La presidenta del Congreso, Francina Armengol, intervino este miércoles en el acto de apertura de la legislatura para, en presencia del rey Felipe VI, reivindicar que la "mayoría parlamentaria" que ha permitido la investidura del nuevo Gobierno es "legítima" y "emana de la voluntad de los ciudadanos ejercida el 23 de julio". Además, Armengol reivindicó en varias ocasiones la importancia del "diálogo", pese a que del acto se ausentaron todos los socios independentistas del Ejecutivo: ERC, Junts, EH Bildu y BNG.
"Distorsionar la realidad o cuestionar importantes valores democráticos, desde la opacidad de la disputa, solo va a aumentar la desafección de la sociedad hacia las instituciones", planteó Armengol en una referencia velada a las acusaciones que, especialmente Vox, han lanzado sobre la supuesta ilegitimidad del Ejecutivo. La presidenta del Congreso, en esa línea, pidió a los partidos rebajar el tono de sus debates, y afirmó que "la crispación, la polarización y el ruido es algo de lo que, en ocasiones, adolece el actual parlamentarismo, y nuestra obligación para con la sociedad es dar ejemplo, desde la transparencia y el respeto".
En sus múltiples alusiones a la necesidad de distender las relaciones entre partidos, que estuvieron trufadas asimismo con elogios a la Constitución, Armengol sostuvo que "el debate es el medio adecuado para determinar el interés general, el bien común y la verdad compartida", y apostó por fomentar el "debate, el diálogo, la escucha activa y el respeto". "Estas son nuestras herramientas y este es el lugar idóneo para usarlas. Hagamos buen uso de ellas, desde la lealtad y el compromiso, porque siguen siendo artífices de la esperanza y la libertad de nuestras sociedades", pidió a los grupos.
Ni Vox ni el PP aplaudieron el discurso de la presidenta cuando finalizó, a diferencia de lo que ocurrió posteriormente con el del rey Felipe VI, ovacionado por la totalidad de los grupos presentes en la Cámara Baja. Las bancadas de la derecha y la ultraderecha, de hecho, se removieron incómodas en varios momentos de la alocución de Armengol, por ejemplo cuando la presidenta hizo referencia a medidas como la ley de eutanasia, que incluyó en un paquete de normas que, según dijo, "han supuesto más derechos para todos y todas" junto a "la ley de pensiones no contributivas, la supresión del servicio militar obligatorio, el matrimonio igualitario, la ley de dependencia" o "el Ingreso Mínimo Vital".
Pese a esta frialdad con la que acogieron sus referencias a algunas de las leyes sociales, Armengol planteó posteriormente que "el entendimiento es clave en esta nueva época de pluralidad de la Cámara, de Gobiernos sin mayorías absolutas", y sostuvo que, "más que nunca, ahora hemos de ejercitar la capacidad de escucha y de persuasión". "Demostremos que sabemos situarnos en el lugar del otro, de la otra, no estamos aquí para ninguna otra cosa", pidió la presidenta del Congreso, que también hizo un guiño a la recién aprobada posibilidad de que los diputados intervengan en cualquiera de las lenguas cooficiales asegurando que representa "la España que imagina, que pensa, que fala, que abesten duen en castellano, catalán, galego o euskera".
Más allá de sus constantes apelaciones al diálogo y a la necesidad de encauzar las relaciones entre partidos, Armengol también incluyó en su discurso algunas referencias a las guerras de Gaza y Ucrania. Sobre la primera, especialmente, la presidenta del Congreso citó al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para hacer suya la afirmación de que "la pesadilla de Gaza es más que una crisis humanitaria, es una crisis de la humanidad" y pidió un "alto el fuego definitivo". "Nuestro país se erige como un pilar de estabilidad social y económica, a pesar de las consecuencias de una guerra en territorio europeo, la guerra de Ucrania", señaló igualmente sobre el otro conflicto.
De igual manera, la presidenta del Congreso pidió hacer "mucho más" en la lucha contra la violencia de género y apostó por "seguir trabajando por la eliminación de las desigualdades y la justa redistribución de la riqueza, dando más cobertura a los colectivos más desprotegidos, ampliando derechos, aumentando pensiones y salarios". "Y no podemos mirar hacia otro lado ante uno de los mayores retos de nuestras sociedades. Debemos combatir el cambio climático con políticas responsables, liderando, como ya estamos haciendo, la implantación de energías renovables e impulsando la transformación de nuestra industria", remató.
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