Orbán se niega a que se negocie la adhesión de Ucrania pese a que Bruselas le ha liberado 10.200 millones a Hungría

Los líderes de la Unión Europea han cerrado filas este jueves en una llamada a la unidad para dar luz verde a abrir negociaciones de adhesión con Ucrania, frente al veto que plantea el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Los líderes de la Unión Europea han cerrado filas este jueves en una llamada a la unidad para dar luz verde a abrir negociaciones de adhesión con Ucrania, frente al veto que plantea el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Los líderes de la Unión Europea han cerrado filas este jueves en una llamada a la unidad para dar luz verde a abrir negociaciones de adhesión con Ucrania, frente al veto que plantea el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a su llegada al Consejo Europeo.
EUCO

Viktor Orbán no cede. "La ampliación no es un tema teórico, sino un proceso basado en méritos y legalmente detallado que tiene condiciones previas. Hemos establecido siete condiciones previas e incluso con la evaluación de la Comisión tres de siete no están cumplidas. No hay razón para negociar ahora la membresía de Ucrania". Más rotundo no puede ser y sigue cerrado en banda. No va a dar su voto a favor para que se inicien negociaciones de entrada con Kiev, y es un tema en el que se necesita unanimidad entre los 27. Así se ha expresado, de hecho, a su llegada a la cumbre del Consejo Europeo que arranca este jueves en Bruselas.

Pocas horas antes del inicio de la cumbre, la Comisión Europea ha tenido un 'gesto de buena voluntad' con Hungría y ha descongelado 10.200 millones de fondos de recuperación tras dar su visto bueno a la polémica reforma judicial aprobada por Orbán, previo reclamo de Bruselas. No es baladí el paso dado por el Ejecutivo comunitario, en un intento de calmar las aguas antes de la reunión. "Lo importante es que se mantenga la unidad", sostienen fuentes consultadas por 20minutos. Ni siquiera con esto el Gobierno magiar se ha ablandado.

Tal es la situación de tensión que serán el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, quienes traten de convencer a Orbán. Ambos se han reunido con el primer ministro húngaro antes del inicio de la cumbre junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el líder del Consejo Europeo, Charles Michel. "No estamos aquí para hacer negocios, es una cuestión de principios", avisó el propio Orbán ante los periodistas.

De momento, el primer ministro húngaro ya ha asegurado que puede ser capaz de separar temas. Es decir, se muestra reacio a dar su sí a que se inicien las negociaciones de adhesión con Ucrania pero está dispuesto a llegar "un pacto financiero sobre asuntos financieros". En este sentido, ha sido muy claro durante una entrevista: "No estoy listo para llegar a un pacto financiero sobre cuestiones estratégicas o políticas". Falta por ver si eso es suficiente para Zelenski.

En este sentido, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, ha avisado a sus homólogos comunitarios de que su país "ha hecho los deberes", por lo que los 27 tienen que dar, a su juicio, la luz verde para que se inicien las negociaciones de entrada, sobre todo después del informe favorable de la Comisión. "No puedo imaginar, no quiero hablar de las consecuencias devastadoras que habría, si el Consejo Europeo fracasa en tomar esta decisión no solo por Ucrania, sino para toda la ampliación", sostuvo Kuleba, con la sombra del veto húngaro, que amenaza con bloquear la última cumbre del Consejo Europeo bajo el 'arbitraje' español.

Ucrania marcará la agenda, sobre todo durante la primera jornada, y los avisos llegan en forma de otra cumbre eterna que puede llegar incluso al fin de semana. Pero la libreta vuelve a estar bastante llena, porque los líderes de los 27 también tendrán que debatir sobre la situación en la guerra entre Israel y Hamás, con la base tratada por los ministros de Exteriores hace ya algunos días. Sobre la mesa está la posibilidad de un nuevo régimen de sanciones contra Hamás, tal como han solicitado algunos países como Alemania; pero las medidas restrictivas podrían darse también contra los colonos israelíes en Cisjordania, una posición en la que está por ejemplo España.

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