Un exresponsable de los Castellers de Barcelona ha admitido este lunes en la Audiencia de Barcelona haber abusado sexualmente de nueve niñas menores de edad durante los años 2014 y 2019. La Fiscalía pedía inicialmente una condena de 39 años de prisión para el hombre, acusado de seis delitos continuados de abusos sexuales y un delito de abuso sexual con un delito de exhibicionismo. Finalmente, tras reconocer él los hechos, han llegado a un pacto y se ha rebajado la pena a 10 años y medio, si bien el procesado podría eludir la cárcel.
La letrada de la defensa pedirá la suspensión de la pena de prisión una vez salga la sentencia y sea firme, al no ser ninguno de los delitos igual o superior a dos años de cárcel y, según fuentes jurídicas, la Fiscalía no se opondrá a esta solicitud.
El ministerio público también ha pedido para el acusado 1.080 euros de multa, así como la prohibición de comunicarse con las víctimas durante cinco años, y ha reconocido al procesado la atenuante de reparación del daño, por haber consignado este 54.000 euros para indemnizar a las menores, con 6.000 euros a cada una.
Durante el juicio, que ha empezado este lunes, cuatro de las víctimas han confirmado sus denuncias y han reclamado al acusado que pidiese perdón. Sin embargo, el hombre no lo ha hecho.
Los Mossos d’Esquadra detuvieron al agresor el pasado 9 de noviembre de 2020, pero finalmente, por orden de un juez, el hombre acabó en libertad con medidas cautelares. Según ha avanzado Betevé, el acusado aprovechaba la confianza que tenía con las familias de las víctimas para invitar a las menores a su casa ofreciéndoles chuches o sus comidas preferidas.
El acusado se masturbaba mientras las miraba
En su día una de las víctimas relató que, el exjefe de la pandilla le hizo un masaje en su sofá cama, hasta el punto de tocarle un pecho. Bloqueada por la situación, la menor simuló que dormía.
En otra ocasión, una de las víctimas explicó que se despertó por el “ruido de gemidos”, y al voltearse, vio como el acusado “se masturbaba en la misma habitación mientras la miraba”, al igual que, a veces, según las víctimas, el agresor aprovechaba que las menores se estaban duchando para entrar al lavabo y observarlas.
La investigación empezó en febrero de 2020, pero el caso se hizo público a raíz de un comunicado de la Junta de los Castellers de Barcelona. La misma fundación decidió “expulsar de forma cautelar e inmediata” al agresor tras conocer el caso en agosto del 2019.
Tensión al cruzarse el acusado con las víctimas al salir de la sala
Después de su declaración, el acusado se ha colocado detrás de una mampara para evitar el contacto visual con las cuatro denunciantes que han intervenido en el juicio para ratificar sus denuncias, para lo que han acudido junto a un trabajador de acompañamiento a la víctima.
Pero las cuatro denunciantes han optado por quedarse durante el resto del juicio como público después de declarar, por lo que sí han tenido contacto visual con el acusado cuando este ha salido de detrás de la mampara para renunciar a su derecho al último turno de palabra.
También han coincidido con él al salir de la sala, porque todos han usado la puerta de público general, y las jóvenes, que han estado llorando en el banco del público un rato, han salido de la sala cuando el acusado todavía estaba en el pasillo.
La salida ha causado momentos de tensión al no haberse evitado el contacto entre las víctimas y el denunciante, al que las jóvenes han reprochado no haber pedido "perdón" pese a haber confesado, y también han dicho que no conocían el pacto de la defensa y la Fiscalía por el que ha conseguido una rebaja de condena de casi el 75%.
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