Feijóo decidió hace una semana que se reuniría con Sánchez, pero esperó al debate en el Congreso para lograr un golpe de efecto

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante su intervención en el Congreso.
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El día en que miles de navarros salían a las calles a denunciar la moción de censura del PSOE para entregar Pamplona a Bildu, Alberto Núñez Feijóo preveía anunciar su asistencia a la reunión con el presidente del Gobierno. Finalmente no lo hizo. Ante los medios de comunicación, se negó a hablar de otros asuntos que no giraran meramente sobre la convocatoria de UPN. Cuatro días después, su equipo explica la razón de fondo que llevó al líder de la oposición a posponer el anuncio que mantuvo en duda hasta este miércoles y supuso un giro de opinión en apenas 24 horas. Dejan al lado el hecho de que muchas voces, entre ellas las del líder de UPN, Javier Esparza, le recomendaran no sentarse con Sánchez tras sus pactos con Bildu.

El PP niega un cambio de opinión e insiste en que siempre estuvo encima de la mesa la reunión entre los dos dirigentes. Sencillamente— explican fuentes del PP— lo que se buscaba era un golpe de efecto: pillar por sorpresa al líder socialista, que ha hecho de la falta de respuesta de Feijóo su gran argumento contra la oposición en los últimos días. Y creen haberlo conseguido confirmando la reunión solo 20 minutos antes de que Pedro Sánchez saliera a comparecer en el Congreso. 

Como los populares ya contaban con que el socialista diera cera al popular, este se ha anticipado al aceptar la segunda fecha propuesta por Sánchez — 22 de diciembre— y enviando el orden del día que quieren tratar, pese a que hasta la noche anterior se negara a hacerlo si no se lo enviaba antes Ferraz. "Hemos descolocado al presidente; hemos conseguido marcar agenda al Gobierno", celebra Génova después de comprobar que Sánchez rehízo su intervención in situ agradeciendo al popular su "rectificación" y se ofreciera a abrir un "diálogo, cuando quiera, como quiera y sobre lo que quiera" el popular.

El líder del PP, durante una de sus intervenciones en el Congreso. EUROPA PRESS

Así, Feijóo recogió sus frutos y aprovechó para arrinconar al socialista sentado las condiciones del encuentro. "¿Como quiera? Sin mediador, ¿le parece bien? ¿Dónde quiera? En Ginebra no, en el Congreso. ¿Cuándo? El viernes. ¿Cómo? Sin soberbia, sin imposiciones y con orden del día oficial. ¿Será usted capaz, señor Sánchez? Yo sí". En su siguiente intervención, Sánchez aceptó.

Así es como en Génova justifican que la que era su línea roja hace unas horas —recibir primero por escrito el orden del día del presidente para poder añadir las suyas—ahora ya no la sea. El gabinete de Feijóo ha enviado sus diez puntos a tratar que dan por cerrados una vez que Sánchez ha dicho en tribuna que se hablará de lo que quiera. 

Así, ahora el líder popular se siente satisfecho por haber colado otros temas que considera relevantes. En los diez puntos, Feijóo incluye los tres temas que ya propone Sánchez, pero bajo sus condiciones: la financiación autonómica, la renovación del CGPJ siempre que lleve  "medidas para garantizar la independencia judicial" y la eliminación del término disminuido de la Constitución Española pero con "garantías de que los socios del Gobierno no pidan un referéndum". 

A ello, el PP añade: la ley de amnistía, el "deterioro" institucional, la "despolitización" de los medios de comunicación públicos y la defensa del Poder Judicial "frente al acoso por parte de los socios del Gobierno". También pide información sobre las reuniones entre PSOE, Junts y ERC, información sobre las subidas de impuestos, defensa de la solidaridad y la parálisis de la moción de censura en Pamplona con Bildu.

¿Quién pica el anzuelo?

En la rueda de prensa del pasado lunes, el portavoz Borja Sémper dijo que el PP se negaba a "picar el anzuelo" del PSOE, que lo que pretendía era "blanquear" sus reuniones con los independentistas con una nueva foto con Feijóo. También añadió que el socialista pretendía desviar la atención de una semana parlamentaria relevante y que el PP no estaba dispuesto a tapar las sesiones. No obstante, este miércoles Feijóo cree haber monopolizado la comparecencia de Sánchez con el anuncio de la reunión.

Fuentes del PP sostienen ahora que para ellos morder el anzuelo era aceptar hacerse "una foto" con el presidente sin debatir el "contenido". La oposición no descarta -más bien lo contrario- que la intención de Pedro Sánchez sea la de hacerse una foto con el líder del PP para "blanquear" las fotos con los independentistas. Ante esta posibilidad, el PP hace de la necesidad, virtud: "Aparte de posar, tendrá que escucharnos". 

De ahí que las expectativas de que salgan acuerdos sea otro asunto. "Con que asuma lo que dice Europa y asuma lo que decía hace no mucho tiempo habrá acuerdo fácil", dicen en relación a la probabilidad de que sellen acuerdos. Asimismo, cuentan con que el presidente pueda no responder a muchos de los puntos que ha añadido el PP escudándose en que no son de Gobierno sino que corresponden al partido. "No van a ser temas del PP", replica el círculo íntimo del popular, que dice que el presidente puede sortear preguntas porque luego ellos lo usarán en su contra. 

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