Desde que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno en 2018, el Ejecutivo ha subido el salario mínimo interprofesional (SMI) cinco veces. Cinco alzas consecutivas sin precedentes en dimensión y velocidad que han aumentado la retribución mínima legal un 47%: desde los 736 euros brutos al mes en 14 pagas a jornada completa de 2018, el SMI ha saltado hasta los 1.080 en 2023. Este fuerte ritmo de subidas ha tenido efectos sobre la economía española, aunque todavía buena parte de su impacto sigue siendo una incógnita. El Ministerio de Trabajo defiende que los incrementos del SMI han provocado que los sueldos de los españoles que menos ganan hayan crecido un 30% entre 2018 y 2022 (el último año al que llega la estadística), casi siete veces más que el 4,5% que han aumentado los salarios de la población mejor pagada.
Estas subidas a distintas velocidades han provocado que la diferencia entre el salario que perciben los españoles mejor pagados (el 10% que más gana) y los peor retribuidos (el 10% que menos se embolsa) se haya reducido de 10 veces a 8 en estos cuatro años. La distancia entre el peldaño más bajo de la escalera salarial española y la más alta se ha reducido.
Aunque difícilmente se puede atribuir este fenómeno solo al SMI —por ejemplo, entre 2018 y 2014 los salarios más bajos aumentaron cuatro veces más que los más elevados sin que la retribución mínima aumentara tanto — es innegable que el alza del salario mínimo ha jugado un papel importante. Los registros de la Agencia Tributaria también lo reflejan. En 2022, los trabajadores que percibían el SMI o menos suponían el 10,5% de toda la renta salarial de España, frente a un 7,5% en 2018.
Ascensor salarial averiado
La mejora que ha provocado la subida del SMI sobre los salarios más bajos parece clara. Sin embargo, hay pocos indicios que apunten a que el salario mínimo ha ayudado a desatascar el ascensor salarial. Las mujeres, los jóvenes o los empleados de empresas pequeñas —a priori los más beneficiados de que suba el salario mínimo porque sus sueldos tienden a estar más cerca del SMI— apenas han mejorado su estatus en la escalera salarial española. Aunque ahora ganan más, su presencia en los escalones más bajos del espectro salarial apenas ha cambiado: no parece que hayan sido capaces de escalar peldaños.
Las subidas del SMI afectan sobre todo al 20% de los españoles que menos cobran del país, por lo que los movimientos de asalariados que suceden en ese grupo son especialmente interesantes. Veamos el caso de las mujeres. Si dividiéramos el espectro salarial de España en diez escalones distintos, el 28,6% de las mujeres se situaría en los dos peldaños con sueldos más bajos del país. Una proporción que apenas se ha reducido cinco décimas desde 2018. La diferencia con los hombres es llamativa. Solo el 12% de los asalariados varones se encuentra en los dos peldaños más bajos del escalafón salarial español. Si existiera una igualdad absoluta, el porcentaje de mujeres y hombres que se encuentran entre el 20% que menos gana debería ser el mismo: un 20%.
El ascensor salarial tampoco ha funcionado demasiado bien para los jóvenes. El 47% de los asalariados entre 16 y 24 años se ubican en las dos plantas más bajas del espectro retributivo, apenas 2,6 puntos menos que en 2018 y muy lejos del 39,2% que se registraba en 2008. En el caso de la población entre 25 y 34 años, el porcentaje (23,8%) se ha reducido solo siete décimas respecto a 2018.
En otro de los colectivos más potencialmente afectados por la subida del SMI, los trabajadores de las empresas de menos de 10 empleados, el ascensor salarial tampoco se ha movido. El año pasado, el 37,7% de los asalariados de las micropymes se encontraba en los dos escalones más bajos del espectro salarial, apenas 0,2 puntos menos que en 2018.
Los extranjeros son el colectivo que más ha ascendido en la escalera social en estos últimos años. En 2022, el 28,3% de los asalariados foráneos ocupaba los dos escalones más bajos del espectro salarial, casi cinco puntos menos que en 2018. Sin embargo, esta variación no tiene que responder necesariamente a la subida del SMI. Una hipótesis que podría explicar este cambio es la vuelta a sus países de origen de inmigrantes poco cualificados durante la pandemia.
Trabajo perfila una subida del 4%
El departamento que dirige Yolanda Díaz está perfilando una nueva subida del salario mínimo de cara al año que viene que se moverá entre el 4 y el 5%, a juzgar de las propuestas que han puesto sobre la mesa los agentes sociales y el propio Ministerio de Trabajo. Fuentes de la cartera de Díaz señalan que el salario mínimo ya ha alcanzado el 60% del salario medio, el objetivo al que se han comprometido los dos socios de Gobierno. Por tanto, las subidas ahora se focalizarán en que el SMI suba lo mismo que el resto de los salarios y que no pierda poder adquisitivo.
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