El cuidado adecuado de las heridas, escaras y úlceras causadas por la movilidad reducida en personas con discapacidad reviste una importancia significativa para preservar la salud y el bienestar de los afectados. Dado que estas condiciones a menudo son crónicas y requieren atención constante, es esencial que tanto los profesionales de la salud como los familiares adquieran habilidades específicas en el tratamiento y cuidado de las lesiones cutáneas. Las escaras, que resultan de la presión prolongada en áreas específicas, pueden generar complicaciones serias si no se manejan adecuadamente, incluyendo infecciones y daño tisular adicional.
En muchas ocasiones, son los familiares quienes desempeñan un papel clave en el cuidado diario de estas heridas. Por lo tanto, brindarles las herramientas y la formación necesarias para realizar curas adecuadas es esencial. La educación sobre técnicas de curación, prevención y reconocimiento de signos de complicaciones permitirá a los cuidadores familiares abordar de manera proactiva y efectiva los desafíos asociados con la discapacidad física y las afecciones cutáneas que pueden surgir, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan estas condiciones.
Paloma Martín Sanz es Enfermera Responsable de la Unidad de Medicina Interna 4100 del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Además, es miembro del Subcomité de lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia (LCRD) y heridas crónicas desde 2013 en el mencionado hospital. Conocemos con ella, las técnicas más importantes para el cuidado de la piel de las personas con movilidad reducida.
Clasificación de las lesiones relacionadas con dependencia
- Lesión por presión y cizalla
- Lesiones cutáneas asociadas a la humedad (LESCAH)
- Lesiones por roce- fricción
- Lesiones mixtas y combinadas
- Desgarros cutáneos
"Las personas con discapacidad física que tienen limitaciones para el movimiento se ven en especial, afectadas por las lesiones de presión y cizalla y las relacionadas a la humedad", explica Paloma Martín Sanz.
"Entendemos por lesión por cizalla aquella localizada en la piel y/o tejido subyacente por lo general sobre una prominencia ósea, como resultado de la presión o la presión en combinación con las fuerzas de cizalla. En ocasiones, también pueden aparecer sobre tejidos blandos sometidos a presión externa por diferentes materiales o dispositivos clínicos", matiza la Enfermera Responsable de la Unidad de Medicina Interna del Gregorio Marañón.
Riesgos específicos de la discapacidad física
"En general, no existe un factor único que explique la aparición de estas lesiones, pero sí existe una compleja interacción de factores que aumentan la probabilidad de desarrollarlas", asegura Martín.
"Toda persona con disminución de la actividad (encamado, sentado) o disminución de la movilidad (inmóvil o con movilidad muy limitada) sufre el riesgo de presentar lesiones relacionadas con la dependencia, siendo las más habituales las lesiones por presión y cizalla y las lesiones por humedad (en relación con la incontinencia)".
Recomendaciones para el cuidado de la piel
"Hay que mantener una vigilancia continua del estado de la piel, prestando especial atención a pliegues y prominencias óseas. Los signos indicativos de lesión por presión son algunos como eritema, calor localizado, edema, induración y deterioro de la piel", explica Paloma Martín Sanz.
Cuidado de la piel
- Vigilancia: Los signos indicativos de lesión por presión son eritema, calor localizado, edema induración y deterioro de la piel. Es importante inspeccionar la piel presentando especial atención a prominencias óseas.
- Productos: El lavado se debe realizar con jabones de pH adecuado y es importante mantener una buena hidratación.
- Manejo de la humedad: Este problema afecta fundamentalmente a aquellas personas que presentan una incontinencia. Lo importante es mantener la ropa seca, cambiar los absorbentes siempre que sea necesario y proteger la piel de excesos de humedad utilizando agentes tópicos que proporcionen barreras de protección como son cremas con oxido de zinc.
Manejo de la presión
Es imprescindible para toda persona con movilidad reducida cambiar las zonas de apoyo para evitar la aparición de lesiones en la piel.
"Este manejo adecuado de la presión contribuye a reducir el riesgo de desarrollar Lesiones por presión. Dicho manejo incluye fomentar la movilización, realización de cambios posturales, protección local de zonas vulnerables y uso de superficies especiales para el manejo de la presión", explica Paloma Martín. "Es importante mantener una alineación corporal y la distribución del peso y el equilibrio del paciente".
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