Horas después de que las calles se llenaran de manifestantes contra la violencia machista, el pasado sábado, una mujer era estrangulada en Vallecas y moría ayer, y otra era asesinada en Carabanchel junto a su hija de 5 años. Atrocidades que se repiten una y otra vez sin vernos capaces de frenar la galopada criminal. En este último caso el asesino, que intentó suicidarse, había sido denunciado por malos tratos y tuvo una orden de alejamiento por el alto riesgo que advirtió la Policía. Un juzgado lo absolvió, canceló las medidas de protección y desprotegió a la víctima. También los jueces se equivocan.