenecerán el trono danés.

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