Las primeras veces siempre resultan inolvidables y marcan nuestra vida por completo. Con tan solo cinco años, Juan Antonio Bayona acudía a una sala de cine para disfrutar de uno de los filmes de Superman, obsesionándose hasta el punto de pintar todas las páginas de sus libros con imágenes del superhéroe de Krypton. A este acercamiento al séptimo arte se sumaría el recuerdo en su infancia del actor Frank Langella trepando un muro en Drácula, la versión de John Badham de 1979.
Ese mismo año, el cineasta catalán de origen andaluz quedaba impresionado también por el niño vampiro de la miniserie El misterio de Salem’s Lot, quien llamaba a una ventana tras llegar hasta ella flotando. El germen de su amor por el cine de género que terminaría confluyendo en sus estudios en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña, aupados también por el papel de su padre como ilustrador de las marquesinas de cine en Barcelona y una pasión por el arte compartida con su hermano gemelo, Carlos.
Bayona: de los videoclips de Camela al terror
A sus 16 años, Bayona, conocido por sus amigos también como Jota, acudió por primera vez al Festival de Sitges, donde quedó prendado del cine de terror con la proyección de Terroríficamente muertos, la segunda entrega de la franquicia Posesión infernal, que trasladó a Sam Raimi hasta el certamen.
Así, desde su primer cortometraje para la ESCAC, Mis vacaciones, el director evidenció un atisbo de su amor por la fantasía, que también reflejaría en su salto a la realización de los videoclips más célebres de OBK, Camela, Nena Daconte o Bunbury, en los que trabajó durante años hasta que encontró su primera oportunidad en el mundo del cine de la mano de Guillermo del Toro.
Al director de El laberinto del fauno también le conoció en Sitges, donde comenzaron una bonita amistad que terminó plasmándose en la ópera primera de Bayona, El orfanato (2007). El mexicano accedía a producir el filme a cambio de que el cineasta apoyara de igual forma en el futuro a otros realizadores emergentes. Una promesa que cumplía tras ayudar a Sergio G. Sánchez en su primer filme como director, El secreto de Marrowbone, después de que este hubiera ejercido como guionista de El orfanato, así como a Gustavo Sánchez, quien encontró en él un gran apoyo para el multipremiado documental I Hate New York, una visión de la Gran Manzana a través de cuatro mujeres trans.
A este requisito también se sumó otra petición de Guillermo del Toro para que no se dejara arrastrar por aquellos blockbusters que tan solo le sedujeran por el dinero. Esto llevó a Bayona a rechazar durante años propuestas de Martin Scorsese o Steven Spielberg y franquicias como Los juegos del hambre o Crepúsculo. Así, El orfanato, que partía de un presupuesto de 3 millones de euros y recaudó alrededor de 73 millones, terminó consagrando al director catalán en el cine de terror, y a Belén Rueda como la ‘scream queen’ por antonomasia del cine español.
El director español más taquillero
En un viraje inesperado de su trayectoria y tras escuchar una historia en la radio que le conmocionó, Bayona dio un mayúsculo salto internacional en su segunda película, Lo imposible (2012). Este filme protagonizado por Naomi Watts, Ewan McGregor y un jovencísimo Tom Holland narraba las desventuras que una familia española sufrió tras el tsunami que azotó las costas de Tailandia en 2004.
Este título confirmó a Bayona como uno de los realizadores actuales más interesantes y tras el cual regresaba al cine de género con sus siguientes largometrajes. En 2016, Bayona estrenaba el drama fantástico Un monstruo viene a verme (2016), con Sigourney Weaver, mientras que en 2018 se atrevía con la nueva entrega de la franquicia Parque Jurásico, Jurassic World: El reino caído (2018).
Jurassic World suponía la ansiada colaboración de Bayona con Spielberg, quien ejercía de productor, cosechando la friolera de 1.310 millones de dólares y transformándose en una de las películas más taquilleras de todos los tiempos.
Esta serie de triunfos también animarían al cineasta a dirigir algunos de los episodios de las series Penny Dreadful, protagonizada por Eva Green, y El señor de los anillos: Los anillos de poder, que amplía el universo de Tolkien y ostenta un récord como la producción más cara en la historia de la televisión.
Precisamente, mientras se preparaba para el rodaje de Lo imposible, Bayona leía el libro La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci, quedando tan profundamente tocado que sintió la necesidad de ahondar en esta historia, donde ahora incide en el lado más emotivo de su carrera.
Una demostración más del amplio registro del cineasta, apostando de nuevo por los grandes efectos especiales y abordando los temores y los sentimientos más profundos de sus personajes. El quinto filme de una filmografía que continúa engrandeciendo su figura como uno de los cineastas más laureados del cine español.
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