Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

Sánchez gestiona mal la respiración

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
Raúl Terrel / EFE
Pedro Sánchez
¿PREGUNTAR OFENDE? por Miguel Ángel Aguilar

En la sala de Prensa del Congreso de los Diputados se han producido algunos cambios. Por ejemplo, ha sido relevada mi amiga que siempre buscaba un hombre que la quisiera para todo y no la necesitara para nada.

Así piensa el presidente Pedro Sánchez en sus aliados parlamentarios, en quererles para todo y no necesitarlos para nada. Pero está por ver que encuentre esa bicoca que se le resiste a mi amiga. 

Si se trata de resistentes, el número uno entre los periodistas acreditados es Luis Carlos Ramírez, impasible al cambio climático, siempre en su mesa, siempre dispuesto a visitar el bar de la tercera planta, siempre felicitando el año nuevo ya sea en los primeros días de enero como en los de marzo, junio, octubre o noviembre. 

Luis Carlos contaba que el lunes tras la entrevista en la Cadena SER que Ángels Barcelo hizo al presidente Sánchez, se comentaba en el bar entre las diputadas socialistas la impresión de angustia que transmitían las respuestas evasivas de su líder, que concluían invariablemente en profundos suspiros con intenso reflejo en el micrófono. 

Reclamando el off the record para ejercer sin riesgo la libertad de expresión, la más decidida se atrevió a explicar que el problema de Sánchez reside en que gestiona mal la respiración en ese tipo de encuentros radiofónicos, mientras que domina las pausas cuando interviene en un mitin.

A este déficit de gestión respiratoria en las comparecencias radiofónicas debe sumarse la confesión que hace Pedro Sánchez en su nuevo libro, Tierra firme, de la otitis que padecía en otra de las recientes entrevistas. 

Todo indica que estas limitaciones habrán quedado superadas cuando en la mañana de este jueves 7 acuda al programa Espejo Público para ser entrevistado por Susanna Griso. 

Lo que en cualquier caso quedó claro en el debate periodístico del martes 5 en Antena 3 es que Susanna Griso no forma parte de los desgraciados que no piensan más que en rivalizar en pruebas de adhesión inquebrantable para ascender un grado. 

Ni tampoco de aquellos otros que temen ser penalizados por falta de calor en el elogio al líder. Se encuentra entre los que definen las Reales Ordenanzas que nada esperan del favor ni temen de la arbitrariedad. Estas y otras reflexiones surgen en Bruselas donde el Instituto Cervantes está rindiendo tributo a Jorge Semprún, que en estos días hubiera cumplido cien años. 

Por eso, viene a cuento su recomendación cuando nos insta a comprender que las cosas carecen de esperanza y, sin embargo, hemos de estar decididos a cambiarlas. Veremos.

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