En mi colegio (supongo que en todos) había tres tipos de alumnos. Estaban los aplicados que llevaban todas las asignaturas al día. Estaban también aquellos que estudiaban a última hora, tendían a improvisar y a presentar los trabajos el último día. Y había quienes no cumplían los mínimos y suspendían. Nuestro Gobierno va a presentar hoy –27 de diciembre– el decreto de ayudas que regirá a partir del 1 de enero. De ese acuerdo depende algo tan relevante para la ciudadanía como las ayudas al abono de transporte o la factura de la luz. Demasiado poco tiempo de margen. En un colegio, este Gobierno sería el típico estudiante de todo a última hora. Pasaban de curso, igual que los que llevaban todo al día, pero quizá no es lo más adecuado si lo que se busca es dar certidumbre al ciudadano.