Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El tenderete político para el 2024

El mercado está variado y colorido.
El mercado está variado y colorido.
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El mercado está variado y colorido.

Los niños se enfrentan a la repetitiva pregunta sobre si los Reyes Magos se han portado bien. Algunos llevan la respuesta preparada de casa y son muy capaces de hacer una lista de regalos que deje satisfecho al adulto preguntón. Otros se atascan y no logran enunciar más allá de uno o dos regalos que les han hecho una ilusión especial. Todo depende de cómo se les hace la pregunta y de la atención y la empatía que se pone al preguntar.

Con el mismo interés que los niños, los presentadores de las tertulias muestran lo que les han traído los Reyes para el año entrante. Como un buen vendedor de mercadillo, nos presentan el género con la intención de ofrecernos su mercancía en los próximos meses para que nos saciemos de ella. Lo peor sería no tener nada que ofrecer y parece que no va a ser el caso.

El año 2024 trae un mínimo de tres procesos electorales, algo que a los políticos les encanta, ya que los aleja de la gestión y los tiene entretenidos con el rifirrafe, el eslogan, el mitin y la superficie. Mucho figurar y poco trabajar. Un chollo. Galicia viene con las encuestas bastante encarriladas para la derecha y con una izquierda que no acaba de coger el timón de una oposición competente y que ofrezca alguna garantía de alternancia en el largo plazo.

El año 2024 trae un mínimo de tres procesos electorales, algo que a los políticos les encanta, ya que los aleja de la gestión y los tiene entretenidos con el rifirrafe, el eslogan, el mitin y la superficie.

Las elecciones vascas, todavía sin fecha, se presentan con un empate latente entre PNV y Bildu y pueden suponer un cambio que ya hace tiempo se viene adivinando en el equilibrio territorial de la Comunidad Autónoma. Las tertulias echarán humo y la lectura nacional de los resultados en el País Vasco será, sin duda, un punto de debate importante y una ráfaga viento lateral en el equilibrismo de Sánchez.

Las elecciones europeas de junio son también un buen juguete para políticos y tertulianos que estarán, sin duda, muy entretenidos con un material que huele a pescado congelado y que no interesa demasiado a la ciudadanía. Será muy interesante comprobar cómo nos lo venden esta vez. Las guerras como telón de fondo y, a veces, como excusa, la crisis como mantra inexcusable, la economía, ciencia que la política ha logrado domesticar con el collar de la subjetividad y la seguridad y la demografía, problemas graves que están ahí, pero que, por ahora y por lo visto, son cosa de fascistas, pueden ser asuntos que nos hagan pensar en lo que nos queda de año. A por ello.

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