La búsqueda de la felicidad es un viaje personal y es difícil establecer una edad universalmente designada para alcanzarla. Esto ocurre porque la complejidad de la felicidad reside en su naturaleza subjetiva y está moldeada por diversos factores, que pueden ir desde la personalidad hasta las circunstancias de vida, las relaciones y la salud mental.
Por otro lado, la vida nos presenta desafíos que pueden moldear nuestra percepción de la felicidad. Y, a medida que envejecemos, nos enfrentamos a cambios significativos, como la pérdida de seres queridos, problemas de salud, variaciones en la situación financiera o el retiro.
¿A qué edad se encuentra la felicidad?
La Universidad de Harvard, en su afán de entender el complejo tejido de la felicidad, llevó a cabo 'El estudio de desarrollo de los adultos', y según los resultados, la cúspide de la felicidad se encuentra a partir de los 60 años.
Los investigadores publicaron los resultados del estudio en el libro The Good Life (Una buena vida), y en él también destacan que a los 60 se experimenta un reconocimiento de los límites de la vida y la percepción real de la muerte.
Por ello, a los 60 años se suele dar una liberación de obligaciones no deseadas, se prescinde de amistades tóxicas y se evaden reuniones que no producen alegría, lo que contribuiría a un sentido renovado de la felicidad.
El estudio de Harvard también sugiere que las personas a los 60 años temen la soledad, lo que impulsa en ellos una actitud positiva. De esta forma tienden a crear conexiones afectivas que no solo combaten el miedo a la soledad, sino que también mejora la salud mental y física.
Los 47 y 48 años, la edad de la infelicidad
Contrastando con el pico de la felicidad a los 60, el estudio de Harvard también indica que alrededor de los 47 o 48 años las personas pueden enfrentar una fase de infelicidad.
Según los resultados del estudio, en este punto la perspectiva de la vida está marcada por preocupaciones y responsabilidades, y por el juicio de lo que se ha logrado hasta el momento, particularmente en áreas como el trabajo, la salud y las finanzas.
Por esta razón, a los 47 y 48 años se da una tendencia a experimentar desánimo y pensamientos negativos, y se pueden desencadenar episodios de estrés que contribuyen a aumentar los aspectos que afectan negativamente a las personas.
Ahora bien, siempre hay que recordar que la felicidad no está confinada a la edad, sino que puede variar entre las personas. Algunos podrían decir que su felicidad fue la niñez. Lo que sí puede ser cierto es que la clave para mantenerla, a medida que envejecemos, podría residir en la construcción de sanas relaciones sociales.
El Estudio de Harvard ha sido riguroso y extenso. Comenzó en 1938 y ha examinado a 700 personas y a sus descendientes, tomando nota de cada aspecto de su vida.
Eso los avala para dar esa conclusión, a partir de los 60 años los humanos empiezan a ser más felices. Se cumpla o no, lo importante es recordar que generar relaciones humanas sanas y sólidas puede dar más bienestar y felicidad que el dinero.
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