Michelle Recinos, escritora salvadoreña: "He estado junto a lo que la dictadura no quiere que salga: desaparecidos, muertos, fosas..."

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La autora tiene 26 años y nació en El Salvador.
CEDIDA
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Se acaba de publicar en España Sustancia de hígado (Altamarea) de Michelle Recinos (San Salvador, 1997), un libro de cuentos crítico y mordaz que ha escocido mucho al Gobierno autoritario de El Salvador, en estado de excepción y marcado por la política de mano dura. Un libro necesario para entender lo que está ocurriendo hoy en un país en el que se han socavado las garantías democráticas, como denuncian Naciones Unidas y organismos como Human Rights Watch.

La escritora y periodista fue invitada a participar en la Feria de Guatemala el pasado julio, pero el Gobierno de El Salvador amenazó con la retirada de su patrocinio a la Feria si Recinos acudía. "La censura ha sido una cuestión complicada. Y agotadora. No pensé que escalara tanto", reconoce Recinos. 

Quizá el cuento que peor ha sentado al presidente Nayib Bukele sea Barberos en huelga, galardonado con el Premio Centroamericano de Cuento 2022 Mario Monteforte Toledo, un texto escrito a modo de diario que refleja las detenciones arbitrarias y las violaciones de los derechos humanitarios y democráticos.

El libro de cuentos más crítico con el gobierno de Bakele.
El libro de cuentos más crítico con el gobierno de Bukele, de Altamarea.
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"He estado bien cerca de todo lo que la dictadura bukeliana no quiere que salga a la luz: las personas desaparecidas, los inocentes que mueren en la cárcel, las madres que rascan con sus manos la tierra para buscar los huesos de sus hijos, las comunidades que tienen fosas clandestinas como patios traseros… Y eso te toca más allá del sentido justiciero del periodismo. Para mí, el silencio no es opción. Si no lo digo, reviento", afirma. Una literatura, lejos del inmovilismo y la complacencia, una ficción que interpela como lectores.

En Hombre en la pantalla, otro relato imprescindible, el líder de una asociación religiosa tapa las acusaciones de violación sexual con el lenguaje populista casi de predicador que usan muchos políticos. "La idea vino después de una tediosa cobertura a un evento de un partido político de El Salvador. Me quedé pensando en esta aura mesiánica que rodea a ciertos políticos. Y esta aura no permite, en ocasiones, que veamos más allá de la imagen que esta gente proyecta. Quería hablar sobre cómo este carácter mesiánico impide ver atrocidades que cometen".

El registro, el lenguaje empleado es importante; no solo construye personajes, sino también la historia. "Es importante mantener la autenticidad, una carencia en las producciones literarias, sobre todo salvadoreñas: ocupamos un registro ajeno al nuestro cuando la obra se centra en un contexto salvadoreño. Nos llega mucha traducción en castellano, y pareciera ser la norma a la hora de escribir. Tenés, por ejemplo, una novela que se desarrolla en el centro de San Salvador y los personajes se tutean cuando en El Salvador voseamos", explica.

La escritora y periodista Michelle Recinos.
La escritora y periodista Michelle Recinos, muy crítica con Bukele.
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Ya van más de 71.000 personas detenidas en El Salvador, un país con menos de 6,5 millones de habitantes. Bukele se ha ganado el sobrenombre de "populista punitivo", su sistema de represión ha bajado la tasa de homicidios de 103 a 2 por cada 100.000 habitantes, según datos oficiales. Las maras, las organizaciones criminales, no campan a sus anchas. Por eso, hay mucha gente que apoya a Bukele. "Para entender la aceptación, hay que revisar varias aristas de la sociedad salvadoreña. Es decir, ¿cómo una persona que fue víctima de la violencia social de forma directa, no se va a sentir agradecida de que le quitaran ese peso? No podemos, nosotros, desde nuestra postura más privilegiada, creernos dueños de una sola verdad y buscar entender la situación sin antes ver todas las aristas", matiza Recinos.

Desde el primer relato, Casting, sentimos el extractivismo capitalista, basado en las clases sociales y el poder. "El Salvador todavía prohíbe el aborto sin excepción alguna. Ese cuento lo escribí con la intención de mostrar como concibo el trabajo de estas organizaciones que usan el miedo y el odio para crear víctimas que no existen. Y a las verdaderas víctimas de su actuar, es decir, como a la del cuento, parecen simplemente no importarles".

En Daisy Miller, un relato sobrecogedor, se aluden a las desaparecidas. "Se inspira en el caso de Hugo Osorio, un expolicía salvadoreño que tenía un cementerio clandestino en el patio de su casa. Es un tema que particularmente cubrí, desde los primeros días, pasando por las mentiras del Gobierno relacionadas con el número de víctimas, luego la reserva del caso, la sanción a quienes dieran información a periodistas… Pero en esa cobertura también me encontraba con madres que llegaban a la casa esa a preguntar si ahí, entre los restos que iban exhumando, estaban sus hijas, hijos u otros parientes. Madres para las que el anuncio de una fosa clandestina significa alegría y esperanza de encontrar, al menos, los restos de sus desaparecidos".

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