Las autoridades húngaras de sanidad animal han informado este miércoles de un nuevo foco de la cepa H5N1 de la gripe aviar, en la localidad de Böny, al oeste del país, donde ya se ha producido el sacrificio de 26.500 pavos.

Así, como en otros casos, la Oficina Nacional de Seguridad de la Cadena Alimentaria ha ordenado la creación de una zona de protección de un radio de 3 kilómetros alrededor de la granja donde se ha situado el foco. También ha instaurado una de vigilancia de 10 kilómetros alrededor para evitar posibles contagios.

En las últimas semanas la gripe aviar se ha detectado también en otras provincias del país, desde la frontera con Rumanía hasta las lindes con Austria.

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Por el momento, en lo que va de año se han detectado ya en este país 63 casos y se ha sacrificado casi un millón de animales de granja. Además, se estima que un brote fue lo que mató a más de 20.000 grullas comunes.